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viernes, 23 de mayo de 2025

Los “muy patriotas”

 

Los "muy patriotas" usan pulseras con banderitas de paraísos fiscales
Los "muy patriotas" usan pulseras con banderitas de paraísos fiscales

Hay una constante inquietante en la trayectoria del Partido Popular: su deslealtad sistemática con España cada vez que no gobierna. España solo importa si ellos mandan. Para el PP, el amor a la patria es selectivo, oportunista y profundamente hipócrita. Mientras se envuelven en banderas y proclaman a los cuatro vientos su supuesta defensa de los intereses nacionales, sus actos desmienten con crudeza esa fachada patriótica. Lo que de verdad defienden —con uñas, dientes y contactos en Bruselas— son los intereses de las grandes empresas, incluso aunque sean extranjeras y su beneficio implique un coste descomunal para los ciudadanos españoles.
El último ejemplo escandaloso lo encontramos en el apoyo del PP a la empresa minera australiana Berkeley, que reclama nada menos que 921 millones de euros al Estado español por no permitirle abrir una mina de uranio en Salamanca. ¿Y quiénes están detrás de esa maniobra de presión contra nuestro país? Nada menos que destacados ex altos cargos del PP, como Jaime García-Legaz y Manuel Lamela, convertidos ahora en lobistas del uranio radiactivo. ¿Dónde queda el interés general? ¿Dónde está el patriotismo?
El PP, que se rasga las vestiduras por cualquier decisión del Gobierno de coalición, se dedica a apoyar una empresa extranjera que pretende sangrar al Estado tras ver frustradas sus ambiciones extractivas gracias a una decisión técnica del Consejo de Seguridad Nuclear. ¿Quién defiende aquí a España?
Pero el escándalo no se queda en lo económico. Es político y moral. El PP ha convertido en costumbre la deslegitimación constante del Gobierno elegido democráticamente. Allá donde va —sea en el Congreso, en Bruselas o en foros internacionales—, no pierde oportunidad de presentar a España como un país hundido, sin ley, al borde del colapso. Porque para el PP, cuando ellos no gobiernan, España se convierte automáticamente en una nación fallida.
No tienen reparos en cuestionar la democracia, los tribunales o las instituciones si eso debilita al Ejecutivo de turno. Y al mismo tiempo, claman por la unidad y el amor a España. Su patriotismo se ejerce a costa del propio país, siempre que eso los acerque un poco más al poder.
El PP no tiene un problema con el Gobierno. Lo tiene con la democracia cuando no les da la razón. Y lo tiene con España cuando no les pertenece. Lo han demostrado una y otra vez, y lo vuelven a hacer ahora, poniendo los intereses de una multinacional minera australiana por encima del interés general de los españoles.
Hablan de España, pero solo les interesa el reparto. Hablan de patriotismo, pero solo practican el partidismo. Si algo ha quedado claro con el caso de la mina de uranio, es que, para el PP, “España” es solo una excusa cuando está en la oposición, y un botín cuando está en el poder.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Energías renovables: más que nunca

 

Debemos mimar el planeta con renovables o será nuestra perdición
Debemos mimar el planeta con renovables o será nuestra perdición

