PP y Vox siguen la máxima de "lo que no se nombra, no existe" |
Para defender su pacto con Vox, Feijóo sostiene «que da igual que se destierre el término de violencia machista, porque es obvio que existe» –pues si es tan obvio, no le cambie el nombre–. Aunque lo más alucinante es que, de remate, quien aspira a ser presidente del Gobierno de España, excusa al maltratador de Valencia porque «se estaba divorciando».
Para expresar pensamientos y sentimientos nos comunicamos mediante el lenguaje. Y es tan trascendente que, para que los interlocutores se entiendan en el diálogo, requiere que todo tenga nombre para citarlo, identificarlo y visibilizarlo.
Hace tiempo que en España se llegó a un consenso y se tipificó, para frenar y definir sus efectos y consecuencias, una serie de conductas bárbaras y agresivas como son las violencias de género y machista. Y como Vox, el otro actor del pacto, cree que no existen –barrunto que también muchos en el PP–, Feijóo debería ser rotundo y dejar prístino en los acuerdos su existencia.
Si se prostituye el lenguaje, entramos en terrenos farragosos y corremos el riesgo de poner en peligro a las mujeres pues, como ya advirtió el filósofo George Steiner, «lo que no se nombra, no existe».
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