Cáncer de mama, un mal cruel |
Hace año y medio que lucha sin descanso contra el cáncer. En este peregrinar su entereza ha sido ejemplo para todos los que la acompañamos con nuestros angustiosos miedos, terrores, alegrías, lágrimas, sueños rotos y desconsuelo. Ha pasado por múltiples retos: quimio, caída de pelo, bajón anímico, dolor al no poder tener otro retoño, operación y reconstrucción, radioterapia, tratamiento hormonal, inmunoterapia, efectos secundarios… Desgarradores días para el olvido. Su vida, y la de sus seres queridos, ha cambiado. Pero en la tiniebla ha sabido hallar la determinación, valor y coraje para enfrentarse al cáncer. Es mi hija Reyes. Está en la senda de la victoria amparada por los excelentes profesionales médicos que tenemos en la pública y el apoyo de su familia. Es una gran campeona y quiero mostrarle mi admiración y orgullo por su tesón en la guerra contra este cruel mal y reconocer, como no, el heroico combate que libran tantas otras batalladoras: Lolas, Marías, Rosas… ¡va por todas!
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