Emisiones de CO2: las sucias manos de la especulación capitalista

El subidón especulativo de los derecho de emisión de CO2 es evidente

Rajoy trituró las renovables y España, el país europeo con más horas de sol al año, paga sus nefastas consecuencias en forma de constantes subidas del precio de la electricidad. Paradójicamente Alemania –45% menos de sol– apostó en 2010 por electricidad verde y produce mucha energía barata. Por si fuera poco, todos los países tienen asignado un volumen de emisiones de CO2 y, si lo superan deben comprar los derechos a quien le sobra. Como la especulación capitalista se lucra con todo, al prever un incremento de emisiones, se ha multiplicado por tres el valor de estos derechos en un año, y las eléctricas lo trasladan al recibo de la luz acarreando un nuevo subidón en la factura.
¿No es indecente que se pueda comerciar con estos derechos? ¿No debería ser el oligopolio eléctrico, que no ha querido adaptarse a las renovables, quien pague su indecencia y no los millares de ciudadanos sin recursos que se quedan de noche y en invierno sin un servicio tan esencial como es la electricidad?