martes, 6 de septiembre de 2016

Nunca más el sufrimiento puede ser diversión

El maltrato animal no tiene justificación ninguna. ABOLICIÓN
El maltrato animal no tiene justificación ninguna. ABOLICIÓN
No es justificable ni ético convertir la muerte y tortura de un animal en espectáculo festivo. Para este sábado el PACMA ha convocado en Madrid una manifestación multitudinaria de condena a la tauromaquia: Misión Abolición. Anualmente, en nuestras poblaciones, miles de becerros, novillos y toros acaban siendo inmolados tras haber sido sometidos a un sufrimiento atroz, para diversión de algunos. Depende de nosotros dar el cerrojazo a este oscuro pasado para erigir un futuro mejor. Si algún partido tuviera el coraje de prohibir la tauromaquia, contribuiría a forjar una sociedad más justa al renovar la vida moral de los españoles. En unos años no podremos creer que en algún momento fue legal el cruel martirio de animales para negocio y pasatiempo de unos cuantos. Es un acto de justicia inaplazable.

---oOo---
El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, contó con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario