domingo, 31 de mayo de 2020

Estado de alarma… ¿a la carta?

El estado de alarma es el mecanismo adecuado para restringirr los movimientos de la población
El estado de alarma es el mecanismo adecuado para restringirr los movimientos de la población
¿No habíamos quedado que el confinamiento general de la población, para evitar desplazamientos que propaguen el virus por nuestra geografía, solo es posible mediante el estado de alarma? Entonces, ¿por qué se habla de estado de alarma a la carta? Los habitantes de las comunidades que dejen de estar bajo este régimen excepcional, ¿podrán moverse libremente entre territorios? ¿Por qué ha dejado de ser imprescindible? ¿Ya no lo es porque las autoridades sanitarias valoran que no existe peligro y nos podemos trasladar a dónde queramos? ¿O solo porque el Gobierno estima que no va a encontrar los apoyos necesarios para sacarlo adelante y no quiere verse derrotado? Si es aquello, bueno está; pero si es esto, como parece, tenemos un grave problema.
El Gobierno debería ser firme en su defensa de lo que considera mejor para la población y presentar su propuesta en el Congreso. Y, si no se la aprueban, que los que la rechacen aclaren a los españoles su porqué y que los españoles juzguen en las urnas.

viernes, 29 de mayo de 2020

¿Mascarillas de un solo uso?

Nuestras mascarillas, de tanto usarse y usarse mal, tienen agujeros de polilla
Nuestras mascarillas, de tanto usarse y usarse mal, tienen agujeros de polilla
A pesar de la obligatoriedad de usar mascarilla por la calle si no es posible mantener la distancia de seguridad –algo habitual en las grandes urbes–, muchos la incumplen. Y los que la llevan, la portan en el codo cual pequeño bolso, sobre la cabeza cual gorrete de payaso, en la garganta cual bufanda, solo en la boca cual mordaza, en la frente cual cuerno de unicornio, en la barbilla cual barba blanca, en la oreja cual gran pendiente, en la nariz cual gran apéndice, sobre el pecho a modo de babero y, los menos, hasta la utilizan adecuadamente cubriéndose boca y nariz.
Pero, incluso dentro de esa enorme variedad de acarreos, hay algo que las conecta: llevan a sus espaldas más horas extras que Papá Noel en navidades. Lógico, ¿por qué quién está sobrado de dinero para andar cambiando de mascarilla cada cuatro u ocho horas?
Y aunque los más hacendosos las pulvericen con aerosoles de alcohol, la inmensa mayoría se las quita, las cuelga y… hasta el día siguiente. ¿Podría, este uso mucho más allá del límite fijado y en partes del cuerpo inadecuadas, hacer que el virus se propague con mayor facilidad?

miércoles, 27 de mayo de 2020

Repensar las residencias de mayores

Los fondos buitres han entrado en las residencias con el consiguiente deterioro de servicios
Los fondos buitres han entrado en las residencias con el consiguiente deterioro de servicios
Hace más de un lustro que un buen amigo sufrió un ictus. Quedó paralizado de medio cuerpo y, al concluir su calvario por hospitales y convertido en un peso muerto, su familia no pudo atenderlo y acabó en una residencia de mayores donde lo visito con asiduidad.
Los asilos siempre fueron trasteros de muebles abandonados. Cada vez que voy salgo dolorido por partida doble: por verlo en ese estado y por ver a sus ancianos compañeros. No es que estén desatendidos, porque los cuidadores hacen todo lo que pueden; pero claramente, lo que pueden es insuficiente. Son pocos y no dan abasto. ¿A qué viene la sorpresa ahora?
Las residencias deben asistir bien a los mayores con un servicio de calidad y dejar de ser un lucrativo negocio. Y, para que nuestros abuelos puedan tener un final digno, si no se pasan al sector público, al menos deberían limitarse sus beneficios, hoy tan desorbitados que los fondos buitres clavan sus garras aferrándose al botín, y denigran los merecidos cuidados para ganar más.

domingo, 24 de mayo de 2020

La cesta de la compra, como siempre

No puede ser que se especule con la cesta de la compra
No puede ser que se especule con la cesta de la compra
Sé que el Gobierno está enfrascado en sacarnos de la crisis sanitario/económica; y, precisamente por eso, no debería descuidar la lucha contra la sinvergonzonería que explota tragedias ajenas. Es lo de siempre; aunque la inflación anual descendió un 0,7 % en abril, nuestros bolsillos, además de no notarlo, habrán detectado justo lo contrario: que la cartera parece tener un agujero negro que engulle todo el dinero. La culpa, también como siempre, la tienen quienes se aprovechan del sufrimiento de la dichosa covid-19. Son, en la mayoría de los casos, los intermediarios de la cadena alimentaria quienes se enriquecen a base de encarecer la cesta de la compra de productos básicos, al tiempo que pagan una miseria a los productores. En concreto frutas y hortalizas suben más de un 10%.
Desde aquí, por responsabilidad administrativa, insto al ministro de Consumo a poner fin a esta otra epidemia de subidas abusivas de precios que, como siempre, perjudicará a los más desfavorecidos.

jueves, 21 de mayo de 2020

Rectificar… ¿de sabios?

