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miércoles, 17 de diciembre de 2025

El imperialismo contra el derecho

Donald Trump, un peligro para el mundo
Donald Trump, un peligro para el mundo

 Venezuela celebró unas elecciones llenas de sombras, sin garantías ni transparencia real. Es un hecho muy grave que merece críticas y exigencias políticas claras. Pero de ahí a someter a un país a un cerco constante de amenazas, sanciones y ahora incluso a un embargo respaldado por la maquinaria de guerra, hay un largo camino que debería pasar por la diplomacia y respeto al derecho internacional. Lo que se presenta como defensa de la democracia es, en realidad, un saqueo programado.
Hace tiempo que Donald Trump posó sus ojos en el petróleo venezolano y hoy ya no disimula. Avanza sin pudor, ignorando normas, tratados y principios básicos de soberanía. Se impone la ley del más fuerte, la misma que el imperialismo utiliza cuando las reglas dejan de servirle. No importa el sufrimiento de la población ni el precedente que se establece para el resto del planeta.
El futuro que se perfila es muy inquietante. Un mundo donde el derecho internacional es papel mojado será un mundo gobernado por la fuerza, donde cualquier matón podrá imponer su voluntad. Si esto se normaliza, mañana ningún país estará a salvo. No habrá justicia global, solo miedo y obediencia al más fuerte.

domingo, 14 de diciembre de 2025

El falso constitucionalismo del PP

 

Miguel Tellado, impenitente chaquetero
Miguel Tellado, impenitente chaquetero

Sin pudor alguno, Miguel Tellado no solo osa proclamar que el PP es «el único partido constitucionalista», sino que agita con «orgullo» un supuesto legado reconciliador que su propio partido traicionó desde el origen. Resulta grotesco escuchar semejante arrogancia de quien pertenece a un partido marcado por la corrupción, que cuestiona resultados electorales y tilda de «ilegítimo» a quien gobierna –si no son ellos, claro–, progenitor de la Operación Kitchen, la policía patriótica y que, además, emplea toda la maquinaria de Estado convertida en cloaca para perseguir a la oposición, elaborar pruebas falsas y obstaculizar a la justicia.
Veamos, constitucionalistas del PP, en la aprobación parlamentaria de la Constitución, de los 16 diputados de Alianza Popular, embrión del PP, 3 se abstuvieron y 5 votaron en contra. Los 6 votos en contrarios que obtuvo la Constitución fueron los suyos, más uno de Euskadiko Ezkerra, a quien tildaban de «terrorista». Además, una parte significativa de su militancia votó “no” en el referéndum de 1978.
Que ahora pretendan erigirse en guardianes de la Constitución no es ya cinismo, sino una burla a la inteligencia colectiva. ¿Constitucionalistas? ¡Ja!

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Quiebra de la Justicia

 

La Justicia, que en España continúa siendo franquista, ya no se esconde
La Justicia, que en España continúa siendo franquista, ya no se esconde

La sentencia es “histórica”, como repite el PP, pero lo es por su monumental infamia, que alcanza máximos en la degradación de un sistema judicial en manos del sector conservador dispuesto a dinamitar sus propios principios con tal de imponer su ideología. Desde ahora, cualquier ciudadano puede descubrir que ya no hacen falta pruebas, ni hechos, ni siquiera indicios razonables: basta con que la derecha judicial construya un relato, lo adorne con sospechas y lo eleve a categoría de verdad. La propia Sala de Apelaciones admitió que el Fiscal, en su nota para desmentir un bulo que dañaba a la institución que tiene que defender, no reveló nada que se acercara a un delito. Pero ahora, como el Fiscal confesó redactar dicho texto —un acto completamente legítimo para desmentir un bulo—, se retuerce la legalidad hasta convertir lo lícito en punible. Esa lógica perversa, donde la conclusión se decide antes que el análisis, revela una justicia que parece servirse de los intereses del PP y no acata la Constitución. Con decisiones así, se vacía de contenido el artículo 24.2 y se abre la puerta a un futuro inquietante, el de una España donde la presunción de inocencia es sustituida por la presunción de culpa cuando conviene a la derecha, y donde la ciudadanía queda a merced de quienes manipulan la ley para proteger su poder.

jueves, 4 de diciembre de 2025

El esperpento español

 

