lunes, 27 de marzo de 2017

Paraísos fiscales

Ciudad de Panamá
La bahía de ciudad de Panamá
Va para un año y todo sigue igual. El escándalo mundial que desataron los papeles de Panamá se marchitó y los paraísos fiscales siguen ahí. ¿A qué esperamos? ¿A otra filtración que remueva conciencias?
A pesar de las dificultades para proscribir internacionalmente estos paraísos, hay que exigir a la ONU un cambio de normativa que termine definitivamente con el secreto bancario y que obligue a tributar en el país donde se comercia, no donde está la sede. Pero mientras se logra, individualmente, las naciones pueden ponerles coto. Aquí, el Parlamento español deberá legislar para que a los concursos públicos sólo concurran compañías sin conexión con estos territorios y eliminar cualquier ayuda estatal a empresas con vínculos en ellos.
Sin olvidar la premura, con voluntad política se pueden tomar éstas y otras medidas; porque mientras no se ponga cerco a esta forma de corrupción, este inmenso sumidero fiscal engullirá hospitales, escuelas e infraestructuras al tiempo que socava la justicia social.

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