España, gracias al impulso que los gobiernos progresistas han dado a las energías limpias, está a la vanguardia de una revolución energética eficiente y barata que no solo es necesaria para combatir la emergencia climática, sino que también ha permitido que nuestra industria sea muy competitiva, a la vez que hemos reducido significativamente la huella de carbono.
En contraste, si las políticas impulsadas por la derecha española hubieran prevalecido, hoy estaríamos en una situación completamente diferente. El “impuesto al sol” del gobierno de Rajoy, y la privatización del sector energético por Aznar, habrían dificultado el acceso a la energía limpia y habrían incrementado de manera significativa los beneficios de las eléctricas y las facturas de los ciudadanos y el resto de empresas.
Por si fuera poco, la reciente propuesta de Feijóo de promover la energía nuclear como parte del mix energético del país, alargando la vida útil de las centrales nucleares y otorgándoles beneficios fiscales, es un claro retroceso. Esta medida, buena para las energéticas y mala para la ciudadanía por su coste, no solo pone en riesgo la seguridad energética y medioambiental, sino que también olvida el potencial de las energías renovables que son mucho más rentables a largo plazo.
El sol y el viento españoles nos brindan una ventaja natural invaluable, y gracias al desarrollo de estas fuentes renovables, durante la reciente crisis energética fruto de la invasión de Ucrania y el encarecimiento global de los combustibles fósiles, España y Portugal, por su “singularidad ibérica” –un modelo energético con ventajas para ambos países, la misma que denostó el PP–, han mantenido las tarifas de electricidad mucho más baratas que en el resto de Europa.
Los datos son claros: las energías renovables no solo son el futuro, sino el presente y la clave para una transición energética eficiente, justa y económica. La energía solar y eólica son, además, cada vez más accesibles y competitivas frente a otras fuentes de energía tradicionales. Y España con su clima privilegiado y su infraestructura en expansión, tiene todas las condiciones para liderar esta transición en Europa y consolidarse líder en el sector de las energías limpias, lo que nos permitirá seguir disfrutando de una energía barata y accesible, mientras protegemos nuestro planeta para las generaciones futuras.
Por ello, las energías renovables son el camino a seguir. No solo son una solución para la emergencia climática, también la base para una economía más competitiva e independiente de energías contaminantes.

lunes, 21 de abril de 2025

Si quiere impuestos justos vote con cabeza

 

Votar es un acto cívico que requiere una gran responsabilidad
Votar es un acto cívico que requiere una gran responsabilidad

Los impuestos no son un castigo: son la base de una sociedad más justa. Por eso el mantra populista de bajar impuestos que la derecha repite infatigablemente, es una trampa. Aunque reducir impuestos a las clases trabajadoras es más que deseable, solo debe hacerse cuando las grandes fortunas y corporaciones tributen de forma justa y efectiva como el común de los mortales. Según el informe Oxfam Intermón de 2023, publicado en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con datos proporcionados por UBS, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 95%.
Ante semejante obscenidad, cabe preguntarse: ¿por qué quienes más sufren la precariedad respaldan opciones políticas que encubren recortes al Estado de bienestar?
La respuesta está en el discurso, seductor pero engañoso, que los conservadores usan como bandera sobre la bajada de impuestos; pero omiten que los recortes afectan a servicios fundamentales como la sanidad, la educación o las pensiones con efectos devastadores para la mayoría. Por tanto, no debemos votar a quienes nos bajan unas migajas en impuestos, mientras perdonan ingentes cantidades a los más poderosos a base de recortar servicios. Tenemos que entender que con los impuestos se financian hospitales, colegios, pensiones, infraestructuras, programas de desempleo y políticas de igualdad. Y, sobre todo, debemos votar con conciencia a aquellos que defienden que los grandes poderes –empresas e individuos– que más tienen –y tienen más porque obtienen beneficios desproporcionados a través de prácticas abusivas, fijando precios muy por encima de lo ético por sus productos, de ahí las cifras milmillonarias–, contribuyan de manera justa y en mucha mayor medida a fortalecer el Estado de bienestar, tal y como establece el principio de progresividad fiscal recogido en el artículo 31 de nuestra Constitución.
Solo así construiremos una sociedad en la que los derechos no dependan del bolsillo, sino del compromiso colectivo con la justicia redistributiva.

domingo, 13 de abril de 2025

China y el PP

 

Pedro Sánchez, presidente de una España soberana
Pedro Sánchez, presidente de una España soberana

