Escaparate de la librería Marcial Pons, en Plaza del Conde del Valle de Súchil, en Madrid, dedicada al preocupante auge del fascismo y discursos del odio |
Mientras los herederos de Hitler se multiplican y ganan elecciones en Ausria y Alemania, aquí en España también crecen. Además, un 13% de votantes nacionales aceptaría el autoritarismo frente a la democracia, sobre todo jóvenes varones, donde esta atroz sumisión escala hasta el 26%. Ambos hechos enlazados deberían hacer saltar todas las alarmas. Con los populismos –PP y Vox–, los “pseudomedios” y las redes sociales cada día vertiendo bulos y tachando al Gobierno de ilegítimo, la democracia es impunemente atacada sin que se haga mucho en su defensa. No se puede permanecer impasible ante el avance del fascismo: debemos afianzar el futuro democrático de nuestros hijos.
Y el PP, una veleta al soplo de Vox que copia su crispante discurso para intentar robarle unos votos, no entiende que jamás podrá competir con la derecha extrema y acabará ocurriendo lo que en todo el mundo: solo favorecerá al esplendor de este tipo de partidos.