Así estamos: instalados en la hipérbole
Así estamos: instalados en la hipérbole

Quienes se manifiestan proclamando que España es una dictadura y que su Gobierno es ilegitimo, la que pregona que la inexistente «ETA trama un asalto al País Vasco y Navarra», o quien sostiene que el Estado es un pozo irrecuperable de corrupción, solo exhiben ignorancia y mala fe. PP y Vox se han instalado en una estrategia de exageración permanente que degrada y envilece el debate público.
La escena raya entre la patética ridiculez y el sonrojo ajeno, porque los organismos internacionales de prestigio sitúan a España entre las democracias plenas, con sólidas garantías institucionales y con una economía pujante, pero estas formaciones se dedican a alarmar y a deformar cualquier dato para alimentar un clima ficticio de colapso. Vox vomita consignas apocalípticas sin el menor sustento, y el PP, lejos de ser un partido de Estado, se las come para amplificar ese ruido calculando que el caos le puede resultar rentable.
A estos patriotas, no les interesa la verdad ni el prestigio del país, sino agitar y polarizar para arrastrar a una parte de la ciudadanía a un peligroso relato de agravio constante. Obsesionados patológicamente con recuperar el poder, reducen la política a un teatro de hiperventilación, incluso cuando fuera de nuestras fronteras España es signo de respeto y estabilidad. Su conducta no es solo irresponsable, es profundamente corrosiva para la convivencia democrática.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

La Justicia muestra sus cartas marcadas

 

Sin ningún decoro, la Justicia muestra lo que es
Sin ningún decoro, la Justicia muestra lo que es

La condena al Fiscal General del Estado evidencia inercias de una justicia autoritaria vinculada con la era franquista, y abre una grieta que desborda lo judicial y roza lo impensable en una democracia madura. Las prisas con la que se ha empujado este proceso, y el fallo, sin sentencia, coincidiendo de forma evidente con el 20N, provoca estupor y proyecta la imagen lamentable de un poder judicial, que debiera ser independiente, ansioso por ostentar control antes que por garantizar rigor e imparcialidad.
La sensación que queda es que primero se publicó la condena para poder apañar la motivación a la defensiva ante las evidentes críticas que sea capaz de justificarla.
Este fallo —si finalmente llega a instancias europeas— será tumbado por falta de pruebas condenatorias.
Es lo de siempre: si la derecha no tiene el poder, trata de alcanzarlo de cualquier modo, en este caso mediante un golpe de Estado blando, ejecutado no con tanques, sino con togas ansiosas espoleadas por la carcunda para exhibir su fuerza.
El daño institucional causado es profundo porque, cuando la justicia se transforma en un ariete político, no solo cae la credibilidad de un caso, cae la confianza esencial que sostiene al Estado de derecho.

domingo, 23 de noviembre de 2025

Feijóo y la televisión democrática

 

El PP, heredero de Franco, jamás ha entendido qué significa una televisión plural
El PP, heredero de Franco, jamás ha entendido qué significa una televisión plural

Solo hay que fijarse en VOX para saber que repetirá el PP en pocas horas, como si fuera doctrina propia. El último ejemplo es lo ocurrido en su ofensiva contra RTVE, una cruzada que va del insulto a la amenaza. La derecha extrema habla de «entrar con lanzallamas y motosierra» para arrasar la televisión pública, y Feijóo, en lugar de frenar la deriva, se une al corifeo y llama a TVE «Telepedro», acusándola de ser una «fábrica de mentiras». Es grotesco que el líder de un partido que ha hundido televisiones autonómicas al quedarse sin audiencia de puro tendenciosas y culpable de corrupción endémica pretenda dar lecciones de ética periodística.
RTVE, junto con La Sexta, siguen siendo los medios generalistas más plurales de España, los únicos donde conviven voces de todas las sensibilidades y eso les duele. RTVE bajo el gobierno de Zapatero logró premios y alcanzó liderazgo y prestigio internacional, reconocida incluso por organismos que situaban sus informativos al nivel de la BBC. Pero cada vez que el PP pisa Moncloa, el pluralismo se evapora: expulsan a profesionales y regresan los censores, los vetos, la propaganda partidista… Lo mismo sucede en las autonomías que gobierna, solo o con VOX, donde manipulan y vacían de credibilidad los medios públicos. En el fondo, lo que les molesta no es TVE, sino la democracia informativa: esa que ni entienden ni soportan.

