14 de octubre de 2000
Ya son varias las ocasiones que en los titulares de la sección deportiva del periódico que usted dirige, aparece que tal o cual deportista “se ha roto”. Le aseguro, que la primera vez que leí un titular de noticia así escrito, hube de hacerlo repetidas veces, y, mientras lo releía una y otra vez, mi ansiedad aumentaba pensando que el marido de Marion Jones había tenido un grave accidente que le había segado la vida al quedar su cuerpo dividido en dos mitades. Decidí leer más sobre el trágico suceso a ver si aportaba más luz que el escueto pero impactante encabezamiento, y fue cuando comprendí, que el mencionado atleta, tan sólo causaba baja del equipo olímpico de su país por haber tenido una simple lesión.
De nuevo, el 13 de octubre, leo en su periódico: “Kluibert y Overmars se rompen con Holanda...” y pienso que cada día comprendo menos cómo unos profesionales, cuyo oficio es el empleo correcto del idioma, lo vulneran de semejante manera, sobre todo siendo el castellano una lengua tan exuberante y de una riqueza semántica inigualable, que permite tantas, tan variadas y correctas formas de dar la noticia.
Romperse no puede usarse para personas, para miembros del cuerpo o cosas sí, salvo que, el periodista considere a los jugadores como aquellos soldaditos de plomo que tenía cuando era pequeño y se le rompían. El Diccionario de la Real Academia no contempla esta posibilidad en ninguna de las 22 acepciones que vienen sobre el verbo romper. Tal vez en una próxima revisión...
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