martes, 28 de junio de 2016

Por la boca muere el pez… soe

Por la boca muere el pez
Por la boca muere el pez
Declara Rajoy que para pactar hablará primero con el PSOE. Responde Antonio Hernando, portavoz del PSOE, que “si Rajoy quiere hablar, que lo haga con sus afines ideológicos”, en clara referencia a Ciudadanos. Si C’s es afín del PP y el PSOE pactó con C’s, ¿no será que el PSOE tiene cierta afinidad con las ideas del PP y por eso Podemos no quiso saber nada de ese trato antinatural? ¿De verdad alguien cree que fue realmente Podemos el responsable de la nueva cita electoral?

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado día 20 se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

lunes, 27 de junio de 2016

26-J. La tormenta perfecta

26-J. Papeletas esperando a las urnas en un colegio electoral.
26-J. Papeletas esperando a las urnas en un colegio electoral.
La terrorífica resaca del Brexit y una Ley Electoral injusta se han combinado para sorprender al mismísimo PP. Sin miedo no se sabe que hubiera pasado, pero con una ley mucho más justa, como puede ser la circunscripción electoral única a la que se le aplique la Ley D’Hont para evitar restos, el resultado hubiera sido el siguiente: PP 119 (-18), PSOE 81 (-4), Unidos Podemos 76 (+5), Ciudadanos 47 (+15), ERC-CATSÍ 9 (0), CDC 7 (-1), EAJ-PNV 4 (-1), PACMA 4 (+4), EH Bildu 2 (0) y CCa 1 (0). Como siempre, PP y PSOE se ven claramente favorecidos y partidos como PACMA o Ciudadanos han sido duramente golpeados por esta injusta Ley. Mientras en España los votos no valgan lo mismo, la inmoralidad estará garantizada.
Una duda: de haber salido a la luz más casos de corrupción del PP, ¿habría logrado la mayoría absoluta?

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado día 20 se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

viernes, 24 de junio de 2016

Un día muy triste para Europa

Goodbye, Britain
Goodbye, Britain
La Europa actual de las políticas de austeridad, desigualdad, recortes, control de libertades y reformas laborales que menoscaban derechos conquistados está hecha, como dijera Julio Anguita, para los mercaderes. Si la Unión Europea no fuese a cambiar y continuase siendo dirigida por el capital y no por los ciudadanos, yo también, al igual que muchos, optaría por la salida. Una Europa unida es la meta y la UE el camino para lograrlo y por eso me queda la esperanza de que entre todos podamos revertir este gran absurdo y hacer una Europa fuerte que apueste y defienda a la ciudadanía. Al fin y al cabo los países los constituyen las personas y no los lobbies ni las empresas. Y si no lo logramos, será perjudicial y, probablemente, cada vez será mayor el número de los que desearán marcharse.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado día 20 se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

La previsible reacción de Rajoy

El Ministro del Interior espía a los discrepantes
El Ministro del Interior espía a los discrepantes
Presume Rajoy de ser previsible. Y vaya si lo es. Cumple, impepinablemente, la tercera Ley de Newton: el principio de acción y reacción. Por eso, a cada nuevo turbio asunto que le acosa se produce el previsible apoyo al que está en el punto de mira al tiempo que atribuye todo a una conspiración. Lo hizo con Bárcenas, Mato, Rato, Blesa, Granados, Barberá, Soria, Matas, Camps, Rus y una larga lista. Que el Ministro del Interior de una democracia, Jorge Fernández, utilice las cloacas del Estado para investigar, no a delincuentes o terroristas si no a rivales políticos con opiniones discrepantes, y no porque existan indicios de sospecha de ningún tipo, es un asunto gravísimo. Que Rajoy lo apoye incondicionalmente y atribuya todo a una conspiración, también. Y, lo que es aún peor: la inconsciente arrogancia de ambos de haber hecho algo execrable.
Los españoles no nos merecemos seguir gobernados por un ejecutivo prepotente acorralado por la corrupción y el espionaje a adversarios políticos. Las cloacas del Estado deben desaparecer de una vez por todas y, como hasta ahora los políticos han mostrado su incapacidad, este domingo en las urnas debemos cegarlas para siempre y evitar así que, cada cierto tiempo, se termine filtrando este insoportable hedor.
 