Asesores de pesadilla
Asesores de pesadilla
Errar es humano y rectificar de sabios. Cierto. Pero rectificar, una y otra vez, en temas ilusionantes como la derogación integral de una reforma laboral absolutamente injusta, o como el tan esperado anuncio de la salida de los niños a la calle para meterlos en supermercados, no tiene nombre.
De verdad que no se comprenden estos fallos garrafales que no hacen sino armar al enemigo. A los que creemos en ustedes, ¿saben lo que desmoraliza el espectáculo? En estas situaciones, fáciles de evitar con dos minutos en el rincón de pensar, los que damos la cara por este Gobierno progresista nos vemos abrumados. ¿Para qué tantos asesores?
En cualquier caso, como rectificar es de sabios, frente a la caverna mediática y ultraderechista populista, cuyo único argumento es la descalificación y el no es no, les seguiré defendiendo; pero, por favor, no lo compliquen y pónganlo más fácil.

miércoles, 20 de mayo de 2020

La bandera

Aunque no me gusta ninguna bandera, me revienta quienes la patrimonializan en actos de división
Aunque no me gusta ninguna bandera, me revienta quienes la patrimonializan en actos de división
Jamás me he identificado con patria, himno o bandera. Me siento ciudadano del universo; pero si aun así insisten en ubicarme, busquen donde están los que amo y donde el Estado procura sanidad, educación y servicios sociales de calidad a todos. Y, si quieren asignarme una bandera, la de la solidaridad entre pueblos.
Cuando alguien se molesta porque no me reconozco en una tela sujeta a un asta, le digo que no creo en un acto de fe colectivo basado en la distinción del lenguaje, cultura y territorio, cuando no de raza, que suele derivar en exclusión y odio en vez de un enriquecedor intercambio étnico y cultural.
Pero lo que más ayuda a reafirmar mi convicción, es ver cómo en actos partidistas de protesta se envuelven en la enseña patria y utilizan el himno. Logran –y a lo mejor es lo que desean– que los que no simpatizamos con sus reivindicaciones, acabemos mirando la bandera con recelo. Les pediría que, en actos ideológicos, usen emblemas de partido y no patrimonialicen lo que es de todos.

lunes, 18 de mayo de 2020

Distopía libertaria

Al igual que el cojo manteca, en el madrileño barrio de Salamanca maltratan el mobiliario urbano
Al igual que el cojo manteca, en el madrileño barrio de Salamanca maltratan el mobiliario urbano
Estamos en estado de alarma y no por antojo, y los epidemiólogos recomiendan salvaguardar la salud pública con distanciamiento social. Aunque se puede discrepar y manifestar el desacuerdo, resulta paradójico que los manifestantes que estos días exigen «libertad», además de tener todo y vivir en pisos enormes, vean a Franco con buenos ojos. Reclaman, por ser quienes son, poder moverse y reunirse –algo que todos tenemos lógicamente restringido–, dijeron a toro pasado que nos confinaron tarde y echaron pestes por la manifestación del 8M, cuando en España había 16 muertos y ahora con cerca de 28.000 exigen apiñarse. Incongruente.
Por cierto, patético comportamiento de la presidenta de la Comunidad de Madrid alentando a la protesta contra «un mando único dictatorial» que coarta la «libertad de empresa» –la bolsa antes que la vida– mientras alerta de que esta manifestación «parecerá una broma cuando de verdad la gente salga a la calle». Actuando así, parece el “miniyo” de Donald Trump.

viernes, 15 de mayo de 2020

¿Qué nos está pasando?