Hace meses que Pedro Sánchez tenía previsto su viaje oficial a China. No fue improvisado. No responde a ninguna provocación geopolítica repentina. Sin embargo, un beligerante y vengativo Trump cambió el contexto. En medio del aumento de tensiones comerciales entre Estados Unidos y el resto del mundo, especialmente con el gigante asiático —con advertencias tan torpes como la del secretario de Estado estadounidense, quien aseguró que «acercarse a China sería como cortarse el cuello»—, la visita del presidente español se ha convertido para los carcas en una supuesta traición a los intereses occidentales.
Se olvidan de que España es un país soberano. Y lo sigue siendo gobierne quien gobierne. No puede —ni debe— plegarse a los designios de ninguna potencia extranjera, por muy aliada que sea. Lo que hace Pedro Sánchez no es otra cosa que ejercer una política exterior autónoma, responsable, y en este caso, también alineada con la UE, como abanderado de una posición común europea, en contacto directo con la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, que pronto también visitará China.
No es la primera vez que un presidente del Gobierno español pisa suelo chino para reforzar lazos comerciales. Aznar lo hizo. También Rajoy. Incluso Feijóo, cuando era presidente de Galicia, viajó para buscar acuerdos e inversiones. Ninguno de esos periplos fue tildado de sumisión ni de error estratégico. ¡Ah!, pero cuando lo hace la izquierda, las voces del PP se alzan con hipocresía, mentiras y sumisión al poderoso.
La crítica no se basa en el fondo, sino en el autor. Si Sánchez hubiera cancelado el viaje por presión estadounidense, también lo habrían acusado de rendir la soberanía española a intereses ajenos. Y eso es precisamente lo que está en pasando: una visión instrumental de la política exterior, utilizada como munición para el combate interno. El PP siempre tiene que criticar.
Es muy preocupante el tic automático con el que el PP responde a cada movimiento del Ejecutivo. No hay análisis, ni propuesta alternativa. Solo crítica automática, desgaste constante, falta de respeto, búsqueda del titular fácil. A esto se suma el discurso aún más estridente de Ayuso, que convierte todo en nauseabundo campo de batalla ideológico, donde rinde pleitesía al poderoso y pisotea al débil.
España no puede permitirse ese tipo de política. Y menos cuando el tablero internacional exige inteligencia estratégica, autonomía y visión a largo plazo. En lugar de arrastrarse ante las amenazas de Washington o de usar cada viaje para desgastar al rival político, haríamos bien en exigir altura de miras a quienes aspiran a gobernar.
Porque la soberanía se defiende con hechos, no con discursos huecos, banderitas ni pulseritas.

domingo, 30 de marzo de 2025

¡Tiene huevos!… el libre mercado

 

Tiene huevos cómo se forran a nuestro costa
Tiene huevos cómo se forran a nuestro costa

¡Ah, el libre mercado! Esa joya de la ingeniería capitalista, ese sistema perfecto y autoajustable. Sentencian que el mercado se regula solo, que no hay que intervenir. Y al final, unos pocos canallas se llevan todo, y solo porque esa mítica ley de la oferta y la demanda justifica, según ellos, que los pobres intermediarios se vean obligados a aumentar los precios para equilibrar la oferta. ¡Y tan felices!
La verdad es mucho más cruda y desvergonzada. Ahí tenemos la pandemia, ese paradigma de la especulación. Mientras los mortales corríamos a comprar mascarillas para protegernos de un virus mortal, unos pocos genios del libre mercado decidieron que era el momento de forrarse. ¿Mascarillas a 5 euros? Claro, ¿por qué no? Total, si la gente necesita algo para sobrevivir, ¿por qué no hacerles pagar lo que sea? Ah, y no olvidemos los respiradores. Un pastón. Después de todo, la vida de las personas nunca ha sido tan barata, ¿verdad?
Pero el espectáculo especulativo no paró ahí. Llegó hasta el papel higiénico. ¡El papel higiénico! ¿Alguien me puede explicar qué tiene que ver una pandemia respiratoria global para que el precio de un rollo se dispare… y se agote? No lo saben; los especuladores sí. Saben que hay gente dispuesta a pagar lo que sea por un rollo de papel. Y, cuando ellos se frotan las manos, los demás nos quedamos mirando cómo el mercado “se ajusta” mientras nos desborda la rabia.
Y después… la guerra de Ucrania. ¿Y qué hacen estos genios? ¡Suben el precio de cereales, aceite de girasol, electricidad y otro sinfín de alimentos! y se forran de nuevo. Más tarde, por si fuera poco, el aceite de oliva. ¡Claro que sí! ¿Qué menos, con tanto caos? Total, no pasa nada, la gente siempre ha de alimentarse.
Y ahora, con la excusa de Trump llega el momento cumbre: los huevos. Y tiene huevos que la política exterior de un país lejano pueda lograr que su precio se dispare. Pues ahí tenemos al libre mercado en su máxima expresión: sin límites, desbocado y con una excusa que siempre se adapta a cada situación, ya sea una pandemia, una guerra o el tuit de un descerebrado.
Pero no nos engañemos. Este libre mercado no es más que un teatrillo bien montado para que unos pocos se enriquezcan mientras los demás nos quedamos con las manos vacías.
¿Oferta y demanda? Más bien “abuso y exprimir al consumidor”.

domingo, 16 de febrero de 2025

Oligarquías

 

Para los oligarcas las personas somos meros medios de producción
Para los oligarcas las personas somos meros medios de producción

En su mensaje de despedida de la Casa Blanca, Joe Biden sostuvo que «hoy se está formando en EEUU una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que realmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos básicos y nuestra libertad». ¡A buenas horas, mangas verdes!
Que los ricos porcentualmente pagan menos impuestos que usted o que yo, es algo que ocurre desde el desembarco a la política real de las teorías neoliberales de Reagan y Thatcher. Jamás los milmillonarios han abonado menos impuestos que ahora, alrededor del 8%, cuando a mediados del siglo XX y durante 20 años, en EEUU y en muchos países de Europa, pagaban más del 90% para instaurar un Estado de bienestar vigoroso.
Para remediar el peligro de oligarcas y plutócratas es evidente que hay que acabar con los paraísos fiscales y hacer que estos potentados vuelvan a abonar más del 90% en impuestos –no sufran, seguirán siendo milmillonarios– para restituir a la sociedad la riqueza robada –sí, robada, porque han cobrado por sus productos muchísimo más de lo ético, de ahí sus inconmensurables fortunas inmorales– y construyamos con ellos Estados robustos, con servicios públicos y viviendas sociales excelentes, que además respondan contundente y rápidamente a tragedias. Y, cuando toda la población viva dignamente, los oligarcas perderán el poder que amenaza democracia y derechos básicos.

miércoles, 12 de febrero de 2025

La nueva Solución Final

 

Son fascistas orgullosos de serlo
Son fascistas orgullosos de serlo

Con personajes tan desalmados como Donald Trump y los de la Internacional Reaccionaria y Fascista, carentes del mínimo rasgo de empatía, regresan el supremacismo y el racismo que dan lugar a algo parecidísimo –adaptado a los tiempos– a la execrable “Solución Final” de la Alemania nazi contra muchos colectivos que resultan deshumanizados: los inmigrantes –una plaga, según ellos, que solo trae pobreza y muerte– son considerados delincuentes a los que hay que deportar y encarcelar masivamente; los palestinos son terroristas que no tienen derecho a vivir en su tierra a la que quiere convertir en un resort turístico; los grupos LGBTIQ+ , unos “pervertidos” que van a ser objeto de una cruzada de desprestigio en la que les negarán sus derechos, lo que incrementará la violencia y discriminación en todos los ámbitos aumentando la desigualdad y su aislamiento.
La degeneración moral de esta Internacional Reaccionaria recorre el mundo y trata de suprimir los avances habidos en derechos humanos y políticas de igualdad, que tantas décadas de lucha costaron lograr.
Hay que actuar. No se puede permanecer impasible. No se puede permanecer callado.

martes, 28 de enero de 2025

Y usted, ¿no es de izquierdas?

 

La izquierda busca el avance de la sociedad. La derecha, no
La izquierda busca el avance de la sociedad. La derecha, no

