8-M, aún quda mucho que lograr |
Si exceptuamos algunos episodios aislados acaecidos durante la Revolución Francesa y anteriores, el feminismo emergió como movimiento organizado a mediados del XIX. Al reivindicar la justicia histórica de alcanzar la igualdad real entre hombre y mujer, es un clamor vital e incontenible desde su génesis. Su meta: romper techos de cristal y desterrar el acoso, la violencia y la desigualdad. Por ello, no es moda pasajera sino movimiento trasversal, que ni excluye ni divide. Sorprende que, entrado el siglo XXI, quede tanto por hacer.
¿Imaginan si la mujer no hubiese iniciado este proceso de denuncia, cuál sería su estatus? Por eso, con el despertar de formaciones ultraderechistas, mujeres y progresistas debemos estar más alerta que nunca para combatir aquellas conductas que se apunten al modelo involutivo.
Lo dijo la escritora y filósofa Simone de Beauvoir, «el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente». Y, por ello, persistirá hasta converger con su destino.
¿Imaginan si la mujer no hubiese iniciado este proceso de denuncia, cuál sería su estatus? Por eso, con el despertar de formaciones ultraderechistas, mujeres y progresistas debemos estar más alerta que nunca para combatir aquellas conductas que se apunten al modelo involutivo.
Lo dijo la escritora y filósofa Simone de Beauvoir, «el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente». Y, por ello, persistirá hasta converger con su destino.
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