domingo, 5 de enero de 2020

Gran Hermano 2.0 20

El "Gran Hermano" nos tiene pillados por todos los lados
El "Gran Hermano" nos tiene pillados por todos los lados
La novela 1984 surgida de la genial mente de George Orwell, vaticina un mundo aborrecible donde la mentira es verdad y no existe la libertad. Hoy manipular y reescribir la historia están de moda y, como la verdad ha dejado de ser un valor, cosecha éxitos. Los políticos disfrazan sus enredos y logran el poder haciendo de la realidad un enemigo al que combatir. Trump, Bolsonaro, Johnson –ejemplos vivos– lo han alcanzado con ayuda de los embustes y el conocimiento de los macrodatos.
Mientras la inteligencia artificial en forma de algoritmo recopila infinitud de datos y comentarios en la red, se monitoriza el recorrido de nuestros móviles, somos observados por miles de millones de cámaras de vigilancia y escuchados en los hogares con los micrófonos que hemos aceptado en forma de dispositivos Alexa y Google. Así, nuestra vida es diáfana para aquellos que detentan el poder y está disponible para quien tenga capacidad de adquirirla con oscuros fines y quiera analizar nuestros gustos, compras, desplazamientos, inclinaciones, amistades, preocupaciones…
«El Gran Hermano nos vigila». Dispone de la información, y seguramente la use para tenernos bajo control y manipularnos.

jueves, 2 de enero de 2020

Ayuso: tenemos un problema

El negacionismo más acérrimo de evidencias científicas, es uno de los males endémicos del Partido Popular
El negacionismo más acérrimo de evidencias científicas, es uno de los males endémicos del Partido Popular
Lo primero que hay que hacer para corregir un problema es reconocer su existencia. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Ayuso, niega, contradiciendo a millares de informes médicos y científicos, que la gente muera por contaminación.
Es descorazonador, desolador y profundamente dramático que la autoridad encargada de velar por la salud pública, niegue evidencias científicas y actúe con el negacionismo imprudente por bandera.
Me siento desamparado, y no por mí, que ya tengo una edad, sino por la salud de mi nieta, sentimiento que hago extensivo a todos los pequeños de la ciudad que son los más vulnerables. Su responsabilidad es grande.
Como asmático le conmino a que se dé una vuelta, junto con otro negacionista como Martínez-Almeida, por cualquier Unidad de Neumología de su ciudad y discuta sobre este escollo sanitario con los doctores.
La contaminación mata.

Y quiero reivindicar mi derecho, no ya a respirar un aire poco contaminado, que no es el caso, sino a un aire totalmente limpio.

miércoles, 1 de enero de 2020

2020: Más contaminación para Madrid

Al final, Martínez-Almeida tira al monte incapaz de huir de su pasado
Al final, Martínez-Almeida tira al monte incapaz de huir de su pasado
Señor Martínez-Almeida:
¿Cree usted que somos estúpidos? Entonces, ¿cómo nos vende la moto de que va a mejorar la calidad del aire en la capital reduciendo el área de Madrid Central y ampliando las excepciones a vehículos contaminantes?
En España, el estudio más favorable de este grave obstáculo para la salud achaca a la contaminación más de 10.000 muertes anuales, 28 personas fallecen al día en lenta agonía con problemas respiratorios, cardiacos o cáncer, de ellas 15 en su ciudad. ¿No le da cargo de conciencia? ¿Puede dormir conociendo sus dramáticas consecuencias para todos, especialmente niños y gente mayor? Si usted tiene la obligación de proteger la salud de la población por encima de cualquier otra consideración, ¿por qué no pone remedio de una vez por todas?
A pesar de mi indignación, su actitud no me sorprende. Usted viene de donde viene y nunca me creí su postureo en la pasada Cumbre del Clima: sé que por mucho que trate de huir de sus orígenes no puede vencer su campo de gravedad.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Cordón sanitario o argumentario

