Se deben prohibir muchas prácticas salvajes |
En demasiadas ocasiones el ser humano considera que el dinero lo justifica todo y, creyéndose rey del universo, muestra su absoluto desprecio por la naturaleza. Su codicia me aturde. Y por eso, al aprobar la Eurocámara la prohibición total de la “pesca eléctrica”, me quedé atónito al conocer la existencia de tal modalidad de captura masiva e indiscriminada de peces con redes llenas de electrodos, donde una descarga electrocuta a todo lo que cae en su radio de acción –alevines o cualquier especie distinta a la que se pretende pescar–, ocasionando un irreparable impacto en el frágil ecosistema marino. Una maquinación espeluznante.
Una vez que Europa ha proscrito este tipo de pesca, con la que hasta ahora algunos se han enriquecido a costa de convertir el mar en un erial, hay que lograr su prohibición en todo el planeta. Y, ya de paso, multar a los fabricantes alemanes de automóviles que en 2015 experimentaban abominablemente ahumando a monos y seres humanos. Turbado me dejan.
Una vez que Europa ha proscrito este tipo de pesca, con la que hasta ahora algunos se han enriquecido a costa de convertir el mar en un erial, hay que lograr su prohibición en todo el planeta. Y, ya de paso, multar a los fabricantes alemanes de automóviles que en 2015 experimentaban abominablemente ahumando a monos y seres humanos. Turbado me dejan.
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