La reforma para la impunidad da sus frutos

La corrupción se cae de la LECrim ¿Qué busca el PP con esta reforma?

La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal con tiempos estipulados para la instrucción, comienza a dar sus frutos. En su día, abogados, jueces y fiscales alertaron que si no venía dotada de recursos materiales y humanos, ésta se convertiría en una “ley de punto final”. Entonces, ¿por qué se empeñó el Gobierno del PP en sacar adelante en solitario esta reforma, en contra de la opinión de toda la judicatura y de la oposición en bloque? ¿Estaría previendo que muchos casos de corrupción, que presumiblemente afectan a su partido, podrían ser cerrados resultando en la impunidad de unos hechos presuntamente delictivos que deberían haber sido juzgados y, si fuera necesario, condenados?
El caso Pasarelas, que podría afectar al presidente de la Comunidad de Murcia, Pedro Antonio Sánchez del PP, ha sido archivado por finalizar el plazo para investigar que marca la nueva ley. En cualquier democracia avanzada, esto es inimaginable. ¡Es desalentador!
Como dijo Concepción Arenal: “Pocas cosas desmoralizan más que la injusticia hecha en nombre de la autoridad y de la ley”.