Seguramente, si EE.UU. hubiese adoptado otra postura, la Revolución habría sido otra |
Cuba, con Batista, era el casino estadounidense y su riqueza estaba sólo en manos de unos pocos. Cuando Castro entró con su ejército de barbudos en La Habana derrocando al dictador, el panorama era el de una revolución romántica alejada de cualquier totalitarismo. En pocos días recibió el reconocimiento oficial de Eisenhower. Al impulsar la reforma agraria y la nacionalización de empresas para recobrar soberanía, se iniciaron los desencuentros con Estados Unidos que desembocaron en amenazas de intervención y restricciones comerciales que devastaron la economía de la isla. En plena Guerra Fría la URSS tendió la mano y así comenzó el viaje al socialismo real. Poco después, la invasión de Bahía Cochinos y la “crisis de los misiles” supusieron la ruptura definitiva con Estados Unidos. Si Cuba hubiera recibido ayuda, en vez de bloqueo durante décadas, otro gallo hubiera cantado. Fidel es responsable de no respetar los derechos humanos, con todo el dolor que conllevó su forzada deriva, pero, en aquel contexto, si Estados Unidos hubiese optado por la sensatez, seguramente la Historia habría sido otra.
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