Desde el retorno de la democracia a España, jamás ninguna transformación social –y ha habido muchas– ha venido de la derecha. Y si en alguna ocasión, en lugar de recurrir los avances aprobados por el progresismo al Constitucional como suele hacer, ha votado a favor, lo ha hecho de mala gana y por mero cálculo electoral.
Por ello, y como viví la dictadura de verdad, la de Franco,  y como denuncio que los que más tienen cada día tengan más porque pagan impuestos irrisorios y no contribuyen a la justicia social; defiendo a muerte los derechos humanos –para todos, incluso terroristas–; me agrada el progreso y la reducción de la jornada laboral; soy solidario y empático; abrazo la lucha feminista; abogo por la justicia social; respaldo la sanidad universal y gratuita frente a la privada –mucho más cara a quien la pueda pagar– y la educación pública –ídem–; me solidarizo con los migrantes –recuerdo nuestro pasado aspirando a un futuro mejor, como ahora los que vienen–; apoyo un sistema público de pensiones; una vivienda pública digna y blindada que cumpla con el mandato constitucional; me gusta impulsar la ciencia; el cuidado de nuestros mayores… y todo ello financiado con una fiscalidad progresiva donde pague más quien más tiene, soy de izquierdas.
Si fuera por la derecha, continuaríamos anclados en la Edad Media, con todos los privilegios de los señores feudales en vigor, aferrados al poder para satisfacer su codicia y ser más opulentos que ahora. Es ingenuo creer que por sí mismos hubieran renunciado a sus prerrogativas.
Sabiendo esto, ¿por qué usted no es de izquierdas? ¿Le gusta, por ejemplo, que se apliquen políticas privatizadoras encubiertas con dinero de todos en detrimento de la educación y la sanidad pública como ocurre en Madrid? Entonces, ¿por qué vota a la derecha?

domingo, 15 de diciembre de 2024

Milei, año uno

 

Argentina: el desastre Milei
Argentina: el desastre Milei

En tan solo un año, la Argentina de Milei suma cinco millones de pobres más y la descontrolada tasa de pobreza y desigualdad golpea al 53 % de la población que, con salarios bajos, arroja al 66 % de los niños a la vulnerabilidad. El superávit fiscal del 0,5 % del PIB, se ha obtenido recortando las prestaciones sociales a las familias más de un 36 %, incluyendo medicamentos y destrozando las pensiones. El paro ha aumentado 1,4 puntos porcentuales, pasando del 6,2 al 7,6 %. Con esta miseria, han quebrado pequeñas y medianas empresas y el consumo privado ha caído un 10 %, ayudando a contener la inflación que, aun así y según afirma el economista Alfredo Serrano Mancilla, en once meses acumula la misma tasa que en los primeros 55 meses del gobierno de Cristina Fernández.
Pero no todo es pena en Argentina; quienes están de fiesta son las grandes empresas: energéticas, petroleras, financieras… que han multiplicado sus beneficios.
Un año de gobierno ultraliberal y el balance no puede ser más boyante para los ricos, ni más trágico para la ciudadanía.
¡Viva la libertad, carajo!
Simplemente patético.

domingo, 1 de septiembre de 2024

Jubilarse a los 60

 

Los ricos y las grandes empresas deben pagar impuestos como el resto de los mortales para financiar un verdadero Estado de bienestar
Los ricos y las grandes empresas deben pagar impuestos como el resto de los mortales para financiar un verdadero Estado de bienestar

Según una reciente investigación realizada por Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), prolongar la jubilación entre los 60 y los 69 años incrementa el riesgo de mortalidad temprana en un 4,4 % cada año de retraso, en especial en profesiones de exigencia física o estrés laboral. Además, por si fuera poco, asegura que este aplazamiento no compensa porque «el impacto adverso sobre la esperanza de vida supera las ganancias fiscales».
Y, como la vida es para disfrutarla y el progreso es avanzar a unas sociedades mejores y más plenas en lo físico y lo mental, sería preferible fijar la jubilación a los 60. Los jóvenes entrarían más temprano en el mercado laboral y el dinero adicional para pagar las pensiones saldría de los escandalosos beneficios, por lo mucho que nos cobran, de las grandes empresas y que hoy día, con la ingeniería financiera y paraísos fiscales, contribuyen poco al reparto de la riqueza.
Así es como se logra el progreso de la sociedad: trabajar menos, disfrutar más.

domingo, 7 de julio de 2024

Jornada laboral, cerrazón patronal

 

La patronal no está dispuesta a mejorar la vida de la ciudadanía. Quiere mantener todos sus privilegios
La patronal no está dispuesta a mejorar la vida de la ciudadanía. Quiere mantener todos sus privilegios

