El nivel de crispación de la oposición es insoportable y dañino |
Broncas, insultos, amenazas, llamamientos a la intervención militar… este apocalíptico delirio ocurre cuando las urnas no favorecen a las derechas. Les desuela no estar en tiempos de Franco, cuando el poder les pertenecía «por la Gracia de Dios» y les trastorna tan tremenda apostasía del electorado. Y, para recuperar el poder maquinan un relato cada vez más encendido en el que extienden la duda de legitimidad y claman sediciosamente a un «levantamiento popular contra el Gobierno traidor, ilegítimo y enemigo de la soberanía nacional». Incluso el “Financial Times”, diario económico conservador, afirma que «una parte de la clase política» –imaginen cuál– «ha vuelto a caer en la animadversión y la polarización que precedió a la Guerra Civil».
Creen que España es de su exclusiva propiedad y su carencia democrática les impide aceptar un Gobierno legítimo votado por millones de españoles que, mal que les pese, se ocupará de lo que incumbe a la gente, incluida Cataluña.
Sean firmes, no dañinos.
Creen que España es de su exclusiva propiedad y su carencia democrática les impide aceptar un Gobierno legítimo votado por millones de españoles que, mal que les pese, se ocupará de lo que incumbe a la gente, incluida Cataluña.
Sean firmes, no dañinos.