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domingo, 21 de abril de 2024

Garamendi, ultraliberal 2.0


 

Garamendi 2.0 (ultra... liberal)
Garamendi 2.0 (ultra... liberal)
Reclama Garamendi «en interés de la transparencia, que los trabajadores deberían recibir sus cotizaciones e ingresarlas en la Seguridad Social». En el fondo de estas palabras pronunciadas por el alto representante de la patronal, subyace un viejo adagio del ideario ultraliberal: el fomento del negocio privado por encima de todo, aún a costa de la salud y la vida de la gente.  Es decir, lo que abogan los ultraliberales es fuera impuestos, yo le pago, y usted cotice y contrate con quien quiera –costoso para el ciudadano, boyante para los negocios, como se demuestra en EE.UU.– y, si el día de mañana enferma y tiene que vender su casa para pagar el hospital, o solicitar un crédito para que su hija vaya a la universidad, o que cuando se jubile se convierta en pobre de solemnidad, o…, es su problema.
Ya que estamos abogando por la «transparencia», ¿por qué no se ingresa en la nómina de los trabajadores los beneficios empresariales y que estos los abonen a sus empresas para que «sean conscientes» de cómo, en demasiadas ocasiones, los sangran?
Menos demagogia, señor Garamendi.

domingo, 10 de marzo de 2024

Horarios europeos

Ya está bien de mantener este ridículo horario
Ya está bien de mantener este ridículo y desfasado horario

Tal vez solo con anular el cambio de hora franquista –fue el dictador quien, en 1940 y para igualarse a los territorios ocupados por la Alemania nazi, adelantó 60 minutos el huso horario–, tendríamos hábitos más similares a los europeos.
En la España continental y dada nuestra longitud en el mapa, lo racional sería emplear el huso horario de Greenwich y no el de Europa Central –¿o no es ridículo tener idéntica hora que, por ejemplo, Macedonia, más de 2.100 km al este en línea recta?–, e igualarnos con Reino Unido, Portugal o nuestras bellas islas Canarias.
Y, si me apuran, mantenernos para siempre en el horario invierno para no cambiar más; así nuestro ritmo circadiano —que dirige nuestra cadencia de sueño y vigilia— estará afinado con el ciclo solar, sin soportar cada seis meses un trastorno añadido que afecta a niños, personas mayores y enfermos. Es el momento de abordar, con rigor y madurez, el sentido del huso horario que mantenemos y sus cambios estacionales.

lunes, 19 de febrero de 2024

Jamás tan cerca

 

¿Seremos tan necios de acabar con el planeta?
¿Seremos tan necios de acabar con el planeta?

Corría 1947, hacía pocos meses que había estallado la Guerra Fría, cuando un nutrido grupo de científicos puso en marcha un mecanismo simbólico para mostrar la sensación de peligro de sucesos catastróficos relacionados con la supervivencia y el desarrollo de la humanidad ante la amenaza de armas nucleares y de destrucción masiva, al que luego se le irían sumando la emergencia climática, las enfermedades y la inteligencia artificial. Es el “Reloj del Apocalipsis”, y sus manecillas se acercan o se alejan del instante fatídico según los acontecimientos mundiales.
En 1947, comienzo de esta herramienta simbólica, la medianoche estaba a 7 minutos; en 1991 con la caída del muro de Berlín a 17; pero ahora, con el mundo tan revuelto, nos situamos a solo 90 segundos del tétrico final de los tiempos.

jueves, 8 de febrero de 2024

Discriminación animal

 

El ser humano es la especie más nociva que ha habitado el planeta
El ser humano es la especie más nociva que ha habitado el planeta

¿Por qué hay especies que están mal vistas? ¿Por qué una paloma, para algunos, es una «rata voladora» y por qué una rata está mal considerada?
Probablemente, con un raciocinio muy por debajo del animal al que intentan denigrar, son ideas aceptadas con carácter inmutable por colectivos de discutible sensibilidad como cazadores o taurinos. No deberían dejarse arrastrar por estereotipos atávicos: religiosos, culturales o tradicionales.
Estos animales, al igual que nosotros, que no somos más que una especie animal, sienten, sufren, padecen y deben, como el común de los mortales, buscarse su diario sustento.
A todos los que piensan que ciertas especies no deberían existir, les digo que no busquen más cabezas de turco. Esa especie es la nuestra; porque seguro que ninguna otra es responsable de la emergencia climática o de guerras devastadoras. El ser humano es ese súper depredador voraz, insaciable y dañino para su propia existencia y todas las especies que con él habitan el planeta.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Móviles: no os quedéis cortos

 

Estos niños deberían estar jugando entre ellos en lugar de estar pendientes de las pantallas
Estos niños deberían estar jugando entre ellos en lugar de estar pendientes de las pantallas

En Silicon Valley, meca tecnológica, saben que las pantallas distraen, limitan las habilidades motoras y la capacidad de concentración al tiempo que provocan insomnio y pérdida de memoria. Los creadores de tan avanzada tecnología están alarmados para no menguar la creatividad ni la interacción humana de sus vástagos, y por eso son legión los que niegan el uso de ésta a sus peques, vetando en sus colegios la utilización de tabletas y ordenadores. Hasta sus niñeras tienen restringido el uso del móvil por contrato.
Es bueno que España legisle para prohibir su uso a los alumnos de primaria y secundaria en los centros. Pero, ¿y fuera del cole? Igual que los menores no pueden fumar ni beber alcohol ni dentro ni fuera de las escuelas, para no quedarnos cortos debería ampliarse la restricción en todo momento hasta los 16 años; porque si todos sus compañeros tienen móvil en la calle, será difícil que los padres no cedan para no condenar a sus propios hijos al vacío.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

El embrujo de la vida

 

La vida, a pesar de todo, ¿merece la pena?
La vida, a pesar de todo, ¿merece la pena?

En ocasiones la vida da zarpazos que hacen añicos el alma. A menudo con el dolor ésta se autodestierra al valle de las amarguras, las dudas y las zozobras. Cuando el desconsuelo resulta desgarrador, nos cuestionamos todo, hasta la existencia. Entonces debemos buscar algo a qué aferrarnos y recordar aquello que nos eleva el ánimo y que de no haber nacido no habríamos saboreado: gozar del amor, crear una familia y disfrutarla, festejar la amistad, estremecernos con una caricia, un roce no buscado, el placer de una buena tertulia, embebernos en una fructífera lectura, extasiarnos con la enigmática belleza del cosmos, observar la agreste naturaleza, cautivarnos con el indómito vigor de la tormenta, palpar el madrugador rocío que baña la hierba con su fresco manto cristalino, disfrutar de los atardeceres de arreboladas nubes, escuchar el melodioso trinar de las aves, embelesarnos con la lozanía de los cerezos en flor, sentir el estallido primaveral, tumbarnos sobre el césped a observar el trotar de las nubes, reparar en el rítmico soniquete de la lluvia, oler la tierra mojada, acariciar un campo de trigo maduro mecido por la brisa como rizado mar dorado, sobrecogernos ante la soledad del silente desierto, solazarnos con los verdirrojos campos de amapolas, contemplar en otoño la armoniosa y lánguida danza de las marchitas hojas alfombrar los prados de cálidos ocres…
Aunque a veces la vida es dolor, ¿merece la pena? Reflexionaba Albert Camus en “El mito de Sísifo”, que eso sería «responder a la pregunta fundamental de la filosofía». Juzguen ustedes; pero creo que degustar plenamente aquello que no se compra con dinero, logra que la existencia, a pesar de no entender su sentido y sus vaivenes, merezca la pena.