sábado, 20 de junio de 2015

Felicitaciones al Gobierno

Madrid, 25 de mayo de 1998.

Distinguidos miembros del Gobierno (de éste y del anterior):
Reciban mi felicitación más sincera. Después de muchos años de machacar el subconsciente de la gente, cual incansable martillo pilón, no cabe duda de que han logrado su objetivo. Sí, señor. Ha sido todo un reto que ha tomado su tiempo: planificación, esfuerzo, inversión; en suma: dedicación; pero al final han obtenido, además de su preciada recompensa, la satisfacción y orgullo del deber bien cumpli­do. Todo un éxito que no les voy a negar. Incluso puedo imaginarme sus rostros complacidos, y me atrevería a apuntar que entusiasmados, después de ver cómo medio millón de personas (sí, medio millón y en una sola ciudad) se echa a las calles a altas horas de la noche, de manera espontánea tras el desenlace de un partido de futbol y, constatar paralelamente, cómo los bulevares permanecen inalterables cuando ustedes deciden modificar, a peor, condiciones de trabajo que afectan a algo tan sumamente importante como puede ser la indemnización por despido improce­dente o la supresión, de buenas a primeras, de medicamentos incluidos en las listas de la Seguridad Social.
De nuevo mi más cordial felicitación; pero ánimo y no se duerman en los laureles: el siguiente reto que requiere todo su apoyo y esfuerzo ha de ser la fiesta nacional. Adelante con mucha garra (la tarea así lo requiere) y, si logran un efecto similar, enhorabuena. Entre futbol y toros, el país no hablará de otra cosa.

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