sábado, 20 de junio de 2015

Potenciar el empleo fijo

Madrid, 2 de febrero de 1995

Parece que nuestro ministro de Economía, Pedro Solbes, anda preocupado por el "excesivo grado de temporalidad de los nuevos contratos" y defiende, para contrarrestarlos, abaratar el coste del despido y conseguir así crear más empleo fijo. Si por un casual usted leyera esta carta, le ruego, señor ministro, me permita una licencia y me deje manifestar mi sorpresa ante el hecho de que no fuera usted capaz de prever lo que acontecería al poner en marcha la última reforma del mercado laboral. Creo, y no sé mucho de economía, que era lógico suponer, ya en aquel entonces, lo que el paso del tiempo inexorable juez se ha encargado en demostrar: el paro descendió en 150.000 personas a costa del empleo fijo aumentando, lógicamente, la precariedad de los contratos.
Paso a continuación, y desde mi suprema ignorancia, a darle un consejo: si usted realmente pretende aminorar el desmesurado incremento de contratos temporales, no va por el camino adecuado abaratando el coste del despido. Lo que debe hacer, de una vez por todas y para no andarnos con paños calientes, es conceder a la Patronal el despido gratuito, de manera tal, que todos aquellos que después de esta definitiva reforma continúen teniendo la fortuna de mantener su puesto de trabajo, pasarán de la noche a la mañana, sea cual fuere su anterior situación laboral, a tener "un empleo fijo". Imagínese, por un momento, que maravilla: el cien por cien de los asalariados de este país poseedores de un "contrato fijo".
Por otro lado permítame un apunte para la reflexión: se ha publicado recientemente que la Autonomía de Madrid fue la que durante 1994 se benefició de una mayor inversión extranjera; pero, en contra de lo ocurrido en el resto del territorio nacional, el paro no descendió sino que se incrementó en esta Comunidad. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.

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