Quitar el IVA solo sirve para que se forren unos pocos |
Soy muy panero, y me gusta catar distintos panes. Por ello suelo recalar por las diversas tahonas que hay en mi barrio. Ninguna de ellas ha repercutido la exención de IVA en el precio final de tan básico alimento. Ha seguido costando lo mismo que el pasado 31 de diciembre.
¿Para qué ha servido entonces la bajada? Para que lo que el Estado —es decir todos nosotros— ha dejado de recaudar, se lo embolsen unos pocos: panaderías familiares y grandes franquicias.
¿Servirá para algo en el futuro próximo? Sin duda. Cuando el Gobierno restituya su ingreso, tendrán la excusa ideal para volver a llevárselo crudo con otra subida injustificada y mayor que la que debería ser.
¿Y en los demás productos? Con ligeras variaciones, sucederá algo similar.
¿Y por qué nos pasa esto? Tal vez porque la gran tradición picaresca del Siglo de Oro se ha grabado en nuestros genes y… ¡no lo podemos evitar!
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