sábado, 12 de marzo de 2016

La impresionante sabiduría de Aznar

La desfachatez de Aznar
La desfachatez de Aznar
Sostiene el señor Aznar que el populismo “está en las instituciones para dañarlas, para convertir la democracia en una cáscara vacía”. Y lo dice quien es presidente de honor de un partido que se llama Popular, aunque en realidad es un Frente Nacional configurado por un variopinto conjunto de ideologías que va desde la democracia cristiana, pasando por los centristas, a la extrema derecha, con afiliados en sus filas del entorno de Fuerza Nueva o Falange. Culpar al de enfrente de populismo es algo tan manido en política que existe un chascarrillo que propone no olvidarse de acusar al partido rival de populismo antes de que ellos te acusen a ti. En cualquier caso, y volviendo a las sabias declaraciones, yo entiendo que lo que devasta a las instituciones y convierte a la democracia en una cáscara vacía, pero vacía de verdad porque saquean hasta telarañas de las arcas del Estado, son la corrupción (Casos Bankia, Gürtel, Palma Arena, Púnica, y un larguísimo etcétera) y la promulgación de leyes al servicio del 1 % de la población, la oligarquía (estudio de Oxfam Intermón de enero 2016). Quiero recordar al señor Aznar que la trama Gürtel presuntamente pagó parte de la boda de su hija con Alejandro Agag, en concreto 32.452 euros, y que muchos de los invitados que acudieron convidados de su parte están imputados (Francisco Correa, Álvaro Pérez, Luis Bárcenas, Rosalía Iglesias, Ángel Acebes, Álvaro Lapuerta, Carmen Rodríguez Quijano, Jacobo Gordon, Miguel Blesa, Rodrigo Rato, Jesús Sepúlveda, Jaume Matas y María Teresa Areal), y otros, no imputados aunque tuvieron problemas con la Justicia, como Alberto Cortina y Alberto Alcocer. Un consejo: hay que ser prudente, barrer la casa propia y no tomar el pelo a los ciudadanos con ridículos chascarrillos.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

---oOo---
Sé que lo digo una y otra vez; pero es que es terrible dejación lo que está sucediendo en nuestro continente.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker resuene pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor, la indignación y el sonrojo. Mientras, esta deshonra perpetrada por su gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los helados barrizales y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta gravísima situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas y tan cacareadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán?
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!

1 comentario:

  1. Un buen retrato, para quien quiera verlo quitándose las anteojeras.

    PEOR UN CURSI QUE UN MALVADO

    Las palabras puede llevárselas el viento, incluso en el Congreso con luz y taquígrafos, pero no las frases puestas en papel, negro sobre blanco. Y Pablo Iglesias, a menudo retratado con caricaturas de trazo más o menos grueso, se ha hecho a sí mismo un autorretrato definitivo con su texto 'Defender la belleza', testimonio insuperable de su talla política e intelectual, de auténtica carcajada. El estilo es el hombre, según el aforismo de Buffon, y el estilo de Iglesias identifica a un tipo cursi hasta decir basta. Ya era notorio en el arsenal de naderías petulantes de sus discursos - Ramón Gómez de la Serna, en su estupendo ensayo sobre la cursilería, apuntaba el peligro de la oratoria - con el que sólo compite Rufián. No es raro que Ortega asociara la cursilería a la ausencia de una burguesía con formación sólida.

    La paradoja irónica es que 'Defender la belleza' no es un manifiesto escrito bajo la conmoción del síndrome de Stendhal sino literatura ventajista de acompañamiento para cortar cabezas en el partido. Retórica para preparar una purga. Claro que decapitar conmilitones por las bravas mientras escribes «los defensores del 'statu quo' no soportan que nuestras sonrisas, nuestros besos y nuestros abrazos sean de verdad» demuestra la coherencia del bolvechique. A medida que se haga más despótico, hará más frases relamidas. En la Iglesia laica de Podemos han proclamado la ley del amor; y esta 'Carta a los Podemitas' casi emula la 'Carta a los Corintios de San Pablo': el amor todo lo disculpa, todo lo soporta, todo lo puede. Ya dijo Monedero que Iglesias es «una máquina de amar», quizá no de la talla de Rocco Siffredi, pero al menos sí de la escuela del 'Padresito'.

    El teórico de «todo el poder para los círculos», evocando a los soviets, ha ejercido todo el poder sin los círculos. En definitiva Pablo Iglesias se ha montado su círculo unipersonal desde donde manda, aunque quizá preferiría un triángulo como 'deus ex machina'. Los errejonistas han caído en desgracia en el aparato donde ganan peso anticapitalistas y comunistas como Rafa Mayoral, forjados en la escuela de plomo del aparato del PCE, o Irene Montero. Ahí, como describe Preston en su biografía de Carrillo, matar al padre es algo más que una metáfora. Pero 'Defender la belleza' no retrata al enésimo político capaz de liquidar sin escrúpulos, sino a alguien capaz de hacerlo en nombre del brillo en los ojos. Y siempre es menos de temer un malvado ortodoxo, previsible como decía Anatole France, que un cursi cínico parapetado tras la espuma fatua de la cursilería.

    Publicado en diario El Mundo el 19 de marzo de 2016 por Teodoro León Gross.

    http://www.elmundo.es/opinion/2016/03/19/56ec583246163f4b3e8b4583.html

    ResponderEliminar