domingo, 16 de noviembre de 2025

50 años sin dictador

20-N, 50 años de la muerte del cruel dictador que los fascistas veneran
20-N, 50 años de la muerte del cruel dictador que los fascistas veneran

 Hoy blanquean la dictadura quienes no la vivieron. Franco, golpista contra un gobierno democrático, inició una guerra civil. Por tanto, fue culpable del asesinato de cientos de miles de españoles. Al finalizar la guerra, y con absoluto desprecio a los derechos humanos, instauró una dictadura férrea y unipersonal y emprendió una política de detenciones y ejecuciones, cosificó a la mujer, les robó bebés recién nacidos y menores y prolongó la brutal represión 36 años más acallando, por medio del crimen y el terror, cualquier tipo de disidencia. Hizo de España un país tenebroso donde, además, la corrupción carcomía sus instituciones. La disidencia, que la hubo desde el primer instante, fue ahogada y torturada en el silencio impuesto de las cárceles y asesinada en la tranquilidad sepulcral de los cementerios, lugares donde fueron a parar muchos de aquellos valientes luchadores por la libertad.
Sí, es verdad y duele que el miserable y despiadado dictador muriese en la cama; pero no es menos cierto que la dictadura fue definitivamente liquidada por las mareas ciudadanas en calles, fábricas, universidades, centros laborales…
La Transición no fue pacífica. Ansiábamos libertad y ruptura con el régimen. Logramos la libertad a costa de los que se quedaron por el camino en crímenes de Estado silenciados. No logramos la ruptura. La Transición fue cuanto pudimos obtener bajo la atenta mirada de los militares aferrados al poder para mantener privilegios feudales y satisfacer su codicia y opulencia. En ningún caso fue un regalo del monarca. Los que estaban en el poder, sin la lucha del pueblo, poco o nada hubieran cambiado. Fue nuestra conquista; la conquista de gente sencilla que iniciamos hace 50 años.
Esa conquista, hoy, está en peligro. El fascismo resurge, amparado en la desmemoria y las mentiras. Por eso hay que decirlo sin ambages: Franco fue un dictador criminal, y quienes lo reivindican o justifican no merecen respeto ni espacio.
La libertad no se hereda: se conquista día a día.

viernes, 14 de noviembre de 2025

¡Y pretenden gobernarnos!

 

Cuca Gamarra, provocadora profesional
Cuca Gamarra, provocadora profesional

Cuca Gamarra, vicesecretaria de “Regeneración” del PP, sostiene con rostro pétreo que el informe del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea confirma que mediante la ley de amnistía se “vulneró el Estado de Derecho”.
Lástima que el texto diga justo lo contrario, y quien quiera ver con seriedad leerá que dicho informe descarta —explícitamente— que estemos ante una autoamnistía, o que se viole la legislación europea sobre terrorismo o los intereses financieros de la UE.
Entonces, ¿cómo puede este partido pretender gobernar un país si o no saben leer o les falta comprensión lectora?
Es lo de siempre. En realidad, les gusta crispar. El PP ante cualquier asunto que no le gusta saca una frase fuera de contexto, oculta matices y presenta una interpretación falaz como verdad absoluta. Gamarra actúa como si el informe dijera lo que ella quiere que diga, no lo que dice. Y lo hace sin sonrojo, lanzando acusaciones graves de vulneración del Estado de Derecho cuando el propio informe señala que no hay colisión con la legislación de la UE. Esa falta de rigor es inadmisible. Es un ejercicio de crispación.
¿De verdad quieren gobernarnos? Antes de alzar el dedo inquisidor, bajen la vista al papel. Y empiecen por lo básico: comprender lo que leen.

domingo, 9 de noviembre de 2025

El PP y el franquismo

 