Se pone de manifiesto la inmovilidad frente al progreso. Lo reveló Woodrow Wilson: «El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada».
Mientras CEOE y CEPYME, de mentalidad arcaica, se oponen a rebajar la semana laboral de 40 a 37,5 horas –el PP no sabe/no contesta–, en Suecia, Reino Unido o Bélgica, países que han testado con agrado empresarial la semana de 4 días, han constatado que incrementar el asueto y promover la reconciliación familiar, rebaja el estrés y obtiene una mejor salud, menor absentismo y un incremento de la productividad.
Hace meses que en España varias compañías ensayan la semana laboral de 4 días con resultados notablemente positivos.
Ahora que nuestra economía está fuerte, es el momento de progresar. Y como tantas otras medidas que este Gobierno ha llevado a cabo, no traerá el apocalipsis como vaticina siempre la derecha agorera, más bien todo lo contrario.
La patronal debería entrar en el siglo XXI.

miércoles, 26 de junio de 2024

Impuestos: ¡No aprendéis!

 

Con la eliminación del IVA del aceite de oliva ocurrirá como con el del pan y otros alimentos
Con la eliminación del IVA del aceite de oliva ocurrirá como con el del pan y otros alimentos

¿Para qué sirvió eliminar el IVA del pan y otros productos si pagamos lo mismo? Para que lo que el Estado deja de recaudar, debilitando servicios públicos, se lo embolse la distribución al no trasladarlo a los productos.
¿Para qué servirá eliminar a partir del 1 de julio el IVA del aceite de oliva? Seguramente, para lo mismo.
Además, cuando haya que retomar su cobro tendrán la excusa perfecta para volver a llevárselo crudo con un incremento injustificado y mayor que el que debiera ser; y la oposición denostará al Gobierno acusándole de hacer caja.
Es que no os enteráis: queremos un Estado de bienestar vigoroso que, con justicia social, redistribuya la riqueza y, para eso, se necesitan impuestos y, aunque el IVA sea el más injusto de todos, mientras no se recaude por otro lado, no hay que suprimir nada. Es más, hay que elevarlos a grandes empresas y fortunas para eliminar los impuestos indirectos y reforzar los directos de forma progresiva.
¡Que os enredan como a pipiolos!

domingo, 23 de junio de 2024

La piedra angular de la “singularidad”


Feijóo, como siempre, tiene varias caras
Feijóo, como siempre, tiene varias caras
Hace lustros que España necesita un nuevo modelo de financiación autonómica. Esto lo saben Feijóo y hasta el Papa de Roma. De hecho, fue Feijóo quien en 2012 prometía «no descansar hasta lograr una nueva financiación autonómica», y en 2016 reiteraba que era difícil «explicar que a Cataluña no se le dé un concierto económico cuando lo tienen vascos y navarros, estoy de acuerdo. Estas cosas se pueden cambiar, plantear y discutir».
No es tarea fácil ni cómoda, pero el modelo está caduco y debe revisarse. Así que, a ello, sin “descansar”, hiperventilar ni rasgarse las vestiduras, sino con propuestas realistas y solidarias entre territorios. Y las comunidades, como la de Madrid que, gracias a su capitalidad, con una mano hacen dumping fiscal despojando deslealmente riqueza al resto de comunidades al bajar impuestos a ricos y grandes empresas a costa de recortar sanidad y educación, mientras que con la otra exigen más financiación, deberían verse contundentemente perjudicadas por su vileza.


martes, 18 de junio de 2024

Europa: consecuencias electorales

 

Mercaderes y trujamanes se frotan las manos pensando en la energía nuclear
Mercaderes y trujamanes se frotan las manos pensando en la energía nuclear

Llaman a las puertas del nuevo Europarlamento, las nefastas consecuencias de haberse escorado a la derecha. Son las políticas austeras –que empobrecerán a muchos y enriquecerán a los pocos de siempre– y, por ser la derecha ambigua y la ultraderecha negacionista en materia de emergencia climática en contra de las evidencias científicas, las políticas verdes mortalmente recortadas que nos arrojarán a las fauces del abismo climático. Y así, el veto a fabricar motores de combustión a partir de 2030 irá a la UCI mientras las medidas medioambientales del campo, para hacer frente a la emergencia climática y proteger los recursos naturales y la biodiversidad, decaerán.
Ahora trujamanes y mercaderes se frotan de nuevo las manos negociando la resurrección de la energía nuclear, de residuos letales durante milenios y muchísimo más cara –según el banco de inversiones Lazard, 167 dólares por MWh, frente a los 60 del ciclo combinado de gas, los 38 de la eólica y los 36 de la solar fotovoltaica–.

jueves, 25 de abril de 2024

¡No pasarán!

