viernes, 11 de marzo de 2016

El sentir democrático de Rajoy

El totalitarismo de Rajoy: ¡Aquí mando yo!
El totalitarismo de Rajoy: ¡Aquí mando yo!
El presidente en funciones, Mariano Rajoy, no ha captado que la realidad democrática de este país ha cambiado renovándose y que tiene su reflejo en el Parlamento. Piensa que aún ostenta la mayoría absoluta y que puede seguir haciendo lo que ha sido habitual durante sus cuatro años de gobierno: el ordeno y mando de una época caduca. Cegado por la luz totalitarista de su universo imaginario se niega a comparecer ante un Congreso que le pide debatir los acuerdos alcanzados por la Unión Europea con Turquía, por considerarlos ilegales. Nadie le está pidiendo que acuda para retirarle la confianza, ya que este Parlamento no ha sido quien se la otorgó, y por tanto sería ilegítimo; pero sí para que explique las pocas decisiones que su Gobierno en funciones está tomando. A pesar de que todos los grupos parlamentarios, 2/3 de la Cámara, a excepción del Partido Popular, reclaman este debate, Rajoy, una y otra vez, se viste de antisistema y vuelve a poner en jaque el régimen democrático. Hace poco ya pretendió aparcar las instituciones en un limbo temporal al declinar ante el Rey su investidura para que “no comenzara a correr el plazo de dos meses que da la Constitución española”.
¡Pues nada, siga, siga!, que ya el escritor francés Albert Camus lo dijo muy claro: “La estupidez insiste siempre”.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

---oOo---
Sé que me repito; pero es que esto se agrava más y más aún.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que podría incumplir los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker suene a pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor y la vergüenza. Mientras, esta deshonra perpetrada por su gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los fríos barrizales y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán?
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario