Hasta que los ricos no paguen impuestos como el resto de mortales, la desigualdad seguirá creciendo |
Según Oxfan Intermon, el 1% más rico acapara el 95% de la riqueza mundial –en 2017 “solo” acumulaban un 82%–. Este desfase creciente es así porque los muy ricos y las grandes empresas casi no pagan impuestos. Los Estados se financian con rentas del trabajo de la clase media e impuestos indirectos, que se ceban en los más desfavorecidos, la mayoría mujeres y jóvenes.
Lo digo una vez más: cuando una empresa tiene miles de millones de beneficios, es porque nos está robando. Y, por eso, la sociedad opulenta y codiciosa debe devolver, vía impuestos, parte de lo mucho que obtiene del resto de los mortales. Si continúan sin pagar, llegará el día en que los más desfavorecidos se tomarán por su mano aquello que se les niega: la Justicia.
Se debe gobernar para la mayoría –no para millonarios y poderosos– implantando un sistema fiscal más progresivo y eficaz en la recaudación y proceder a un reparto presupuestario proporcionado, legislar para lograr trabajos con salarios dignos, e incrementar el gasto social. Desde el desembarco a la política real de las teorías neoliberales de Reagan y Thatcher para desmantelar el Estado de bienestar, la desigualdad no ha hecho más que crecer exponencialmente. Nunca los milmillonarios han pagado menos impuestos que ahora, alrededor del 8% –muchísimo menos que usted o yo–, cuando a mediados del siglo XX, en EEUU y en muchos países de Europa, pagaban más del 90% para instaurar el Estado de bienestar.
¿Cuándo volverán a pagar impuestos como cualquier persona?
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