Hay que votar eligiendo bien a quienes |
No existe peor postura que el pasotismo político, la apatía, el “si todos son iguales… ¡que más da!”. Es mentira. No todos son iguales, ni mucho menos. Hay que actuar para tratar de cambiar las cosas, hay que comprometerse. Si no hacemos nada, seremos responsables del gobierno que nos toque y, además, no tendremos derecho a quejarnos o ¿es que queremos otros cuatros años de recortes sociales porque los ricos y las grandes empresas no pagan los impuestos que deberían? ¿es que queremos seguir viendo como los corruptos terminan por no pagar ni devolver lo robado? ¿es que queremos que continúen los recortes de libertades?...
Pero antes de votar o abstenerse hay que saber que:
Pero antes de votar o abstenerse hay que saber que:
- El voto en blanco: un sobre sin papeleta que beneficia a los partidos mayoritarios perjudicando a los minoritarios, ya que son contabilizados como votos emitidos y, por tanto, incrementa el número de votos necesarios para alcanzar el 3% mínimo requerido para entrar en el reparto de escaños. Si se queda por debajo de ese porcentaje, no se entra en el reparto.
- El voto nulo: aquel cuya papeleta está tachada, rota, escrita o el sobre contiene dos o más papeletas de distintas candidaturas, u otra cosa. Es absolutamente inocuo, no vale para nada ya que ni siquiera contabiliza como voto emitido.
- La abstención: a priori parece que tampoco debería favorecer ni perjudicar a nadie. La realidad es que sí desequilibra la balanza ya que, según importantes estudios sociológicos, la derecha, siempre fiel, suele acudir a votar por muy enfadada que esté con la gestión que haya hecho su partido. Los abstencionistas suelen ser ciudadanos que no votan a la derecha.
Sin embargo en esta ocasión no deberíamos decir que estamos hartos y nos abstenemos, ni apelar al voto útil… Ahora existen partidos nuevos a los que brindarles una oportunidad.
En cualquier caso, y ya para terminar, antes de depositar el voto convendría recordar lo que dijo el filósofo griego Anaxágoras en el siglo V a. C. “Si me engañas una vez, la culpa es tuya; si me engañas dos, es mía”.
¡Que no nos engañen dos veces!
En cualquier caso, y ya para terminar, antes de depositar el voto convendría recordar lo que dijo el filósofo griego Anaxágoras en el siglo V a. C. “Si me engañas una vez, la culpa es tuya; si me engañas dos, es mía”.
¡Que no nos engañen dos veces!
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En otro orden de cosas, el otoño está casi acabado y el duro y frío invierno está llamando a las puertas mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que los refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su infausto sufrimiento y, en demasiadas ocasiones, pagándolo con sus vidas.