 

Pedro Sánchez (foto original sacada de la web oficial de La Moncloa)

Estoy totalmente de acuerdo con la carta del presidente de Gobierno. Es un ataque, que dura décadas, de la carcunda –mediática, judicial, política y económica– contra la democracia porque la aborrecen. Sea quien fuere quien estuviera en el cargo, y no fuera de los suyos, actuarían exactamente igual. Recuerdo como se fueron creciendo y subiendo el tono con González, luego Zapatero y, ahora, enrabietados hasta el paroxismo, contra Sánchez.
Entiendo el desencanto. Sin querer compararme, también soy embestido a diario por mis escritos y, en algún momento de debilidad, he tenido ganas de dejarlo por el insoportable y nauseabundo hedor del albañal en que están convirtiendo la política. Es lo que pretenden. Pero eso, sería darles la victoria.
Sabemos por qué estamos aquí: hacer un mundo mejor y más justo.
Los españoles votamos y salió este Gobierno legítimo. Así, pues, adelante, Presidente. Merece la pena.

miércoles, 24 de abril de 2024

Los “prodigiosos” economistas del PP

 

La brecha del PP. Lo único que hace el PP con la economía es cargársela bajando impuestos a ricos y grandes empresas y privatizando sanidad y educación, su hoja de ruta «para forrarse»
La brecha del PP. Lo único que hace el PP con la economía es cargársela bajando impuestos a ricos y grandes empresas y privatizando sanidad y educación, su hoja de ruta «para forrarse»

A pesar de que la economía española lleva años muy bien –teniendo en cuenta pandemia y guerras– y de que en 2021 y 2022 creció por encima de la media de la UE, de que en 2023 la quintuplicó creando más empleo que nunca en un año, y de que las previsiones anticipan que en 2024 y 2025 España prosperará de nuevo holgadamente por encima de la media europea, los gloriosos economistas del PP llevan seis años vaticinando, mientras babean al imaginarlo, el apocalipsis económico de nuestra nación. ¿Qué lumbreras económicas hay en sus filas? Si durante seis años no han acertado ni una, ¿qué gestión harían de la economía si gobernaran?
Y, tan bien va la economía que, al actual ministro del ramo, casi 4 meses en el cargo, en las sesiones de control la oposición no le ha dirigido ni una sola pregunta relacionada con la economía.
Recordar que el mal llamado “milagro económico” de Aznar se debió a la venta de sectores absolutamente estratégicos de la economía española que llenó las arcas del Estado y a que España recibió cuantiosos recursos de los fondos europeos. Por si fuera poco, aprobó la “Ley de Liberalización del Suelo”, que dio lugar al estallido de la burbuja inmobiliaria. Asimismo, hubo factores externos que ayudaron disparar la economía nacional como fue la reducción de los precios de las materias primas internacionalmente. Además, tuvo la suerte de que la producción anual mundial, en términos de PIB, creció a un ritmo superior al 3% casi todos los años de ambas legislaturas. Así, hasta el más tonto hace relojes.
¿Y qué decir de Rajoy y lo que supuso su economía low cost para los trabajadores?
En resumen: la única economía que sabe hacer bien la derecha, es la de «estar en política para forrarse» y amnistiarse fiscalmente.

domingo, 21 de abril de 2024

Garamendi, ultraliberal 2.0


 