El PP es franquista hasta las trancas
El PP es franquista hasta las trancas

Ignorando que la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el «supremo recurso» a la rebelión frente a la tiranía y la opresión, el Partido Popular se negó a asistir a un acto en el Congreso en memoria de los últimos fusilados por la dictadura de Francisco Franco, condenados en un juicio sin garantías, alegando que «eran terroristas». La excusa no sorprende: hablamos de un partido fundado por siete ministros del dictador, moldeado ideológicamente en la defensa de la unidad sagrada de la patria, la educación elitista, la libre empresa sin freno y la moral pública impuesta de la derecha más rancia. En esencia, el mismo credo ideológico del franquismo, pero con otro nombre y otro logo.
Su ADN político sigue anclado en la negación de la memoria, en el desprecio a las víctimas del franquismo y en la glorificación implícita de un pasado criminal. El PP no ha roto con esa herencia, la ha maquillado. Y mientras rehúye homenajes a los asesinados por el dictador, protege y pacta con quienes aún justifican aquella barbarie; incluso pone en sus manos el destino de la Comunidad Valenciana. El PP, no solo demuestra que proviene del franquismo, sino que respira su fratricida aliento, justifica su represión y perpetua, bajo la máscara democrática, la sombra de un régimen que nunca ha dejado de venerar.

jueves, 30 de octubre de 2025

Feijóo en la cuerda floja

 

A Feijóo se le está poniendo cara de Casado
A Feijóo se le está poniendo cara de Casado

Feijóo se consume intentando convencer al país de que lidera algo. Como es tarea imposible, está mohíno. Su liderazgo en el PP es tan sólido como lo fue el de Casado. Mientras los sondeos lo sitúan a los pies de los caballos, sus barones y Aznar afilan navajas. El gallego ha hecho del “viaje al centro” una versión política de “Aterriza como puedas”: promete dirigir rumbo al centro con decisión, pero el avión lo pilota VOX mientras él se dedica a repartir cacahuetes entre el pasaje.
Feijóo pasea su confusión ultraderechista tratando de revestirla de centrismo, en un viaje de casi 50 años pero que jamás llega a destino. Mientras el PP se descompone por dentro, no hay proyecto ni dirección, y mucho menos carácter, solo bandazos hacia la ultraderecha, postureo y muchas fotos con cara de “yo soy de centro”. Feijóo no lidera, sobrevive. Y lo hace rodeado de un partido donde las guerras intestinas ya no se disimulan: Ayuso a lo suyo, los barones cuchicheando en la sombra y Génova convertida en una oficina de críticas desestimadas. Cada discurso es algo ya formulado en la España más casposa y rancia. Cada gesto suyo, un engaño sin gracia.
Feijóo se ha convertido en el gran “macguffin” de la derecha española: está ahí, todos hablan de él, pero nadie sabe realmente para qué sirve.

domingo, 26 de octubre de 2025

Feijóo y los subsidios

 

El PP está dispuesto para destrozarlo todo
El PP está dispuesto para destrozarlo todo

¿A qué llama exactamente Feijóo «subsidios» cuando lanza sus críticas, plagiando sin disimulo el discurso tóxico de VOX y sus «paguitas»? ¿Se refiere al derecho al desempleo, una conquista social que protege a quienes pierden su trabajo? ¿O al ingreso mínimo vital, una medida mínima de dignidad que asiste a quienes no tienen absolutamente nada? Que hable claro. Que no esconda su habitual cobardía tras vaguedades calculadas.
Feijóo ha decidido abrazar la deriva más reaccionaria sin tapujos, creyendo ingenuamente que puede competir con la ultraderecha en su terreno. Pero quien juega a parecerse a VOX acaba siendo arrasado por VOX. Los resultados de los sondeos son evidentes: entre el original y la copia, la gente elige al original.
Este PP, desnortado y sin principios, ha perdido su alma. Ya no propone, solo reacciona. Ya no lidera, solo imita. Cree que endurecer el lenguaje le hará ganar votos, pero lo único que logra es hundirse en su irrelevancia. Con Feijóo al mando, el PP ya no es una alternativa de gobierno, sino una sombra acomplejada que ha renunciado a la moderación, al pensamiento propio y, lo que es peor, al coraje moral.

domingo, 19 de octubre de 2025

Cree el ladrón que…

Miguel Ángel Rodríguez, un sinvergüenza y vividor en la corte de Ayuso
Miguel Ángel Rodríguez, un sinvergüenza y vividor en la corte de Ayuso

