miércoles, 1 de mayo de 2019

Aznar y Casado: la debacle

La deriva ultraderechista de estos dos personajes ha hundido al PP
La deriva ultraderechista de estos dos personajes ha hundido al PP
El Partido Popular ha fraCasado. La estrategia de la crispación feroz, el discurso excluyente, las mentiras gruesas, la absoluta falta de respeto con graves injurias y las derivas ultraderechista y ultraliberal, no le ha funcionado a Casado, delfín de Aznar. De hecho millones de votantes del PP, visto lo visto, prefirieron ir a las urnas a depositar su papeleta por la opción original, Vox, que votar a la mala copia de Casado. Ambos, ex presidente y heredero, han demostrado un desconocimiento supino de la realidad social de esta España que huye del fanatismo y del enfrentamiento en las crisis territoriales, al tiempo que no se deja engañar con falacias tan burdas como que Pedro Sánchez es un traidor que nos vende, o que presidía un gobierno ilegitimo.
Tras la corrupción y este enorme varapalo, la refundación es más que necesaria.

domingo, 28 de abril de 2019

¿Un primero de mayo más?

Cada vez hay más que reivindicar 1 de mayo
Cada vez hay más que reivindicar
Cuando en la Transición mis jóvenes amigos y yo acudíamos a aquellos reivindicativos y multitudinarios primeros de mayo, anhelábamos que nuestras demandas sociales llegaran  y se quedaran. Y en verdad, muchas se lograron. Pero años y años de gélida llovizna ultraliberal han corroído las anquilosadas estructuras del estado de bienestar herrumbrando, hasta el colapso, aquellas importantes conquistas. Hay que derogar las reformas laborales regresivas –atentatorias contra el principio del derecho tuitivo, que debe amparar y defender al trabajador, como parte débil de las relación con las empresas–, en las que el PSOE abrió la puerta para que el PP entrara a saco, legándonos el empleo basura precario y mal pagado del que han abusado empresas y administraciones públicas. Hay que finiquitar el IPREM, una perversa invención neoliberal que desvincula las ayudas del SMI y aniquila el poder adquisitivo de los parados quedando desprotegidos ante la galopante inflación.
Sí, es un primero de mayo más; pero, paradójicamente, cada vez hay más que reivindicar.

jueves, 25 de abril de 2019

El programa de la derecha: regreso al pasado

La programación de la derecha supone, de facto, la vuelta a épocas pretéritas
La programación de la derecha supone, de facto, la vuelta a épocas pretéritas
Sus programas traen toros a la televisión pública; arrebatar dinero a la educación y trasvasarlo a la privada impulsando la educación concertada; bajadas masivas de impuestos –sobre todo a ricos y grandes empresas– callando lo que tendrán que recortar; cuidados paliativos, rechazando la eutanasia; aparcar la Ley de Memoria Histórica –«paso fundamental hacia la realización del derecho a la verdad de todas las víctimas de graves violaciones de derechos humanos», según la ONU–; volver a la ley del aborto de 1985 –«la del consenso» tergiversan porque votaron en contra–; fomentar los planes de pensiones privados –sin garantizar su cobro– para finiquitar nuestro actual sistema; detraer dinero de la sanidad pública y regalarlo a la privada impulsando la concertada, fomentar el ahorro con desgravaciones fiscales que favorecen a los más pudientes, armas para la «gente de bien»…
En definitiva, sus proyectos ofrecen involución, más involución y, por si aún no queda claro, más involución.

martes, 23 de abril de 2019

¿Todos son iguales?

