...conmigo lo hicisteis |
El arzobispo de Valencia estigmatiza a los refugiados al preguntar si en “¿esta invasión de emigrantes es todo trigo limpio?” (sic), para continuar señalándolos como un caballo de Troya, en clara referencia a que entre todos ellos pueden encubrirse mucha gente peligrosa, sembrando el miedo y la desconfianza en el otro, en lugar del amor al prójimo. Nada mejor que el Nuevo Testamento para responderle con palabras del mismísimo Jesús:
“Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estuve desnudo y me vestisteis, estuve en la cárcel y fuisteis a verme. ¿Cuándo te vimos desnudo y te vestimos? Os lo aseguro: Cuando lo hicisteis con uno de estos hermanos más insignificantes, conmigo lo hicisteis”. Mateo 24, 35-36 y 40.
“Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos”. Mateo 7, 12.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Mateo 5, 6.
“Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica; a todo el que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. O sea, tratad a los demás como queréis que ellos os traten”. Lucas (6, 27-31).
“No juzguen a otros para que dios no los juzguen a ustedes. Pues dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros.” Mateo 7, 1 – 2.
“Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros igual que yo os he amado”. Juan 15, 12.
Y se podría continuar con muchos más ejemplos; pero sólo recordarle la imagen sin vida del pequeño Aylan tirado sobre la playa con un último pensamiento: Jesús siendo justo entre los justos pagó por todos los pecadores con su vida.
“Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estuve desnudo y me vestisteis, estuve en la cárcel y fuisteis a verme. ¿Cuándo te vimos desnudo y te vestimos? Os lo aseguro: Cuando lo hicisteis con uno de estos hermanos más insignificantes, conmigo lo hicisteis”. Mateo 24, 35-36 y 40.
“Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos”. Mateo 7, 12.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Mateo 5, 6.
“Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica; a todo el que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. O sea, tratad a los demás como queréis que ellos os traten”. Lucas (6, 27-31).
“No juzguen a otros para que dios no los juzguen a ustedes. Pues dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros.” Mateo 7, 1 – 2.
“Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros igual que yo os he amado”. Juan 15, 12.
Y se podría continuar con muchos más ejemplos; pero sólo recordarle la imagen sin vida del pequeño Aylan tirado sobre la playa con un último pensamiento: Jesús siendo justo entre los justos pagó por todos los pecadores con su vida.
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En
otro orden de cosas, el otoño sigue avanzando y la ineptitud y dejación
de funciones de la política europea hace que los refugiados continúen
pasándolo muy mal.
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