Campaña por la libertad de prensa y contra el asesinato y persecución de periodistas |
Según Reporteros Sin Fronteras en 2017 asesinaron a 65 profesionales de la información, el año menos letal de los últimos catorce. Pero en 2018 ya han caído más que hace un año.
Estos asesinatos no solo ocurren en el tercer mundo o en países en guerra. Aquí, en la UE, también; y ya van siete en apenas 12 meses. Muchos de ellos son crímenes de Estado. Caruana, Kuciak, Marinova o Khashoggi, son recientes ejemplos de lo que supone informar con rigor e independencia sobre corrupción política, delitos fiscales o criminalidad. Y a esto hay que sumar los periodistas encarcelados o perseguidos, que son legión.
Para obligar al poder a responder por sus actos, la información no puede ser coartada. Y si la verdad no se puede narrar con libertad y seguridad, la democracia pierde un pilar fundamental en la forja de ciudadanos libres.
Estos asesinatos no solo ocurren en el tercer mundo o en países en guerra. Aquí, en la UE, también; y ya van siete en apenas 12 meses. Muchos de ellos son crímenes de Estado. Caruana, Kuciak, Marinova o Khashoggi, son recientes ejemplos de lo que supone informar con rigor e independencia sobre corrupción política, delitos fiscales o criminalidad. Y a esto hay que sumar los periodistas encarcelados o perseguidos, que son legión.
Para obligar al poder a responder por sus actos, la información no puede ser coartada. Y si la verdad no se puede narrar con libertad y seguridad, la democracia pierde un pilar fundamental en la forja de ciudadanos libres.
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