Donald Trump hace política a golpe de tuit |
En 140 caracteres hay quien muestra mucho: reproches, insultos cercanos al ciberacoso, nombramientos, atentados inexistentes, amenazas a la prensa y denuncias sin pruebas capaces de deteriorar los lazos entre naciones.
Así, al alba, el Presidente del país más poderoso, que no lleva ni dos meses en el cargo, usa este servicio para comunicar al mundo sus inquietas ocurrencias en asuntos delicados de su política interior y exterior. De este modo, tal vez porque su mente no da para razonamientos más sólidos, sus tuits, sus manipulaciones oportunistas en los que combina fantasía y realidad, adquieren un poder propagandístico inusitado, donde la calumnia como protagonista genera una oleada de comentarios de sus fieles y detractores que tensan la convivencia doméstica y las relaciones internacionales.
Sin embargo sus tuits desvelan su personalidad. Definitivamente Trump es un fanfarrón. Al fin y al cabo, para lanzar un tuit se necesita un dedo, un dispositivo electrónico y, aunque el cerebro debería ser imprescindible, Donald nos revela que en absoluto es necesario.
Así, al alba, el Presidente del país más poderoso, que no lleva ni dos meses en el cargo, usa este servicio para comunicar al mundo sus inquietas ocurrencias en asuntos delicados de su política interior y exterior. De este modo, tal vez porque su mente no da para razonamientos más sólidos, sus tuits, sus manipulaciones oportunistas en los que combina fantasía y realidad, adquieren un poder propagandístico inusitado, donde la calumnia como protagonista genera una oleada de comentarios de sus fieles y detractores que tensan la convivencia doméstica y las relaciones internacionales.
Sin embargo sus tuits desvelan su personalidad. Definitivamente Trump es un fanfarrón. Al fin y al cabo, para lanzar un tuit se necesita un dedo, un dispositivo electrónico y, aunque el cerebro debería ser imprescindible, Donald nos revela que en absoluto es necesario.
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