Garamendi 2.0 (ultra... liberal)
Garamendi 2.0 (ultra... liberal)
Reclama Garamendi «en interés de la transparencia, que los trabajadores deberían recibir sus cotizaciones e ingresarlas en la Seguridad Social». En el fondo de estas palabras pronunciadas por el alto representante de la patronal, subyace un viejo adagio del ideario ultraliberal: el fomento del negocio privado por encima de todo, aún a costa de la salud y la vida de la gente.  Es decir, lo que abogan los ultraliberales es fuera impuestos, yo le pago, y usted cotice y contrate con quien quiera –costoso para el ciudadano, boyante para los negocios, como se demuestra en EE.UU.– y, si el día de mañana enferma y tiene que vender su casa para pagar el hospital, o solicitar un crédito para que su hija vaya a la universidad, o que cuando se jubile se convierta en pobre de solemnidad, o…, es su problema.
Ya que estamos abogando por la «transparencia», ¿por qué no se ingresa en la nómina de los trabajadores los beneficios empresariales y que estos los abonen a sus empresas para que «sean conscientes» de cómo, en demasiadas ocasiones, los sangran?
Menos demagogia, señor Garamendi.

miércoles, 31 de enero de 2024

Los ricos andan preocupados

 

Algunos millonarios inteligentes tienen motivos para inquietarse
Algunos millonarios inteligentes tienen motivos para inquietarse

Desde el desembarco a la política real de las teorías neoliberales con Reagan y Thatcher, la desigualdad no ha parado de crecer. Nunca los milmillonarios han abonado menos impuestos que ahora, alrededor del 8% –menos que usted o yo–, cuando a mediados del siglo pasado pagaban más del 90%. Ello pone en riesgo la paz social.
Y así, en Davos, algunos multimillonarios inteligentes –y altruistas, no lo discutiré– están alarmados. Más de 250 de ellos –ningún patriota español– han firmado una carta solicitando a la élite política «pagar más impuestos –conscientes de que ellos y sus herederos continuarán viviendo exquisitamente– para lograr un futuro democrático común» y construir una sociedad más justa mejorando los servicios sociales y la vida de la gente. Son personas lúcidas, sabedoras de que la riqueza desmedida erosiona las democracias y carcome la paz social. Añaden que «la desigualdad ha llegado a un punto de desequilibrio», e inquietos por lo que pueda venir, exigen «actuar ya».
El neoliberalismo es una bomba para la convivencia. Estos sí que son patriotas.

lunes, 22 de enero de 2024

Bitcóin: enajenación colectiva

 

Lo de las monedas virtuales es un delirio colectivo
Lo de las monedas virtuales es un delirio colectivo

Dado que la SEC estadounidense –regulador de mercados– autoriza los fondos que trabajan con bitcóin, paso esencial para normalizar las criptodivisas en los mercados de valores, el capitalismo está de fiesta. No entiendo la enajenación colectiva; detrás de la moneda virtual está el vacío: ni respaldo, ni confianza, salvo la de quienes la compran y la venden.
Me alarma y desconcierta que autoricen un medio digital de intercambio, tan embrollado de rastrear, que asegura el anonimato de su propietario. Por eso los delincuentes, evasores, estafadores, mafiosos, traficantes, empresarios, políticos corruptos… el hampa organizada del mundo la usa para ocultar su botín anónimamente lejos de miradas incómodas.
Es un agravio para los que abonamos impuestos, y una adversidad para los que pretendemos justicia social y redistribución de la riqueza. Hasta que se regule su uso con luz y taquígrafos para saber quiénes son y cuánto tienen para que paguen impuestos, no debería autorizarse, sino prohibirse.

jueves, 21 de diciembre de 2023

Qué propones, que me opongo

 

Lo único que propone el PP es la crispación y bajar impuestos a los ricos
Lo único que propone el PP es la crispación y bajar impuestos a los ricos

El PP, antisistema y atrincherado desde hace tiempo, se opone a todo sin plantear alternativas. Cuando los saudíes compraron el 9,9% de Telefónica, que Aznar malvendió, se rasgaron las vestiduras porque el Gobierno, según ellos, no hacía nada –es el capitalismo, amigos–. Ahora que el Estado compra el 10% para defender esta compañía estratégica de España tampoco le gusta, pero no plantean nada.
Alemania, la Francia liberal de Macron o la Italia neofascista de Meloni, son ejemplos de países que han hecho lo mismo para blindarse de entradas de Estados extranjeros en sus empresas estratégicas.
¿Tiene algo que aportar el PP para el bien de España? ¿Cuál es su modelo para Cataluña? ¿Cómo quiere combatir la desigualdad? ¿Qué medidas implementaría para mejorar la vida de los ciudadanos de a pie?