Esperanza Aguirre: ¿vocación de servicio público?

Esperanza Aguirre y el dinero público

Al salir del juzgado, la siempre deslenguada Esperanza Aguirre manifestó entre sollozos haber “buscado la mejor utilización del dinero del contribuyente, el servicio público”. Desde luego el dinero lo utilizaron maravillosamente bien; en cuanto al servicio público, unos ejemplos de cómo el patrimonio público pasó a manos de unos pocos accionistas con pingües beneficios: privatizó la limpieza y recogida de basuras de Madrid –así nos va–, las ITV y la Sanidad con el consiguiente deterioro e incremento de costes. Trató de privatizar Telemadrid, que acabó como instrumento de desinformación, y el Canal de Isabel II con el consabido resultado. Potenció la enseñanza privada a costa de la pública, cediendo suelo para construir colegios privados.
¡Vaya voluntad de servicio público! ¡Claro!, que la frase es una coletilla sin más, como la de “colaborar con la Justicia”. Por ser paladín de lo privado, mejor que hubiese trabajado en empresas privadas y manejar allí lo que la dejaran en vez de usar lo público.

La citación

Esa persona de la que usted me habla...

Por fin impera la lógica y la Justicia cita a declarar a Mariano Rajoy. Pero el PP, siempre presto a colaborar con la Justicia y con los nervios a flor de piel, desaprueba airadamente la citación hablando de conspiración, de situación excepcional y de abuso. ¿A qué tanto nerviosismo? Si sólo se trata de acudir a los Tribunales a decir la verdad. ¿Acaso tienen miedo a la verdad? Y, si es así ¿no debemos desconfiar los españoles de que nos gobierne “esa persona a la que se refieren los titulares” que teme decir la verdad?

Europa: renovarse o morir

Europa, tras la salida de Reino Unido, debe renovarse o morir.

Observo amargamente que, 60 años después de su fundación, la desafección ciudadana por las instituciones europeas ha alcanzado su máximo. Y la responsabilidad no es precisamente de los que hemos visto esfumarse nuestros anhelos, sino de los gobernantes que, con sus políticas de austeridad y recortes de derechos y libertades, han aumentado la desigualdad y menoscabado años de conquistas sociales. Ellos son los únicos culpables.
Muchos desearíamos una Europa unida, solidaria y no egoísta y entendemos que la UE es el camino, pero percibimos la brújula de poderosos grupos de presión marcando el rumbo. Si los políticos quieren revertir el recelo de los europeos, deberán gobernar para estos y ampararlos. Al fin y al cabo los países son las personas y no las empresas ni lobbies que las representan. Si no lo logran, será perjudicial para todos porque crecerá el número de los desafectos.
Tras su sexagésimo aniversario, Europa tiene ante sí un gran reto: renovarse, de verdad, o morir.

Poder y encuestas de opinión

Con Trump, la escalada de la tensión mundial está garantizada

Tras bombardear un aeropuerto en Siria, Donald Trump ha logrado reforzar una popularidad que tenía por los suelos, embarrada en su decimoprimera semana de mandato, algo que ningún antecesor logró. Al conocer el dato de los sondeos de opinión, su siguiente movimiento ha sido enviar una flotilla de guerra al Mar de Japón que baña la península coreana, y lanzar un tuit amenazando al Gobierno de Pyongyang para que no busque problemas al tiempo que advierte a China que si no les ayudan, resolverán ellos solos.
Vivimos en la era del marketing político donde la demoscopia, manejada por una mente imprevisible como la de Trump, puede resultar nefasta. Trump, que seguramente piensa que la política no es el arte de gobernar sino la facultad de conservar el poder, orientará su administración hacia donde calcule obtener una mayor aceptación que le afiance en la presidencia.
La escalada de la tensión mundial, con Trump gobernando a golpe de tuit y de estudios de opinión pública, está garantizada.

Matanza de guerra

Cualquier guerra genera víctimas inocentes

Nació hace cuatro años con el conflicto activo. Hoy su cuerpo yace tirado en el tanatorio de Jan Seijun (Siria), junto a otros sesenta y seis. ¡Toda una vida, aunque breve, en la que sólo conoció los horrores de la desgarradora guerra! No ha sido la única, ni será la última víctima inocente de algo que ni él mismo alcanzó a comprender: la aplastante lógica de la guerra. La guerra, por tanto la muerte, para él era la vida, el día a día, jamás presenció otra cosa. ¿Cómo imaginaría la paz, en su mente de cuatro añitos, si nunca, a no ser en la precaria protección que le brindaba su humilde hogar, la había palpado? ¿Tal vez fantaseaba con ella por aquello que de vez en cuando escuchaba a sus mayores?
En estos inicios del tercer milenio las imágenes que hemos visto destrozan las más firmes convicciones de una posible conciliación de la humanidad.
¿A dónde nos encaminamos?

La amarga victoria de Ciudadanos

El PP no cumple lo pactado y C's traga

El acuerdo firmado en Murcia entre C’s y PP es claro y directo en su punto número uno: “Separar de inmediato de cualquier cargo, público o de partido, a imputados por corrupción política hasta la resolución completa del procedimiento judicial”. Pero todo apunta a que Pedro Antonio Sánchez mantendrá su cargo público de diputado de la Asamblea, su presidencia del PP murciano y gobernará en la sombra la Región de Murcia, según su sucesor que ya ha manifestado “ponerse a su disposición”. Vamos, que con este primer punto del acuerdo pisoteado, el PP les vuelve a demostrar su consideración.
Y C’s, con estos titubeos, hace inverosímil la regeneración y dilapida su acervo mientras fortalece a un PP que lo menosprecia para restarle votos, mientras despacha lo ocurrido como una injusticia y lo demuestra arropando y manteniendo a Sánchez blindado ante los tribunales de justicia con su acta de diputado. C’s debe abandonar la autocomplacencia y reconocer que su amarga victoria implica la dulce derrota del PP.

Conspiración en las cloacas

Fernández Díaz miente descaradamente. Todos hemos escuchado las conversaciones

En su comparecencia ante la comisión de investigación, Fernández Díaz, ex ministro del Interior, basó toda su defensa en que la difusión de la conversación que mantuvo con De Alfonso, de la Agencia Antifraude de Cataluña, sólo tenía como objetivo perjudicarle a él y su partido, y que la comisión debería investigar quién la realizó, añadiendo, con la mayor osadía y sin decoro, que ésa es la única conspiración que ha habido. Al reconocer que publicar esa conversación pudo perjudicarle, está confirmando que ese menoscabo, para él y el PP, nace de una total ausencia deontológica en la misma.
Igual que es imprescindible una ética pública impecable, uno debe actuar de tal forma que si llega a conocerse lo que hace o dice en privado, pueda divulgarse sin ningún perjuicio. Y la conversación que conocemos es diáfana evidenciando que Fernández Díaz mantiene un comportamiento moral diferente en privado o en público; y sus indignantes explicaciones no se las cree nadie.