Infórmense: no todos son iguales, ni mucho menos
Infórmense: no todos son iguales, ni mucho menos
Cuando se expresa –sin razonar– la desmotivadora frase de «todos son iguales», se está insinuando que dará igual quién salga de las urnas favoreciendo la abstención y el voto tradicional que beneficiará a los de siempre. Así se corroen las instituciones.
No. Hay que tener claro quién es el antagonista de las clases media y baja, porque si no, gobernará para beneficio de la clase alta. Existen hechos sobradamente esclarecedores: si se sube el IVA, se sube el impuesto más injusto que existe porque afecta a todos por igual. Si se recortan los tramos del IRPF y se rebaja el tramo más alto, se está siendo injusto porque se beneficia a la clase alta y perjudica a la media y la baja –cuantos menos tramos tenga este impuesto, más injusto será–. Si se recorta en educación, sanidad y cultura, se está denegando el acceso de los más desfavorecidos a necesidades básicas. Si se privatiza lo que es de todos, se está favoreciendo a las élites. Si se ejecutan reformas laborales a favor del empresario, se está desamparando a la parte más débil. Si se es corrupto, se está robando el dinero destinado a hospitales, colegios, pensiones... y si, además, se consiente esta plaga, se alienta futuras corruptelas. Si se hacen leyes para beneficiar a los ricos que defraudan y no han cumplido con sus obligaciones tributarias, se está burlando de la inmensa mayoría de ciudadanos que paga puntualmente sus impuestos.
Así que no, definitivamente no todos son iguales... ni mucho menos. Identifiquemos el peligro y, en consecuencia, votemos.

domingo, 21 de abril de 2019

El desencanto de la política

El pestilente albañal en que la derecha convierte la política busca la desafección ciudadanan
El pestilente albañal en que la derecha convierte la política busca la desafección ciudadanan
Convertir la política en una pestilente sentina es la estrategia de aquellos que anhelan la apatía ciudadana. Cuando consiguen que una parte considerable de la población manifieste que «todos son iguales», se están despejando el camino para hacer lo que les place logrando que la gente  se desentienda y vote alejada de lo que en realidad ocurre.
Para lograr este hartazgo, llenan la vida de elevado ruido difundiendo manipulaciones burdas y mentiras que silencia lo importante: trabajo, pensiones, educación, sanidad, impuestos... y, todo ello, lo rebozan de insultos y descalificaciones de cualquier género.
En esta política de baja trinchera y nauseabundo albañal, cada vez que un ciudadano se desencanta de las instituciones, el ala derecha del arco parlamentario logra su pequeña victoria y es feliz.

jueves, 18 de abril de 2019

La política en los tiempos de las fake news

Los electores no deberían tener piedad con la normalización de la mentira o el insulto
Los electores no deberían tener piedad con la normalización de la mentira o el insulto
Cuando algunos políticos comparecen públicamente, se constata la mediocridad de su discurso lleno de patrañas provocadoras o directamente despreciables. No sé si es por ineptitud, incontinencia verbal o que con sus ocurrencias, anhelan ser portada; y aunque el sentido común dicte prudencia, cuando disertan en mítines o ante los medios, se vienen arriba y el desenfreno verbal, la falsedad, o la temeridad, se apodera de ellos para responder a todo con absoluto desparpajo a sabiendas de que mienten. Y si luego les sacan los colores, si es que rectifican, lo hacen a medias y de aquella manera. Ni un rictus de disgusto. Ni un perdón. Y, así, nos juntamos con declaraciones inconcebibles que van desde neandertales a infanticidios legales, pasando por bajadas de impuestos que generan «recaudaciones revolucionarias» u ocurrencias de hacer personas a «concebidos no nacidos». Lo peor, insultos indignos de quien pretende gobernar.
La manipulación de la realidad se ha convertido en arma de destrucción masiva de la política. El electorado no debería tener piedad con la normalización de la mentira o el insulto. Una pena.

martes, 16 de abril de 2019

El tridente ultraliberal

Cuando la derecha ficha a los gurús económicos Lacalle, De Quintos y Manso, nos envía un claro mensaje, por lo conocido de sus propuestas, de la hoja de ruta que sus formaciones seguirán para, prietas las filas, acaudillar a España hacia el liberalismo más salvaje.
En la receta, ingredientes tan preocupantes como acabar con la progresividad impositiva y privatizar nuestros sistemas públicos de educación, sanidad y pensiones. Según ellos –unos lo manifiestan directamente y otros lo silencian ladinamente–, los ricos sufren discriminación por la progresividad de los impuestos. Imagino que las grandes empresas –que casi no contribuyen–, también.
Así que mucha prudencia a la hora de votar: el tridente está muy afilado y se hinca en el más profundo pilar de nuestro estado de bienestar desangrando el principio de justicia social.
¡Esto sí que es dañino de verdad!