domingo, 13 de diciembre de 2015

Cumbre del Clima de París, o cuando nunca tantos hicieron tan poquito por evitar el desastre

Cumbre de París 2015
Cartel de la Cumbre de París
Será que nos lo merecemos por haberles votado. Llegaron con mucho boato los 150 jefes de Estado o de gobierno a la Ciudad de la Luz para la apertura de la Cumbre auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas, la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático. Rostros sonrientes, fotos, ruedas de prensa, reuniones… Las cifras del evento son apabullantes: unos 2.000 acompañantes, unos 10.000 representantes de las delegaciones de los 195 países asistentes, 14.000 representantes de la sociedad civil, unos 3.000 periodistas acreditados y en torno a 350 debates y conferencias. Los científicos habían dejado claro que, tras décadas de emisiones de gases de efecto invernadero, ya no era posible detener el calentamiento global del planeta. Lo que la Cumbre debía lograr es que la temperatura media del planeta no sobrepasase en 2 grados centígrados la temperatura media que había durante la sociedad preindustrial, o nos tendríamos que atener a consecuencias desastrosas. Por eso en esta Cumbre se debía llegar a un acuerdo para limitar la emisión de gases con efecto invernadero, principal causante del calentamiento y, por desgracia, teniendo en sus manos la oportunidad de cambiar el futuro, el documento final es claramente insuficiente e irresponsable al no mencionar el límite de toneladas de CO2 que se podrán emitir cada año a la atmósfera ni recoger ninguna cantidad en los objetivos nacionales que sea “legalmente vinculante”. Todo queda sometido a la buena voluntad y compromiso de los países signatarios y, cuando existen intereses y hay dinero de por medio, ya sabemos en qué queda todo eso. Sólo buenas palabras, se dejan muchos flecos para “más adelante”; pero la triste realidad es que ahora mismo, los objetivos de emisiones sobre el papel, llevan a un aumento global de 3 grados centígrados, lo que es un serio problema para el planeta y la fauna y flora que en él habitamos. Por si fuera poco, los objetivos de financiación del plan tampoco son vinculantes. ¡Lástima de oportunidad perdida!
No cabe duda de que este acuerdo es mejor que nada, pero es tan poquita cosa que hasta Arabia Saudí lo ha firmado… y nos lo venden tan bien.
¡Eran tantos e hicieron tan poco!

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En otro orden de cosas, el otoño ya está acabando y el durísimo y frío invierno está acechando tras la puerta mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su infausto sufrimiento y, en demasiadas ocasiones, pagándolo con sus vidas.

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