Demoledor decaimiento del cociente intelectual en Occidente
Demoledor decaimiento del cociente intelectual en Occidente
Existen dos hechos palmarios: primero, la advertencia de que la luz azul que emiten las pantallas de nuestros móviles, tabletas y televisores además de lesionar la retina y envejecer la piel, dañan las células cerebrales; segundo, diversos estudios muestran cómo en las últimas décadas el cociente intelectual occidental decae a pasos agigantados, culpando a factores ambientales, nutricionales, laborales, escasa lectura y muchas horas ante pantallas que merman la capacidad de concentración ya que, el universo digital, hace que no memoricemos los datos. No obstante, hay quien sostiene que como el mundo ha cambiado y se razona de forma diferente, los test de inteligencia deberían renovarse.
Pero, teniendo en cuenta estas informaciones y la descorazonadora realidad que nos aprisiona, me hago las siguientes preguntas: ¿Por qué cada vez existen más terraplanistas, crédulos de bulos, negacionistas del cambio climático, conspiranoicos, antivacunas y demás fauna extraña? ¿Por qué han alcanzado el poder difundiendo mentiras personajes del calado intelectual de Trump, Johnson, Bolsonaro, y tantos otros? ¿Por qué, por todo el mundo, la gente corriente vota a la derecha que gobierna en contra de la justicia social favoreciendo a los ricos? ¿Será cierto que nos atontamos?
Juzguen ustedes mismos.

martes, 12 de mayo de 2020

La ponderación en tiempos del coronavirus

Estamos envenenando este planeta
Estamos envenenando este planeta
Este virus, trágico, dañino e inquietante, requiere sosiego y rigor para que la realidad no se torne obsesiva zozobra. Pero hay otras muchas heridas largo tiempo abiertas que siguen ahí y, aunque también se cobran muchísimas vidas al año, se las otorga escasa asistencia al no afectar a la economía: el hambre que apuñala mortalmente a más de 9 millones, de ellos, 6 millones niños; la contaminación ambiental que se lleva a 9 millones; los accidentes de tráfico que matan a 1,3 millones y dejan 50 millones de lisiados; el tabaquismo, que consume la vida de 8,2 millones de fumadores activos y pasivos en muerte agónica; el cáncer, a 6,4 millones descontados los del tabaco; y lo que será, aunque muchos no lo crean, el apocalipsis sanitario/económico, nuestro acelerado tren de vida que devastará el planeta. Para estas otras plagas, casi no existe respuesta. Sin querer restar ni un ápice de gravedad a la pandemia, si a todos estos desafíos pusiéramos la mitad de interés, concienciación y visualización que a la covid-19, probablemente los resolveríamos.

sábado, 9 de mayo de 2020

Y “Billy el Niño” se fue de rositas

Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, un sádico franquista
Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, un sádico franquista
El sonrojo democrático que padecemos en España, sigue pasando su triste factura. A la marcha de los millares de compatriotas de aquellos grises y plomizos años de lucha contra el abyecto golpe de Estado, que se van lentamente sin haber podido narrar sus vivencias ante una Comisión de la Verdad, se suma ahora la muerte del sádico torturador franquista “Billy el Niño”, portando en el pecho cuatro medallas relucientes que enriquecían su pensión. Este esbirro del terror totalitario, que actuó bajo la supervisión del cruel comisario Conesa, se va sin responder ante un tribunal por sus cobardes crímenes. Otra humillación democrática que debemos soportar por haber consentido una pusilánime reforma en lugar de una ruptura con el negro pasado dictatorial que tiñó de barniz democrático la continuidad tiránica en las cúpulas del Estado: policía, ejército, judicatura…
Al menos ahora, a título póstumo, debería retirársele las condecoraciones. De no hacerlo, se estará mancillando a quienes también hayan sido honrados con ellas equiparándolos con semejante malhechor. Más vale tarde que nunca.

jueves, 7 de mayo de 2020

El gran robo

Mi pequeña Emma observa atenta un hormiguero
Mi pequeña Emma observa atenta un hormiguero
Si algo ha demostrado este maldito virus es que, además de ser un consumado ladrón –nos ha arrebatado seres queridos–, es un mangante de momentos gratos compartidos con familiares y amigos, ratos íntimos concretos que se llevó a algún universo paralelo y no volverán: besos, abrazos, charlas, paseos, risas...
Y entre las muchas vivencias que me ha birlado la covid-19, están las que debería haber experimentado junto a mi nieta que transita una preciosa edad que desdibujará las ruinas del tiempo. Odio el teléfono porque siempre he preferido el contacto vis a vis para poder mirar los ojos de mi interlocutor; pero reconozco su utilidad, y más aún en estos tiempos que nos permite acercarnos en la distancia con videoconferencias y verla todos los días.
En pocas semanas, mi pequeña Emma cumplirá tres añitos. Su cerebro es una esponja que todo absorbe. En los dos meses de alejamiento, ha crecido mucho como personita. Está revelando su carácter, su genio. Construye frases infantiles que dejan entrever la intensidad de un pensamiento que comienza a labrarse. Anhela saber. Pregunta y espera la respuesta para repreguntar, y así, hasta el infinito. Me cuentan que ahora que ha podido salir a pasear, harta de estar con mayores, al cruzarse con otro niño mantiene un contacto visual estrecho, casi inquisidor y, con su dulce vocecita grita «¡hola!», ansiando entablar contacto social, parloteos y juegos. Pobre.
Ya que el virus nos ha robado instantes irrecuperables, aprendamos a valorar lo que tenemos para tratar de rescatar mañana el tiempo que se malogró ayer.

martes, 5 de mayo de 2020

¿Qué quiere Casado?

