lunes, 6 de febrero de 2017

Vistalegre II

La Marcha del Cambio
Hubo un Podemos cercano que quiso transformar la realidad de este país y llenó las plazas con ideas para llevar a la gente a las instituciones y desterrar el bipartidismo. Hace tiempo, durante una multitudinaria e ilusionante manifestación convocada por Podemos con final en la madrileña Puerta del Sol, Íñigo Errejón subido en el estrado argumentaba: “Mucha gente me para por la calle y me dice ‘No nos defraudéis’, y yo les respondo ‘Eso, no nos defraudemos’”.
Hay un Podemos decepcionante alejado de la realidad e inmerso en polémicas internas, que nos está dejando atónitos.
Habrá, a menos que se llegué al congreso de Vistalegre II con un acuerdo de unión, un Podemos débil y dividido. Porque después del congreso será difícil y doloroso cerrar las heridas.
Lo más frustrante de este proceso es que, defendiendo prácticamente lo mismo, se esté dilapidando el potencial de un movimiento que muchos vimos con grandes esperanzas y ahora nos defrauda. España merece una reflexión, merece el regreso de un Podemos capaz de encandilar.

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