Contador de la vergüenza que puso en marcha La Sexta para recordar el compromiso del Gobierno |
Hace dos años, la vicepresidenta del Gobierno analizó en un plató la tragedia de los refugiados y aseveró que “la discusión nunca estaría en la cifra”, que se aceptaría “sin reticencias” la cuota que asignara la UE. Sorprendido por el rotundo sustantivo “sin reticencias”, el presentador insistió y Soraya, tajante y petulante, recalcó: “sin reticencias”.
Poco después Europa estableció el cupo en 17.387 personas. El plazo concluye en un mes, y a día de hoy yerran en 15.613 (90%). Para cumplir se necesitarían 20 años más. España, el pasado julio, sin reticencias ni inquietud por el dolor que genera este incumplimiento, de nuevo por boca de Soraya y para no perder fondos europeos, prometió reubicar 500 refugiados más al mes.
¿Cómo se puede mentir con tan afectado descaro y mercantilizar el sufrimiento de seres humanos usando palabrería digna de un tahúr del lenguaje? ¿Será porque no pierden votos?
Las crisis humanitarias precisan respuestas políticas, no promesas hipócritas.
Poco después Europa estableció el cupo en 17.387 personas. El plazo concluye en un mes, y a día de hoy yerran en 15.613 (90%). Para cumplir se necesitarían 20 años más. España, el pasado julio, sin reticencias ni inquietud por el dolor que genera este incumplimiento, de nuevo por boca de Soraya y para no perder fondos europeos, prometió reubicar 500 refugiados más al mes.
¿Cómo se puede mentir con tan afectado descaro y mercantilizar el sufrimiento de seres humanos usando palabrería digna de un tahúr del lenguaje? ¿Será porque no pierden votos?
Las crisis humanitarias precisan respuestas políticas, no promesas hipócritas.
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