jueves, 1 de junio de 2017

El pisito, o cuando un clavo saca a otro clavo

En España deben exigirse responsabilidades políticas
En España deben exigirse responsabilidades políticas
En España son tantos los casos de corrupción –política, moral o económica– que se amontonan sin solución de continuidad. Lo nuevo entierra rápidamente a lo reciente y los escándalos se marchitan por el desagüe del olvido. Así, el común de los mortales incapaz de asimilarlos todos, arrincona algo que, de otra manera, debería haberse condenado. Y como muestra un botón de hace solo dos meses: ¿quién se acuerda del piso de Gregorio Serrano, director de Tráfico, que recibió un trato privilegiado del ministro del Interior y que quedó impune?
Cualquier injusticia cometida por quienes ostentan el poder debe tener reflejo en la acción política. Sin responsabilidades políticas, los ciudadanos vivimos con la incertidumbre de si el Gobierno otorga prebendas y cargos a sus fieles con recursos del Estado.
Si anhelamos una política honesta, cuando los hechos evidencien tratos de favor, han de investigarse y sancionarse sin dilación. Lo contrario es, perdón por la expresión, enmerdar la política.

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