Sin recato, Pablo Casado usa la pandemia y sus muertos para sacar partido
Sin recato, Pablo Casado usa la pandemia y sus muertos para sacar partido
El confinamiento, según todos los epidemiólogos, es la única forma de contener la expansión del virus. No se puede confinar a toda España en casa con una ley ordinaria como la que propone Casado. Esto solo es posible mediante el estado de alarma. Las otras leyes permiten «controlar a los enfermos y las personas que estén o hayan estado en contacto», pero no puede limitar la libertad de movimiento al resto de la población. Y si se pudiera, que no se puede, ¿sería para llegar a una situación tan similar que parecería idéntica? ¿Por qué la quiere liar? Se diría que su único objetivo es tensar la cuerda, confrontar junto a Vox, acusando al Gobierno de ser el responsable de todos los males del mundo pasados, presentes y futuros. Con descaro, carente de responsabilidad e incapaz de formular críticas razonables y fundadas, ni aportar soluciones, el Partido Popular saca rédito electoral sirviéndose de la frustración de la gente en esta situación sobrevenida y trágica para tumbar al Gobierno.

domingo, 3 de mayo de 2020

Pacto de reconstrucción

La Vía Lactéa y Andrómeda colisionan
No será un choque, sino un hermoso vals
En 4.000 millones de años, nuestra galaxia La Vía Láctea y su vecina Andrómeda, colisionarán. En contra de lo que pueda imaginarse, y debido a las formidables distancias siderales, no habrá una caótica devastación de planetas, sino una hermosa fusión de dos conglomerados celestes en un elegante vals cósmico. ¿Cómo es posible? Bueno, supongamos que nuestro sol, con un diámetro de 1.400.000 km, fuera una canica normal de 1,59 cm de diámetro. En esta escala, la estrella más cercana a nosotros, Próxima Centauri, una enana roja que se encuentra a 4,2 años/luz de distancia, pasaría a ser un pequeño perdigón situado a 456 km. Así resulta improbable la colisión de sistemas estelares. En aquel remoto futuro los singulares habitantes de esos mundos podrán gozar relajadamente de unas noches espectaculares.
Tan bello y similar vals, debería bailar la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. Una danza sin destrucción, sin choques, que aporte y fusione ideas para dejar atrás la crisis y encarar el porvenir con optimismo mediante la firma de un gran pacto de recuperación; un baile que entremezcle opiniones de unos y otros para sacar adelante a este país y sus gentes. Y si por fin, durante la coreografía, la derecha decide abandonar la bronca y acogerse a la razón y al debate no poniendo más zancadillas, nosotros los mortales, al igual que esos pobladores del futuro lejano, asistiremos extasiados a la exhibición de la política bien entendida. Sería un espectáculo muy gratificante.

viernes, 1 de mayo de 2020

Primero de mayo: revertir injusticias

1º de mayo: ¡Viva la lucha de la clase obrera!
1º de mayo: ¡Viva la lucha de la clase obrera!
Junto a obreros y empleados, mis amigos y yo acudíamos en la Transición a aquellas reivindicativas mareas rojas del primero de mayo. En nuestros jóvenes corazones palpitaban esperanzas de cambio y conquistas de derechos. Muchas se materializaron. Más tarde el PSOE, con pequeñas reformas, abrió grietas en los cimientos del estado de bienestar por las que el PP, a lomos del ultraliberalismo, metió la piqueta malogrando aquellos logros, con el desenlace del empleo precario y mal pagado que todos conocemos.
Como se atentó contra el principio del derecho tuitivo, que ampara al trabajador, por ser parte débil en las relaciones laborales, hay que derogar todas las reformas regresivas. Asimismo, hay que finiquitar el IPREM, otra perversa invención neoliberal que lo desvincula del SMI y reduce el poder adquisitivo de los parados quedando desprotegidos ante la rampante inflación.
Sin duda con la covid-19 será un primero de mayo muy diferente e irreal; pero, aun así, con mucho que reivindicar.