Es lamentable ir a blanquear un país, por dinero, que no respesta los derechos humanos |
Es una falacia sostener que llevar el mundial de fútbol a ese país cambiará su luctuosa realidad. La Supercopa de España se juega en Arabia Saudita por dinero y nada ha cambiado. Nadie paga para que vengan de fuera a modificar sus leyes. Pero sí que lo hacen para blanquear su imagen y, a eso, nos hemos prestado.
Ni derechos humanos, ni laborales, ni igualdad de género, ni libertades y persecución total al colectivo LGTBI. Este mundial se ha erigido a golpe de petrodólar sobre la sombra de la corrupción regada con el sufrimiento y la sangre de 6.500 migrantes, en su mayoría asiáticos, que dejaron sus vidas para levantar estadios sin seguridad y en unas condiciones laborales deplorables dignas del más tétrico medievo, con despidos a la mínima protesta y expulsión inmediata del país.
Es lacerante que, a pesar de todo lo sabido, y de lo que aflorará durante el evento, hayan decidido mantener esta iniquidad.
Ya lo dijo el insigne poeta y literato Quevedo: «Poderoso caballero es don Dinero».
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