Titiriteros en la cárcel

Títeres tras las rejas

Siendo Carnaval y habiendo programado el Ayuntamiento de Madrid una función de títeres, ha resultado que la misma, al contrario de lo informado en la página web del Consistorio, era totalmente inapropiada para niños.
Bien, hasta ahí los hechos. Por ello, la oligarquía plutocrática ha acusado al Ayuntamiento de contratar a esta compañía que, según ellos, se sabía formada por “proetarras”. Los que lanzan estas acusaciones insidiosas obvian el hecho de que estos titiriteros fueron contratados por el anterior Consistorio de Ana Botella, y ya habían actuado en diversas ocasiones en Madrid. Incluso, el 11 de mayo de 2014, durante las fiestas municipales celebradas en honor de San Isidro, lo hicieron en el escenario principal de la Pradera del Santo. La corporación municipal actual solamente les ha renovado el contrato ya existente.
¿Se podría, entonces, acusar al Ayuntamiento de negligencia en la supervisión de la obra? Bien, por ella ha sido destituido de manera fulminante el director artístico que programó este espectáculo inadecuado. Además, el equipo de Manuela Carmena está “indignado” e investigando lo sucedido y ha presentado una denuncia contra la mencionada compañía de títeres por incumplir el contrato al representar una obra en la que se escenificaron “actos ofensivos y lesivos para la sensibilidad, especialmente atendiendo a la edad del público”.
Ahora bien, de ahí a colegir que los titiriteros, encarcelados de manera contundente, inmediata y sin fianza, hayan enaltecido el terrorismo, va un enorme abismo. Al final va a ser cierta la sátira representada por los cómicos, donde denunciaban que, con la excusa del terrorismo, se recortan libertades.
Seguro que al final impera la cordura, se archiva este despropósito de causa y quedan libres sin más.
Una reflexión: ¿qué dirían si esto hubiese ocurrido en Venezuela?
Pero no es baladí el hecho de que todo este desmesurado revuelo mediático se organice para atacar a un Ayuntamiento que está logrando que las cosas cambien para bien en Madrid: paralización de algunos desahucios, atención a la desnutrición infantil, democracia participativa, protocolo de contaminación del aire, subida del IBI a las grandes empresas y bajada a los ciudadanos, limpieza de calles…

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En otro orden de cosas, el inclemente, duro y frío invierno hace tiempo que llegó, señor Jean-Claude Juncker, presidente de la CE, y sus palabras de tahúr resultan infladas, pomposas, grandilocuentes, afectadas, hipócritas, engañosas, falsas, tramposas, insensibles, vacías, huecas y febles, mientras la ineptitud y dejación de funciones de su política europea, entre cuyas obligaciones cuenta con el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se  garantiza  el  derecho  de  asilo  dentro  del  respeto  de  las  normas  de  la  Convención  de  Ginebra  de  28  de julio   de   1951   y   del   Protocolo   de   31   de   enero   de   1967   sobre   el   Estatuto   de   los   Refugiados   y   de conformidad  con  el  Tratado  constitutivo  de  la  Comunidad  Europea”, hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico calvario por las tierras y costas de Europa que muchas veces concluye trocando su esperanza por la lóbrega tumba. Gobernantes de Europa: Asuman sus responsabilidades o que todos esos muertos inocentes, incluidos los pequeños angelitos en sus blancos ataúdes, atormenten sus acomodadas conciencias.
Insisto en dos certidumbres:
• Nadie abandona sus raíces, su familia, sus amigos, su país, la tierra que le vio nacer, porque sí.
• Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me está leyendo, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias.
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!