viernes, 2 de septiembre de 2016

El PSOE: un trilema en una olla a presión

Ferraz para el 26-J. Vota SÍ por el cambio.
Ferraz para el 26-J. Vota SÍ por el cambio. Ojalá no se desdigan
El PSOE tiene tres opciones: sí a Rajoy con su abstención, sí a explorar una alternativa progresista o sí a las elecciones en navidades. Esquivar las tres hipótesis resulta inviable. Una de las tres, finalmente, será.
Por si Pedro Sánchez no soportara suficientes presiones externas, también debe hacer frente a la revuelta interna: por un lado algunos barones y viejas glorias salidas del panteón, estómagos agradecidos desperdigados por los consejos de administración de grandes empresas que defienden los intereses de quienes bien les pagan mientras dan la espalda a su militancia y que deberían haberse apartado de un partido que lleva el socialismo y la clase obrera es sus siglas, que piden la abstención; por otro quienes abogan por buscar un gobierno de cambio que ponga en marcha políticas renovadoras. Si vence la abstención, consentir el gobierno de Rajoy, el PSOE se volatizará. Si gana la búsqueda de alternativa, habrá escisión, pero el PSOE rejuvenecido perdurará. De cuál de las dos tendencias triunfe dependerá nuestro futuro inmediato… y la crónica posterior del PSOE.
Y si hubiese elecciones en Pascuas, ya se sabe: con una altísima abstención, mayoría absoluta del PP.


¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, contó con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

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