2 de octubre. ¿Y ahora, qué?

Los problemas, cuanto más tardan en solucionrse, más grandes se hacen

Rajoy debería arremangarse porque, pase lo que pase de aquí al 2 de octubre, y parafraseando al genial Augusto Monterroso, cuando los españoles despertaron, la cuestión catalana todavía estaba allí.

Los 41 (¿40?) años del PP

El PP lleva 41 años dejando huella en la democracia

Hace 41 años, en octubre de 1976, 7 ex ministros de la dictadura catalogados de neofranquistas, fundaron Alianza Popular, un frente nacional formado por demócratas cristianos, centristas, conservadores y extrema derecha. Era el germen del PP. En su ideario la monarquía, la unidad de la patria, el orden público, la defensa de la familia, la educación privada, la libre empresa y el fomento de la moral pública.
En estos días sus herederos celebran su 40 aniversario. Y para festejarlo, nada como destituir de manera fulminante al responsable de La 2 Noticias, dispar reducto de TVE que había resistido los embates manipuladores del poder político. Este noticiario alternativo y minoritario era el único que no había sido denunciado por el Consejo de Informativos. En sus primeros días de mandato, Rajoy manipuló sectariamente la televisión más plural que nunca hubo en España hiriéndola de muerte. Ahora, tras lenta agonía de 6 años, la remata. Sin duda, el PP, lleva 41 años dejando huella.

Rajoy degrada la dignidad de su cargo

Esto no es serio

Mientras desaparezcan pruebas que afectan al PP y se blanqueen billetes de 500 euros, la corrupción, como demuestra el CIS, no es cosa del pasado sino el segundo problema que más preocupa a los españoles; por eso, el pleno para explicar la Gürtel era ineludible. Pero Rajoy, durante su comparecencia impuesta, mancilló la dignidad de su cargo de Presidente al faltar el respeto al Parlamento, casa de la democracia y representación de la soberanía nacional. Lo denigró por ofender, por no responder a los interrogantes de la oposición y por burlarse arengando sobre lo que nadie le preguntó; un desprecio a lo expresado en las urnas.
Se diría que enfangando las instituciones desde su notable posición, Rajoy pretende urdir una democracia de baja calidad para distanciar a la ciudadanía de la política, algo insensato ya que cuanta más gente implicada, más democracia. En el Parlamento, rigor y seriedad, no algarabía y mofa. Y si Rivera cree que Rajoy miente siempre, que no lo sostenga.

Derechos fundamentales

El Tribunal Constitucional debe ser garante de la salvaguarda de los derechos fundamentales

Ahora que asociaciones y ONG exigen la puesta en libertad del periodista turco-sueco Hamza Yalçin, me he quedado ojiplático y boquiabierto al conocer la justificación de la Audiencia Nacional para mantenerlo en prisión: “no es el momento de entrar en consideraciones sobre eventuales vulneraciones de derechos fundamentales”. Palabras que desasosiegan a los demócratas por venir, tan absurdo argumento, de los custodios de la integridad de las leyes.
El respeto a los derechos fundamentales –fundamental: lo principal en algo– debe ser objetivo central de los Estados. Son así llamados por ser inalienables e irrenunciables y estar protegidos en todos los órdenes jurisdiccionales con valor jurídico superior a cualquier otro. Por eso ha de ser la primera consideración de un tribunal al enjuiciar un hecho. También nuestra Constitución, norma jurídica suprema, los aplica a extranjeros en territorio nacional. Lo contrario, conculca los derechos humanos y alarma a la sociedad.

La comparecencia de Rajoy

Mariano Rajoy obligado a comparecer en el pleno del Congreso

Esta madrugada, anhelante y nervioso por la centésimo primera declaración de Rajoy sobre el caso Gürtel –según Maillo–, viajé en el tiempo a ver si por fin se clarificaba el segundo problema que más inquieta a los españoles. La odisea temporal fue un fiasco: nada de nada. Pero ya que fui, y para que puedan trabajar sobre la noticia, les remito la réplica que dará Rajoy entre gracietas, chascarrillos, tics y alusiones a Venezuela y al perverso y subversivo izquierdismo del PSOE, a los interrogantes que le planteará la oposición el próximo miércoles: «Ese asunto sobre el tema por el que usted pregunta, lo ignora por completo este señor al que usted se refiere que hoy sale en todas las portadas y al que ustedes obligan a informar en este pleno “extraterrestre” del Congreso. Fin de la cita. ¡Mecachis!, esto último no debería haberlo leído».
Por cierto, en contra de lo que quieren hacer creer, mientras destruyan pruebas que afectan al PP y hace solo dos años se haya blanqueado billetes de 500, la corrupción no es algo del pasado, sino actual… y bien arraigada.

Refugiados: cuando mentir es gratis

Contador de la vergüenza que puso en marcha La Sexta para recordar el compromiso del Gobierno

Hace dos años, la vicepresidenta del Gobierno analizó en un plató la tragedia de los refugiados y aseveró que “la discusión nunca estaría en la cifra”, que se aceptaría “sin reticencias” la cuota que asignara la UE. Sorprendido por el rotundo sustantivo “sin reticencias”, el presentador insistió y Soraya, tajante y petulante, recalcó: “sin reticencias”.
Poco después Europa estableció el cupo en 17.387 personas. El plazo concluye en un mes, y a día de hoy yerran en 15.613 (90%). Para cumplir se necesitarían 20 años más. España, el pasado julio, sin reticencias ni inquietud por el dolor que genera este incumplimiento, de nuevo por boca de Soraya y para no perder fondos europeos, prometió reubicar 500 refugiados más al mes.
¿Cómo se puede mentir con tan afectado descaro y mercantilizar el sufrimiento de seres humanos usando palabrería digna de un tahúr del lenguaje? ¿Será porque no pierden votos?
Las crisis humanitarias precisan respuestas políticas, no promesas hipócritas.

Actúa: unir, no dividir

Esperemos que la plataforma Actúa no divida

Sostienen Gaspar Llamazares y Baltasar Garzón que el nuevo partido político Actúa no se presentará a las elecciones. Confiemos en sus palabras.
En contra de la creencia, el sistema D’Hondt, no es perverso y facilita el reparto de fracciones de escaño. Es la ley electoral, con 52 circunscripciones en lugar de una única, la que no garantiza un reparto proporcional del dictado ciudadano en las urnas y la que sobrevalora a los partidos mayoritarios. La derecha hace mucho tiempo que lo sabe y, para mantener sus privilegios y no perder ni un voto, vio en la unidad su baza. Constituyó el Partido Popular, en realidad un frente nacional que aglutina un variopinto conjunto de credos que van desde la democracia cristiana, pasando por centristas y conservadores, a la extrema derecha, con afiliados del entorno de Fuerza Nueva y Falange.
Si no se quiere perpetuar a la derecha en el poder, ahora que la cordura camina al encuentro de PSOE y Podemos, la izquierda debe unirse, no fragmentarse.