 Miguel Ángel Rodríguez, jefe del Gabinete de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, mano derecha de Ayuso, ha tenido que reconocer ante un juez que mintió deliberadamente al acusar al fiscal general del Estado de recibir «órdenes de arriba» para atacar a su jefa retirando el pacto alcanzado entre el novio de Ayuso e inspección de Hacienda. Esta defensa es grotesca; y, sin rubor, la argumentó así: «llevo muchos años en este ámbito y puedo intuir, colegir, adivinar qué está pasando en el mundo político, sobre todo con un órgano tan respetable como el ministerio fiscal, que está jerarquizado y colegiado».
Será, claro, por el profundo conocimiento que tiene de los ámbitos políticos que ha frecuentado toda su vida: esos en los que el cinismo y el trapicheo mafioso son norma, y donde la mentira no solo es tolerada, sino elevada a virtud estratégica. Desde el 11-M hasta la DANA, pasando por el cribado de mamografías, la derecha que representa ha hecho de la manipulación una herramienta política esencial para mantener o lograr el poder. Lo de Rodríguez no es intuición, es mentir. Y su declaración ante el juez no es más que la confesión sin pudor de una forma de hacer política basada en la impunidad, el abuso de poder y el más profundo desprecio a los ciudadanos.
Aunque, bien mirado, quizá no tenga tanta culpa. Tal vez simplemente ignora que existen otros mundos —lejanos del suyo— donde rigen la ética, el rigor y la responsabilidad pública.
Porque, como bien dice el refrán: cree el ladrón que todos son de su condición.

jueves, 16 de octubre de 2025

Señor Peinado: ¿también me demandará?

Una gran parte de la judicatura continúa anclada en el franquismo
Una gran parte de la judicatura continúa anclada en el franquismo

 Parece que para el juez Peinado la crítica es un delito. En lugar de garantizar derechos, abre querellas a periodistas, políticos y ciudadanos que se atreven a cuestionar su más que polémicas instrucciones. ¿No es grave que la Audiencia de Madrid le haya corregido más de una decena de veces por imputaciones sin base, registros injustificados o actuaciones desproporcionadas? ¿No es grave que el Supremo haya tumbado su intento de imputar al ministro Bolaños por un informe incompleto?
Peinado no ha rendido cuentas disciplinarias más allá de correcciones procesales y sigue en su puesto, sin sanción notable. Eso demuestra que el sistema tiene fallos estructurales: decisiones judiciales escabrosas, correcciones posteriores, pero ninguna consecuencia real a quien las produce. ¿No es grave el tiempo y dinero público perdido en estas chapuzas? Si estuviera en una empresa privada, le pondrían en la calle.
Peinado ha admitido denuncias sin pruebas, con recortes de prensa derechista como único sustento para iniciar una investigación general y prospectiva –práctica ilegal en el ámbito penal–, mientras tiene “olvidos procesales” que benefician a la derecha. Y, entretanto, se querella contra quien opine. ¿Esto es justicia o activismo togado?
¿Se le puede criticar? Por supuesto. Porque, en democracia, los jueces también deben responder ante la opinión pública cuando su independencia parece mezclarse con ideología que utiliza la justicia como arma mediática; por avanzar investigaciones sin soporte; por tolerar imputaciones irregulares; por prorrogar una y otra vez instrucciones, por ignorar dictámenes de instancias superiores. Lo que algunos jurisconsultos comentan, y lo que yo digo, es menos grave que lo que su historial procesal revela. Se asemeja a un abuso sistemático de una potestad que debería ser moderada, con responsabilidad.

miércoles, 8 de octubre de 2025

Feijóo totalmente desquiciado

 

El PP de Feijóo sigue cayendo en la trampa que le teje VOX
El PP de Feijóo sigue cayendo en la trampa que le teje VOX

