La programación de la derecha supone, de facto, la vuelta a épocas pretéritas |
Sus programas traen toros a la televisión pública; arrebatar dinero a la educación y trasvasarlo a la privada impulsando la educación concertada; bajadas masivas de impuestos –sobre todo a ricos y grandes empresas– callando lo que tendrán que recortar; cuidados paliativos, rechazando la eutanasia; aparcar la Ley de Memoria Histórica –«paso fundamental hacia la realización del derecho a la verdad de todas las víctimas de graves violaciones de derechos humanos», según la ONU–; volver a la ley del aborto de 1985 –«la del consenso» tergiversan porque votaron en contra–; fomentar los planes de pensiones privados –sin garantizar su cobro– para finiquitar nuestro actual sistema; detraer dinero de la sanidad pública y regalarlo a la privada impulsando la concertada, fomentar el ahorro con desgravaciones fiscales que favorecen a los más pudientes, armas para la «gente de bien»…
En definitiva, sus proyectos ofrecen involución, más involución y, por si aún no queda claro, más involución.
En definitiva, sus proyectos ofrecen involución, más involución y, por si aún no queda claro, más involución.