miércoles, 25 de agosto de 2021

No es país para bicicletas

 

Las grandes ciudades son fábricas de contaminación no amables con sus pobladores
Llevo años y decenas de miles de kilómetros pedaleando. Sé que cada vez que uso la bici en la ciudad sube el nivel de riesgo: contaminación, conductores crispados, vehículos que pasan rozando y carriles bici, si los hay, poco seguros. Admito que desde que comencé hace lustros las cosas han mejorado notablemente –sobre todo con Carmena–, aunque siguen existiendo demasiadas trabas al ciclismo.
Por salud, las autoridades deberían proyectar ciudades menos ruidosas y contaminadas. Muchos ciclistas estamos concienciados con la sostenibilidad, pero los gestores, sobre todo los de derechas, hacen poco.
Por todo el mundo se aborda la emergencia climática proponiendo ciudades libres de coches. Esta esperanzadora política transformará a las metrópolis que se comprometan en entornos saludables con sus habitantes y amables para la práctica del ciclismo.
Contaminación y ruido matan, y causan serio quebranto a las arcas públicas. Por el contrario, ejercicio, aire limpio y poco ruido benefician la salud y el medio ambiente.

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