Al fascismo hay que replicarlo con argumentos que desmonten su falsedad
Al fascismo hay que replicarlo con argumentos que desmonten su falsedad
No sé si lo uno o lo otro, y si bien en algunos países como Alemania o Francia, con experiencia en contender con el fascismo parlamentario que abomina los valores democráticos, han decidido aplicar cordones sanitarios para tratar de bloquear su ascenso al poder y confinarlo a la oposición, tengo mis dudas. Aunque al menos, como es notorio que en España la derecha no está por la labor, el resto de formaciones políticas progresistas deberán cargarse de energía, sapiencia y paciencia para aplicar un riguroso cordón argumentario que desmonte, con razones y cifras bien documentadas, todas y cada una de las burdas manipulaciones de Vox.
Ahora que el fascismo ha regresado con partido propio y es un peligro real, si no se replican con escrupulosa veracidad las necedades, provocaciones y mentiras, utilizará a sus anchas las instituciones como altavoz de sus fake news que le ayudará cómodamente a ganar adeptos.
Como siempre con los totalitarismos, ni el silencio ni la indiferencia son opciones.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

España y Chile, carencia democrática

La reforma y no la ruptura hacen que, tando en Chile como es España, aún queden muchos rasgos del pasado dictatorial
La reforma y no la ruptura hacen que, tando en Chile como es España, aún queden muchos rasgos del pasado dictatorial
En Chile, la población hastiada del abandono a su suerte por el neoliberalismo salvaje generador de la creciente pobreza y el incremento de una imponente brecha social en la que los ricos son más ricos, inició una serie de protestas que se topó con la violenta brutalidad policial cargando y arremetiendo contra ellos con fuego real y vehículos blindados, que deja un saldo de decenas de muertos, heridos, ciegos y tuertos. Es la misma vergüenza democrática que padecimos desde la Transición hasta hace poco, como resultado, tanto aquí como allí, de no haber podido tener una ruptura con el negro pasado dictatorial sino una pusilánime reforma que conllevó a que los organismos del Estado mantuvieran sus cúpulas policiales, militares, judiciales…
Como diría Monterroso, “cuando despertó la democracia, lo más granado del franquismo y pinochetismo, todavía estaban allí”, o el más maquiavélico Giuseppe di Lampedusa en su novela “El Gatopardo”: «es necesario que todo cambie para que todo siga igual».

domingo, 22 de diciembre de 2019

¿Gobierno Frankenstein?

El PP, que es una amalgama de un sinfín de partidos –de la democracia cristiana a la ultraderecha más rancia, reaccionaria, casposa y dictatorial–, osa llamar «Gobierno Frankenstein» a un legítimo acuerdo entre distintas formaciones. La prensa cavernaria, también.
Ignorantes del calado de este clásico de 1818 –tiempo han tenido de leerlo–, lo que desea ser mofa se torna halago: Frankenstein posee un corazón bondadoso que anhela el reconocimiento y ser útil a la sociedad, pero su aspecto físico desata la agresión de los demás, en este caso los que añoran el Gobierno Drácula, un monstruo perverso que chupa la sangre a los más humildes recortando el Estado, saqueando sus arcas y amparando la corrupción, cuya cúpula financiera es juzgada por organización criminal, que pudre las instituciones, embarra la convivencia y para tapar sus escándalos fomenta el independentismo con sus provocaciones.
Al final, si sale este Gobierno será porque al menos tendrá un voto más que el resto. Y a eso se le llama democracia.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Lobbies desenfrenados

El poder de los lobbies es una vergüenza democrática
El poder de los lobbies es una vergüenza democrática
Año tras año, los lobbies incrementan su presupuesto, a veces hasta más de un “discreto” 40 %. ¿Por qué? La respuesta es obvia: su exagerada rentabilidad.
Estos poderosos grupos de presión defienden con éxito los intereses de las grandes compañías que podrían verse afectadas por decisiones legítimas de la soberanía popular, y muy a menudo logran revertirlas promoviendo políticas públicas encaminadas a imponer sus intereses especulativos para así alcanzar sus metas económicas. La economía cruelmente depredadora y salvaje que imponen estos lobbies a favor del capital, pero en detrimento de la salud medioambiental, personal y el bolsillo de la ciudadanía, debe apartarse y dejar paso a un futuro sostenible de bienestar y progreso solidario. Y como los países los conforman las personas y no los lobbies ni sus empresas, habría que prohibirlos o, al menos, implantar controles a estos grupos de interés para regularlos con absoluta transparencia en aras de la necesaria regeneración democrática.