Rajoy, nueva estrella de la diplomacia |
¿Desde cuándo a Rajoy le ha gustado intermediar o meterse “motu proprio” en terrenos ignotos? Rajoy es un amante de lo previsible, por eso sorprende su actitud de ofrecerse a negociar con medio mundo: Europa, América Latina, norte de África y Oriente Medio. Ahí es nada, terrenos pantanosos donde los haya. Una Europa en la que, tras el "brexit" y discrepancias de todo tipo, ni ciudadanos ni políticos ven claro su futuro. Una América Latina convulsa por la enorme desigualdad, la violencia, la corrupción, la marginación de la mujer o la inestabilidad recientemente creada por el propio Trump. Un África del norte en el que hay hacer equilibrios para congeniar democracia, seguridad y desarrollo, mientras miles de refugiados anhelan entrar en Europa. Y, por último, un Oriente Medio convertido en un polvorín, en el que Trump no para de jugar con fuego.
Rajoy, que no manifiesta ninguna discrepancia con la política de Trump de vetar la entrada de ciudadanos de ciertos países con los que no mantiene negocios, una clara violación a la Declaración Universal de Derechos Humanos, parece subyugado por el personaje. Se diría que Rajoy está tratando de emular a Aznar haciéndose amigo del matón del colegio.
No me extraña que poco después de mantener esta conversación, Donald Trump manifestara que ser presidente puede ser "en cierto modo una experiencia surrealista".
Rajoy, que no manifiesta ninguna discrepancia con la política de Trump de vetar la entrada de ciudadanos de ciertos países con los que no mantiene negocios, una clara violación a la Declaración Universal de Derechos Humanos, parece subyugado por el personaje. Se diría que Rajoy está tratando de emular a Aznar haciéndose amigo del matón del colegio.
No me extraña que poco después de mantener esta conversación, Donald Trump manifestara que ser presidente puede ser "en cierto modo una experiencia surrealista".
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