Hace unos días, en un acto del Partido Popular Europeo celebrado en Barcelona, Feijóo soltó, sin rubor y dejando atónito al auditorio, que «Europa ha despertado. Ha salido de la cárcel ideológica de una izquierda que le vendía que era bueno empobrecerse y que era buena la democracia más que la prosperidad».
¿Cómo puede sostener eso? ¿Qué clase de disparate es contraponer democracia y prosperidad, como si fueran incompatibles? ¿La prosperidad de quién? ¿De los ricos? ¿Quién en su sano juicio insinúa que el bienestar económico debe prevalecer sobre los valores democráticos? Señor Feijóo: sin democracia no hay prosperidad que valga.
Hace tiempo que Feijóo cruzó una línea peligrosa. Su más que evidente deriva ultraderechista es, además de un retorno sin rodeos a la génesis del PP, una amenaza directa al marco democrático. Lejos de marcar distancias con la derecha extrema, la emula con entusiasmo, compitiendo con VOX en un terreno donde solo puede perder porque VOX siempre envidará más y en el que solo crecen el odio, el autoritarismo y la mentira.
Definitivamente ha perdido el norte, arrojando al PP a una senda sin rumbo, sin proyecto, y sin alma. En su ciega necedad por su obsesión al poder, renuncia a cualquier atisbo de responsabilidad institucional, abandona la derecha democrática y abraza un populismo rancio, peligroso y profundamente reaccionario. Feijóo ya no disimula: ansia el poder aun a costa de dinamitar los cimientos de la misma democracia.

lunes, 6 de octubre de 2025

La insensibilidad de la derecha

 

La derecha cada vez más insensible
La derecha cada vez más insensible

Una vez más, la derecha muestra su insensibilidad y su absoluta incapacidad de sentir empatía. Son incapaces de conmoverse porque no saben ponerse en el lugar del otro ni sienten el dolor ajeno. Los hechos hablan por sí solos: residencias durante la pandemia, con su cruel «se iban a morir igual»; el 11-M, mintiendo a las familias de las víctimas y a toda España; el metro de Valencia, con pruebas desaparecidas y desprecio a las víctimas; el Madrid Arena, donde intentaron justificar lo injustificable; el Yak-42, con víctimas mal identificadas y medallas a los responsables; el vilipendio a los familiares de los asesinados durante la Guerra Civil acusándolos de que «solo buscan subvenciones»; el desastre del Prestige, con sus «hilillos de plastilina» cuando el mar se cubría con el manto negro de la muerte; la DANA, con ninguneo a la víctimas y excusas absurdas y manipulación de la realidad para encubrir su negligencia; la pésima gestión de las mamografías en Andalucía tratando a las afectadas de «alarmistas»; y ahora, el genocidio palestino que niegan o ridiculizan mientras se chotean con infame cinismo. Si hubieran estado en la II Guerra Mundial, habrían esperado al juicio de Núremberg para hablar de genocidio. Incluso llegaron a poner el foco en las víctimas de violaciones con campañas como «vigilen su copa por si las drogan» y Ayuso llamando «malcriadas y borrachas» a las mujeres que aspiran a volver solas a casa de noche sin verse amenazadas.
Con esta absoluta carencia de sensibilidad, ¿alguien duda de la superioridad ética y moral de la izquierda al situarse en el lado correcto de la historia?
Y con VOX, lo mismo. Así se explica que unos y otros gocen de los toros y de la caza.

jueves, 2 de octubre de 2025

Penalizar las falsedades

 

Las maquinaciones corren como la pólvora y jamás se terminan de desmontar
Las maquinaciones corren como la pólvora y jamás se terminan de desmontar

La mentira circula con infinita rapidez, fluidez y descaro. La verdad, no. Las redes sociales, algunos medios y también las instituciones patrimonializadas por la derecha se han convertido, a menudo, en canales para difundir falsedades meticulosamente diseñadas. Y así muchas personas no logran distinguir lo verdadero de lo falso.
Detrás de estos engaños hay intereses: políticos para manipular, doblegar las urnas, sembrar confusión y odio y particulares que buscan lucrarse a cualquier precio. En todos los casos, las consecuencias no son menores. Una mentira arruina reputaciones, polariza la sociedad, erosiona la confianza pública, da un vuelco electoral y pone en riesgo incluso la salud o la seguridad de las personas; y jamás se desmonta del todo.
Ante esta realidad, cabe una pregunta incómoda pero necesaria: ¿hasta qué punto debemos tolerar la impunidad de quienes mienten meditada y deliberadamente para obtener ventaja o hacer daño? Sin duda la libertad de expresión es un pilar fundamental de nuestras democracias, sí. Pero la libertad de mentir sin consecuencias nunca debería serlo.
Es el momento de abrir un debate serio –sé que con el PP es una quimera, pues es de los que más tergiversan– sobre la necesidad de establecer límites legales a la difusión intencionada de falsedades lesivas. No se trata de censurar opiniones ni de castigar errores inocentes, sino de enfrentar con firmeza la desinformación que se propaga veloz con cálculo, con malicia y con un objetivo claro: manipular, destruir o hacer caja.
Porque si dejamos que la mentira se convierta en norma, será la verdad —y con ella la convivencia, la justicia y la democracia— la que pague el precio.
Costó demasiado conquistar la libertad democrática para dejar que la escupan a la cara conspiradores y mentirosos.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Con la derecha sus impuestos van a los ricos

