No será un choque, sino un hermoso vals |
En 4.000 millones de años, nuestra galaxia La Vía Láctea y su vecina Andrómeda, colisionarán. En contra de lo que pueda imaginarse, y debido a las formidables distancias siderales, no habrá una caótica devastación de planetas, sino una hermosa fusión de dos conglomerados celestes en un elegante vals cósmico. ¿Cómo es posible? Bueno, supongamos que nuestro sol, con un diámetro de 1.400.000 km, fuera una canica normal de 1,59 cm de diámetro. En esta escala, la estrella más cercana a nosotros, Próxima Centauri, una enana roja que se encuentra a 4,2 años/luz de distancia, pasaría a ser un pequeño perdigón situado a 456 km. Así resulta improbable la colisión de sistemas estelares. En aquel remoto futuro los singulares habitantes de esos mundos podrán gozar relajadamente de unas noches espectaculares.
Tan bello y similar vals, debería bailar la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. Una danza sin destrucción, sin choques, que aporte y fusione ideas para dejar atrás la crisis y encarar el porvenir con optimismo mediante la firma de un gran pacto de recuperación; un baile que entremezcle opiniones de unos y otros para sacar adelante a este país y sus gentes. Y si por fin, durante la coreografía, la derecha decide abandonar la bronca y acogerse a la razón y al debate no poniendo más zancadillas, nosotros los mortales, al igual que esos pobladores del futuro lejano, asistiremos extasiados a la exhibición de la política bien entendida. Sería un espectáculo muy gratificante.
Tan bello y similar vals, debería bailar la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. Una danza sin destrucción, sin choques, que aporte y fusione ideas para dejar atrás la crisis y encarar el porvenir con optimismo mediante la firma de un gran pacto de recuperación; un baile que entremezcle opiniones de unos y otros para sacar adelante a este país y sus gentes. Y si por fin, durante la coreografía, la derecha decide abandonar la bronca y acogerse a la razón y al debate no poniendo más zancadillas, nosotros los mortales, al igual que esos pobladores del futuro lejano, asistiremos extasiados a la exhibición de la política bien entendida. Sería un espectáculo muy gratificante.
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