miércoles, 1 de junio de 2016

Por qué Sánchez no pactó con Iglesias

Negros nubarrones sobre la sede del PSOE
Negros nubarrones
se ciernen sobre
Ferraz
Desde su legalización en febrero de 1977, se quiera reconocer o no, una derecha moderada se ha ido infiltrando en puestos clave del PSOE. Sólo basta recordar quién ha marcado la senda de enmiendas conservadoras que luego el PP ha rematado de manera brutal; y para muestra, un botón: recién llegado al poder en 1983, Felipe González crea las SICAV para que las grandes fortunas no paguen impuestos. En 1984, la reforma laboral de González abre la puerta a los empleos temporales. En 1991, González crea la hoja de ruta para la privatización de la Sanidad. En 2010, Zapatero facilita y abarata el despido. En 2011, Zapatero de la mano del PP, reforma la Constitución para el que el pago de la deuda pública tenga prioridad sobre las necesidades de la ciudadanía. Además, en 2012 incrementará la edad de jubilación.
Se vislumbra con facilidad como, pasito a pasito, esa derecha ha ido conquistando cargos orgánicos hasta atar de pies y manos al Secretario General. Actualmente su poder es tal que ha impedido a Pedro Sánchez pactar con Podemos para alcanzar la presidencia del país y lograr un auténtico cambio. En el hipotético caso de que Sánchez hubiese tenido el arrojo de desobedecer a esos barones y a la acomodada vieja guardia que en consonancia se ha ido escorando a la derecha, en su investidura se hubiera encontrado con un cisma en el que muchos de sus diputados le habrían negado el voto. Para evitar esta amarga circunstancia, que además le hubiese costado la cabeza, Sánchez optó por aliarse con Ciudadanos, formación conservadora respetada por la derecha reaccionaria del PSOE, mientras solicitaba a Podemos sus votos a cambio de nada.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
---oOo---
Por otro lado, y después de muchos meses de muertes de inocentes, dejaciones y dudas, se ha consumado lo que muchos europeos contemporáneos jamás pensamos ver: la incapacidad de dar respuesta a una grave crisis de refugiados que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de los horrores bélicos, políticos, económicos…
El indecente pacto que ha acordado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados que llegan a Grecia, es una burla colosal que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección, que Europa tiene obligación de cumplir, como son la Convención de Ginebra y el Estatuto de los Refugiados, porque así lo manifiesta en su artículo 18 la Carta Europea. Todo lo demás es pura patraña. Los europeos decentes nos hallamos sumidos en la consternación, la indignación, el dolor  y el sonrojo. Incluso varias ONG como Médicos Sin Fronteras o ACNUR, han suspendido todas sus actividades en el centro de registro de refugiados por entender que se ha convertido en un ignominioso centro de detención.
Con esta firma Europa olvida sus raíces cristianas. ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentarán? ¿Estará prohibido ser hospitalario en Europa? A pesar de esta obscena traición a nuestros principios solidarios, nada frenará el flujo si el horror persiste. Seguirán intentándolo una y otra vez.
Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria humana con su único esfuerzo” y el compromiso que mantiene con los derechos humanos es puro delirio.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario