miércoles, 24 de noviembre de 2021

Covid: algo habrá que hacer

 

Tal y como está circulando la pandemia, se hace necesario el pase sanitario para combatir a los negacionistas
Tal y como está circulando la pandemia, se hace necesario el pase sanitario para combatir a los negacionistas
Dos certezas: la vacuna funciona y en España –90% de la población diana vacunada– es un éxito. Por eso nuestros datos son mejores que en Europa. Aun así, el egoísmo de pocos pone en riesgo la vida y recuperación de todos. El 10% no está vacunado, y por ello el 70% de ingresados en UCI no han querido o no han podido vacunarse y son la mayoría de fallecidos.
Si continúa la transmisión, el virus mutará; y, a más contagios mayor riesgo de llegar a una variante que escape a la protección de la vacuna. No vacunarse es un acto de irresponsable egoísmo universal que mata y no un acto de libertad individual. Para obligar habría que reformar leyes y llevaría tiempo y bronca político-judicial.
Así que además de pedagogía, mascarilla para todos en todo momento. Y a los 4 millones de egocentristas no vacunados –excepto excluidos por razones médicas–, debemos dificultarles el día a día con un salvoconducto sanitario que impida su entrada a cualquier espacio cerrado y terrazas de bares, como en Francia.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Macromachismo

 

Pablo Casado tiene tan normalizado su machismo que no puede evitarlo
Pablo Casado tiene tan normalizado su machismo que no puede evitarlo
Pablo Casado se puso nervioso por una reunión de prestigiosas líderes celebrada en Valencia –Oltra, Díaz, Colau, García y Hamed, que trabajan para transformar la sociedad a una más justa–, y no teniendo nada que aportar, no se le ocurrió más que calificarla, risita egocéntrica incluida, de «aquelarre radical». Ni es la primera, ni será la última que falta el respeto a las mujeres.
Cuando una mujer escapa del universo estereotipado que la derecha de siempre reserva para ellas, se le funde el cerebro y, sin poder evitarlo, mana desde lo más insondable y oscuro de su sistema límbico, su connatural forma de pensar. Y, como Casado suele carecer de argumentos sólidos, su subconsciente le delata y es raro que abra la boca para algo que no sea denostar. Al calificar el acto de «aquelarre», las llama brujas, apela los lúgubres tiempos en que se quemaban mujeres solo por tener comportamientos y conocimientos considerados inusuales de su sexo y alimenta la misoginia y tradición que están detrás de la preeminencia del varón en los grupos de poder.
¿Habría juzgado igual si hubiesen sido hombres o solo es grosero con ellas? Leyendo sus artículos del pasado, apuesto por lo segundo.

sábado, 20 de noviembre de 2021

Así no, señor obispo

 Se queja el portavoz de los obispos de que se ponga el foco en la Iglesia a la hora de hablar de los abusos, cuando representa el 0,8% de los casos. Así, no, señor obispo. No debería compararse con otros. Ya sabe aquello «de mal de muchos…». Pero, vale, le compro su malestar, aunque vamos a analizarlo:
Según las últimas estadísticas, en España 37.286 religiosos, tres cuartas partes mujeres y una cuarta parte, hombres. La población española es de 47.394.223. Si descontamos a los menores de 10 años –que no cometerán abusos sexuales y es lo que INE me permite consultar–, nos queda una población de 43.087.088. El porcentaje de religiosos sobre esa población es de 0,087%.
Parece que, sin saber cuántos casos se quedan sin denunciar por múltiples causas y conflictos éticos/religiosos, los abusos en la Iglesia son casi 10 veces superiores a lo que deberían ser.
Tal vez esto tenga que ver con el celibato religioso, no lo sé, pero, al menos, deberían meditar sobre ello.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

El pérfido maquiavelismo del PP

 

Pablo Casado, aprendiz de Maquiavelo
Pablo Casado, aprendiz de Maquiavelo
El Partido Popular lo ha vuelto a hacer. Cuando es oposición bloquea la renovación de los órganos judiciales y comienza un sofisticado chantaje para que los demás paguen las consecuencias de la parálisis situándolos en el centro de la polémica.
Es patético que se ponga el foco no en quien nombra personas indecentes para ocupar puestos de alta carga institucional, sino en quien, para tratar de encarrilar la legalidad confiscada, no tiene más salida que pactar.
El único responsable del gravísimo desprestigio de las instituciones con esos lamentables nombramientos es Pablo Casado, que debía un enorme favor a Enrique Arnaldo por “ayudarle” a aprobar 12 asignaturas de su carrera de Derecho en 4 meses y convalidarle otras 18. Además, al devolverle tamaño favor, obtuvo rédito electoral situando al Gobierno y a sus socios entre la espada y la pared, teniendo que aprobar a un personaje infumable en un acto claramente desmoralizante para el votante de izquierdas. Y, si se hubiesen negado, habría podido argumentar que el PP lo había intentado, pero la intransigencia de la izquierda bloqueaba la renovación.
Visto lo visto, parece que la maquiavélica mente de Casado lo ha logrado: ha manipulado la información y, al final, la izquierda se lleva la culpa.
¡Qué país!

sábado, 13 de noviembre de 2021

Glasgow: cuando tantos hicieron tan poco

 

En la COP26 de Glasgow, el capitalismo tiró de la cadena
En la COP26 de Glasgow, el capitalismo tiró de la cadena
Con mucho boato y en avión privado llegaron a Glasgow para asistir a la XXVI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático auspiciada por la ONU. Rostros sonrientes, fotos, ruedas de prensa, reuniones… Las cifras del evento fueron apabullantes: centenares de debates y ponencias, más de 190 países y unas 25.000 personas entre delegaciones, sociedad civil y periodistas. Y todo, ¿para qué? Prácticamente nada. Al cierre solo buenas intenciones sin ninguna obligación. No tuvieron valor para enfrentarse a los grandes lobbies e invertir esta tendencia suicida restringiendo cuanto fuese menester para no comprometer la vida de las generaciones venideras. Solo pactaron más humo para sostener la alocada economía que continuará acrecentando el enriquecimiento de unos pocos y garantizar la permanencia en el poder a políticos del sistema, en su mayoría, ineptos, corruptos y cobardes a costa de no detener la depredación que poco a poco va extendiendo el manto de la muerte sobre la superficie del planeta.
Sin duda, adoptar medidas juiciosas tendría un coste económico muy elevado, pero el de la inacción es infinito. Si algún día tuvieran arrestos, los de siempre no deberían abonar la factura. La financiación de la necesaria reconversión energética y la transformación del paradigma económico, debería venir de las grandes fortunas y empresas, que sin duda son las que más han esquilmado el mundo, pagando impuestos con idénticas reglas que el resto de mortales, y no continuar con la pequeña carga impositiva testimonial que soportan en la actualidad. Además, en poco tiempo se abrirían grandes oportunidades de negocio para un desarrollo sostenible con la creación de nuevos puestos de trabajo.
¿Alguien se ha preguntado si consumimos responsablemente? ¿Si somos capaces de prescindir del coche y usar el transporte público, de instalar placas solares en cada pared y tejado, de dar más uso a la ropa y al calzado, de pasar de modas y no comprar lo que no necesitamos, de tirar comida, de viajar menos o de dejar de fumar?
Era la XXVI Cumbre. Veintiséis fracasos llenos de palabras vacías y pomposas promesas, solo eso. Tras el descalabro, ¿podremos mirar los ojos de nuestros pequeños? Porque, ¿quién no tiene hijos, sobrinos, nietos o amigos? ¿Qué les legaremos? ¿Qué dirán de nosotros el día de mañana, si es que hay un mañana para el ser humano? Aunque no sea por nosotros, hagámoslo por ellos. Ya no se trata de salvar al planeta, que sin duda continuará, sino de amparar a los más cándidos e indefensos: la infancia.
Lo dijo Guterres, presidente de la ONU, en la apertura «la naturaleza es un váter»; pero con enorme desolación compruebo que en esta insustancial Cumbre el capitalismo ha tirado de la cadena para ocultar pruebas incriminatorias.
¡Eran tantos e hicieron tan poco!

jueves, 11 de noviembre de 2021

¿Despolitizar la Justicia?

 

El PP lo único que pretende es controlar la Justicia que, en su inmensa mayoría, es de derechas
El PP lo único que pretende es controlar la Justicia que, en su inmensa mayoría, es de derechas
Además de ser obvio, lo dijo Aristóteles: «El hombre es un animal político».
Todos los jueces tienen su propio credo –de izquierda, centro o derecha–. Al juez no se le exige apoliticidad, sino neutralidad para no llenar sus sentencias de ideología.
Analicemos las renovaciones más polémicas del Constitucional:
Enrique Arnaldo, imputado por prevaricación, cohecho y soborno y salvado por prescripción. Es, asimismo, el de «estoy moviéndome para que el nuevo fiscal sea bueno» y el de «cuéntame lo de Panamá» para ganar mucho dinero de la trama “Lezo”. El de los contratos con administraciones del PP por un millón de euros y el que ha cobrado de la fundación FAES del PP por impartir cientos de cursos. El que contrató con un testaferro de Zaplana. El de artículos de prensa de planteamientos sesgados e incluso negacionistas. El que sostiene que «el nombrado nunca defrauda al partido que lo propuso». También infringe la ley de Universidades y miente en el CV enviado al Congreso. Un perfil indecente y turbio.
Concepción Espejel, vinculada a Cospedal y apartada de la Gürtel y del tribunal que juzgó la caja B del PP por su vinculación con dicha formación.
Como estas dos joyitas, además de degradar y dañar la institución, tendrán muchos años por delante para divulgar su ideología, Europa debería abrir los ojos y reflexionar sobre los fines ocultos que persigue Casado cuando denuncia en Bruselas la falta de independencia judicial.
¡Para hacérselo mirar!

lunes, 8 de noviembre de 2021

COP26: recordad que ya estuvimos demasiado cerca

 

De nuevo la avidez capitalista y el egoísmo sitúan a la humanidad al borde del abimo
De nuevo la avidez capitalista y el egoísmo sitúan a la humanidad al borde del abimo
A principios de los años setenta, dos científicos notaron de modo fortuito que los compuestos CFC se comían la protectora capa de ozono. Casi nadie los creyó y tuvieron que luchar contra el negacionismo y sus burlas; pero en 1985 el aumento de la radiación ultravioleta era tan evidente que el mundo entró en razón. Dos años más tarde se puso en marcha el estricto Protocolo de Montreal, con la mayoría de la humanidad ajena a la extrema gravedad de la coyuntura. De no haberlo hecho, probablemente la civilización actual no existiría, al menos como la conocemos. La descomunal radiación solar nos hubiera abrasado provocando ceguera y cáncer de piel, la temperatura global se habría disparado, la mayoría de plantas habría desaparecido y con ellas los herbívoros y carnívoros; poco después el ser humano se habría sumado a la fiesta de la muerte no sin vivir antes una violenta y caótica ley de la jungla.
Así, en los ochenta, con medidas drásticas e inmediatas, salvamos una situación crítica… pero no aprendimos. Ante el cambio climático no hemos actuado con la misma contundencia y las consecuencias están comenzando a ser terribles.
Si con urgencia no cambiamos el modelo económico/productivo, nuestros hijos y nietos, que ya lo van a pasar mal, se irán al garete.