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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El pasado día 20 se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

jueves, 23 de junio de 2016

Pase lo que pase, será bueno para España

¿Qué pactos saldrán de las urnas?
Cualquier opción será mejor que lo padecido en los últimos cuatro años.
Si como todo indica nadie obtiene mayoría absoluta, lo que dicten las urnas nunca será peor que lo sufrido en los cuatro últimos años: ser gobernados a fuerza de decretos-ley por un Ejecutivo acorralado por la corrupción, en modo apisonadora del Estado de Bienestar.
Los elegidos tendrán que buscar apoyos, y eso, en contra de lo que auguran los agitadores del miedo, es bueno. Cuantos más partidos formen el Gobierno, más sensibilidades estarán representadas estableciéndose un mayor control sobre las cuentas, dificultando así que enraíce la corrupción. De entrada deberán moderar sus posiciones y tender puentes para consensuar y lograr reformas cabales, como la educativa, que al tener más legitimación política, tendrán mayor efectividad y vigencia. En España las mayorías absolutas, a menudo, han sido nefastas. Lo habitual en la Unión Europea, es una mayoría de Estados gobernados por dos o más partidos, y ahora los españoles así lo disponen.
La pluralidad construye Gobiernos más audaces y una ciudadanía participativa y responsable… ¡Ah! y seguro que el cielo no se desploma sobre nuestras cabezas.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado día 20 se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

martes, 21 de junio de 2016

¡Chsss!… silencio

Comunidades de vecinos: en muchos casos nidos de corrupción
Comunidades de vecinos: en muchos casos nidos de corrupción
Es tabú. Aunque casi todos lo saben, muy pocos lo comentan. Apenas se oye un susurro, se hace el silencio, el vacío. Sin embargo, si se pudiese cuantificar sería con diferencia la mayor de las insondables tramas de corrupción que asolan nuestro país. Por número de casos y por montante. Pero todos enmudecen porque la cercanía puede comprometer a familiares, amigos o conocidos. Se trata de la corrupción en las comunidades de vecinos, mal endémico capaz de seducir a ciertos conserjes, que exigen a fontaneros, albañiles y electricistas pagar la correspondiente mordida para acceder al edificio, a presidentes y administradores de fincas que adjudican obras en connivencia con constructores y arquitectos a cambio de exigir altísimas comisiones a proveedores, y a propietarios indolentes que no queriendo saber, dan su voto a los mangantes perpetuando la podredumbre.
Miles de millones de euros defraudados, pero… ¡Chsss!, ¡que nadie mire!, ¡que nadie hable!, ¡que nadie escuche!, ¡que todos callen! Omertá.


¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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Ayer se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

lunes, 20 de junio de 2016

Rajoy y los que pretenden cambiarlo todo

El incoherente Rajoy
Las "coherencias" de Rajoy
Pidió Rajoy en un mitin en Tenerife “el voto de aquellos que no quieren radicalismos ni extremismos, ni derogarlo todo, ni cambiarlo todo”. O sea que, Rajoy, tan coherente él, no se votará a sí mismo porque cuando llegó al poder lo que hizo fue cambiarlo todo a su conveniencia: Reforma laboral, reforma educativa, pensiones desvinculadas del IPC, seguridad ciudadana, reforma RTVE para elegir al presidente sin pactar con la oposición, código penal con la prisión permanente revisable…  y, si no hubiera sido por el clamor popular, hubiera cambiado hasta la ley del aborto. Batió el triste récord de legislar por decreto ─75 salieron adelante─ abusando del trámite de urgencia. Así que ya saben: no voten a quienes quieren cambiarlo todo… a su conveniencia.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!