 

El objetivo de la derecha, la ultra (PP) y la extrema (Vox): hacer a los ricos más ricos y agrandar la brecha social
El objetivo de la derecha, la ultra (PP) y la extrema (Vox): hacer a los ricos más ricos y agrandar la brecha social

En seis años, el Gobierno central ha transferido 130.000 millones de euros a la Comunidad de Madrid. 43.000 millones más que en los 7 años de Rajoy. Sin embargo, el gobierno regional del PP ha destinado a servicios públicos solo 58.000 millones, mientras que los otros 72.000 millones fueron a parar a manos de empresas privadas y a bajar impuestos a los más ricos. Es la política destructiva que perpetúa la desigualdad y el desmantelamiento de lo público de la derecha.
Madrid, gracias a su capitalidad es la comunidad más rica de España, pero ostenta el vergonzoso título de ser la que menos invierte en sanidad y educación públicas por habitante y año. No es imprevisión, es el desmantelamiento meticuloso de lo público para hacerlo inoperante y arrojar a los ciudadanos a un sistema privado con chantaje implícito: “o pagas, o esto es lo que hay”. La capital tiene el mayor porcentaje de población con seguro médico privado: un 38 %, 14 puntos por encima de la media nacional y en educación se abren tres veces más aulas concertadas que públicas, porque la pública está infrafinanciada, con ratios insoportables que dañan la calidad educativa. Por eso, el negocio de las universidades y colegios privados florecen como en el edén.
Resulta muy preocupante que esta política, que favorece el negocio privado y perpetúa la desigualdad, reciba el apoyo electoral precisamente de quienes más sufren sus consecuencias. La próxima vez que pague impuestos en Madrid o en cualquier otra comunidad gobernada por la derecha, recuerde: una gran parte de su dinero acabará en las cuentas de los ricos.

martes, 16 de septiembre de 2025

Vuelta a España: estaba cantado

 

Es vomitivo el genocidio que perpetra Israel cada día
Es vomitivo el genocidio que perpetra Israel cada día

¿Qué hace un equipo israelí, financiado por un oligarca amigo personal de Netanyahu y por el Estado que arrasa y extermina a la población de Gaza, con más de 65.000 mil víctimas civiles, incluidos niños, mujeres, periodistas y personal humanitario y señalado por múltiples organismos internacionales de crímenes de guerra, en la Vuelta Ciclista a España? No es deporte lo que hace, sino propaganda para blanquear un régimen genocida acusado de crímenes de guerra por Amnistía Internacional, que en su informe de 2022 ya señalaba un sistema de apartheid estructural contra el pueblo palestino.
Por eso estaba cantado que la gente con dignidad no permitiría esta ignominia a la puerta de su casa. Resulta insoportable que Dirección de Carrera, la Unión Ciclista Internacional y los equipos rivales hayan creído que no habría consecuencias. Ninguno tuvo el coraje moral de exigir su expulsión desde el primer momento.
Ojalá lo sucedido sea la mecha que marque un antes y un después, como ocurrió con el apartheid sudafricano o la invasión rusa de Ucrania: Israel ha de ser excluido de todos los eventos deportivos, culturales e institucionales mientras continúe perpetrando crímenes de lesa humanidad con total impunidad y hasta que Netanyahu sea sentado ante Corte Penal Internacional. Es obsceno el silencio cómplice de gobiernos y organismos internacionales ante la barbarie.
Una vez más, la ciudadanía actúa cuando las instituciones claudican o callan.
Una vez más, me hincha de orgullo la decencia de quienes se rebelan contra el crimen y la continua violación de los derechos humanos y el derecho internacional.
Y, una vez más, siento absoluto desprecio a quienes lo justifican o se indignan por una protesta que tildan de violenta. Perico Delgado, háztelo mirar porque si sentarse en el Paseo del Prado es violencia, ¿cómo califican los continuos crímenes de Israel?

