lunes, 5 de octubre de 2015

Suciedad en Madrid


Basura en las calles de Madrid.
Suciedad, no. Barbarie.
Basura en los alrededores del Faro de la Moncloa.
Suciedad, no. Barbarie.
Basura en los alrededores del Faro de la Moncloa.
Suciedad, no. Barbarie.
Pruebas no tengo, no; pero sí la convicción de que existen sectores demasiado interesados en que el sistema actual, con su reparto de poder y corruptelas anexas, no cambie. Y para mantenerlo emplean todos los medios de que disponen, tanto legítimos como inaceptables. En esa coyuntura se halla la ciudad de Madrid que, desde que se privatizó la gestión de los servicios de limpieza hace tiempo, se ha ido marchitando. No obstante, a partir del desembarco en la alcaldía del nuevo equipo de Ahora Madrid y a pesar de que han logrado renegociar los contratos de limpieza firmados por el anterior equipo de gobierno para un periodo de 10 años, de los que aún quedan 8, y haber conseguido avances importantes sin sobrecostes, como es la incorporación de 500 trabajadores más a las tareas de aseo de la ciudad, la capital se encuentra hoy mucho más descuidada que antes, que ya es decir. Por cierto, el PP ha descubierto recientemente algo que los madrileños sabíamos desde hace años: que Madrid está sucio. Soy un gran caminante y pateo continuamente las calles de la gran urbe. En mis paseos he podido advertir que la basura está tirada por muchos lugares, en una aparente acción coordinada: calles, parques, carriles bici, aparecen, de la noche a la mañana, en un estado lamentable: las papeleras han sido literalmente vaciadas y los desperdicios desparramados por sus alrededores para dar una sensación de abandono que, junto a la suciedad habitual, resulta lamentable.
Bueno, como uno es talludito y sabe que la suciedad habitual es una cosa y la barbarie otra bien distinta, llego al convencimiento de que algunos tienen el firme propósito de tratar de que los ayuntamientos del cambio, gobernados por las mareas ciudadanas, fracasen a toda costa. Y no lo hacen con argumentos sino con malas artes, jugando sucio, y nunca mejor dicho.
Basura en las calles de Madrid.
Suciedad, no. Barbarie.
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En otro orden de cosas, el otoño sigue avanzando y la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que los refugiados continúen pasándolo muy mal.

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