domingo, 14 de septiembre de 2025

El muro insalvable de las noticias falsas

 

El fascismo, con sus mentiras y odios, llevan el mundo al desastre
El fascismo, con sus mentiras y odios, llevan el mundo al desastre

Reconozco que cuando debato con alguien cuyos argumentos se basan en mentiras, me desarma. Pero no por falta de razones y datos para rebatirlos. Me descoloca constatar, con tristeza y asombro, que vivimos en realidades paralelas, tan distintas y distantes que un muro invisible pero infranqueable se alza entre nosotros. Y así, el diálogo se torna estéril.
Ese muro no es de ladrillos y cemento, sino erigido en la desinformación, en titulares manipulados, en emociones exacerbadas… cimentado sobre el odio y la peligrosa facilidad y velocidad con que se comparten falsedades en las redes sociales. Y lo más alarmante es el rechazo sistemático a todo lo que no encaje en una visión preestablecida de su mundo.
A lo largo de mi vida, incluso en los debates más encendidos, siempre hubo espacio para la razón, para el contraste de ideas, para el intercambio sincero. Podías estar en desacuerdo con alguien, pero, aun así, existía un compromiso común: el respeto por los hechos, las fuentes fiables y el pensamiento crítico. El diálogo era posible. La escucha, también. Podías convencer o ser convencido.
Pero desde que las redes sociales se convirtieron en el medio principal —y en algunos casos único— de información para muchas personas, todo cambió. La rapidez sustituyó a la reflexión; la viralidad, a la veracidad; la inteligencia, a la estupidez. Y en ese entorno, la mentira se disfraza de verdad con turbadora facilidad. Ahora, como diría Unamuno, solo quieren vencer.
Lo peor no es que haya personas que se equivoquen o que crean en una información falsa. Eso siempre ha sucedido. Lo verdaderamente desolador es que, aun cuando se les presentan datos contrastados, hechos irrefutables, pruebas objetivas, se cierran en banda. No escuchan ni quieren escuchar. Porque admitir una mentira es, para muchos, arruinar el relato que han construido sobre sí mismos y sobre el mundo. Y ese vértigo es, para ellos, más insondable que la mentira misma.
Así, infundio a infundio, se va erigiendo ese muro que separa no solo opiniones, sino realidades. Una muralla que impide el encuentro, que impide el entendimiento, que impide llegar al otro, que nos fragmenta como sociedad y nos aleja como individuos.
Y, a pesar del desaliento, no dudo que la verdad —por incómoda o lenta que sea— tiene un valor irrenunciable. Porque sin ella, no hay diálogo posible. Y sin diálogo, no hay futuro compartido.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Von der Leyen deja en evidencia a Feijóo

 

Feijóo, un lobo con piel de cordero ignorante y cobarde
Feijóo, un lobo con piel de cordero ignorante y cobarde

Alberto Núñez Feijóo ha evitado, una y otra vez, condenar el genocidio cometido por Israel en Gaza, y su continua violación del derecho internacional. Lejos de alzar la voz, ha optado por el silencio cómplice o la justificación vergonzante, presa del miedo crónico a incomodar a Isabel Díaz Ayuso o perder votos frente a Vox. Esa cobardía política lo ha llevado a defender lo indefendible, alineándose con quienes prefieren mirar hacia otro lado mientras la comunidad internacional y la Corte Penal denuncian crímenes de guerra.
Pero ahora su jefa europea, Ursula von der Leyen, propone sanciones contra Israel ante la magnitud insoportable de la masacre. Y Feijóo queda expuesto: atrapado entre su tibieza moral y el giro de Bruselas.
¿Qué hará ahora? ¿Seguirá escondido en la ambigüedad, rehén de sus propias miserias internas, o tendrá el coraje —aunque sea tarde— de ponerse del lado de la dignidad y la justicia internacional? Su historial no invita al optimismo. Pero su cobardía, que es doctrina, seguramente le lleve a arrastrar los pies una vez más.