20 de febrero: Día Mundial de la Justicia Social

Para que las naciones alcancen la paz y la prosperidad, se debe desterrar la injusticia no excluyendo a nadie por ningún motivo –género, raza, político, discapacidad, etc.–. Y eso solo es posible con una justicia social que promueva la erradicación de la pobreza, distribuya la renta, garantice la igualdad de oportunidades y blinde derechos.
La humanidad posee desde 1948 una fantástica herramienta totalmente desaprovechada que, por sí misma, es capaz de transformar el mundo y lograr tan nobles objetivos: la Declaración Universal de Derechos Humanos. A pesar de que los 193 países integrantes de la ONU la han ratificado, nada les obliga a su cumplimiento, y en la práctica es mero papel mojado.
En nuestro planeta, tendente al neoliberalismo global que bloquea toda transformación hacia una sociedad justa, social y sostenible, habría que dotar a esta Declaración de un rango superior de obligado y universal cumplimiento, para soñar con un futuro donde por fin reine la Justicia Social.

La corrupción es del presente

Por la corrupción, el PP necesita regenerarse

Aunque han renovado el hit de “esto es una trama contra el PP” por “la corrupción es algo del pasado”, hastiado me tienen. Eso sí, al menos, algo van admitiendo.
Pero por no regenerarse en su momento, mal que les pese, la corrupción es bien actual. Baste recordar que quienes hoy nos gobiernan, hace solo dos días desoían las denuncias internas que alertaban de la podredumbre, anunciaban conspiraciones, destruían pruebas, apoyaban a los señalados, recusaban jueces, torpedeaban y obstruían procesos, recurrían fianzas, callaban ante las preguntas de la Fiscalía, blanqueaban billetes de 500 euros… Y hoy, mientras se asalta la casa de fiscales anticorrupción y se fuerzan despachos de empresas públicas investigadas por corrupción para sustraer documentación, continúan mirando para otro lado. ¿Del pasado?
Preguntas a quien sostiene este Gobierno: ¿Qué confianza le generan personas con dicho currículo? Si actualmente se estuviera delinquiendo, ¿asumiría la responsabilidad política por su apoyo?

Rajoy, ajeno a la realidad que ha creado

M. Rajoy, un caso aparte

M. Rajoy nos insta a ahorrar para la educación de los hijos y para planes de pensiones privados… pero… ¿el que habla de ahorro no es el mismo que ha vaciado la hucha de pensiones? ¿Y no es el que ha batido el record de deuda? ¿Acaso, y aunque de momento los intereses son muy bajos, no desembolsa España 4 millones por hora –35.000 millones anuales– en pagar los intereses de tan desmesurado crédito? ¿Acaso así no compromete la inversión futura, el crecimiento y el gasto público de pensiones, educación y sanidad? Y, ¿quién es capaz de ahorrar con los bajos salarios y empleos temporales que sus reformas han dejado? ¿Quién nos garantiza que no quebrarán las entidades que los custodien? Así, ¿no aumentaría aún más la desigualdad?
Rajoy es ajeno a la realidad de país que sus políticas neoliberales ha creado. Desearía tener un presidente que en lugar de mostrar su inclinación por incentivar lo privado, nos detallara sus planes para defender y afianzar el sistema de servicios públicos.

Ciudadanos y la corrupción

Lo que hace el PP con C's y su pacto es una continua tomadura de pelo

En Ciudadanos sacan pecho de su inflexible lucha contra la corrupción. Para demostrarlo tienen un agresivo discurso sosteniendo que el PP se está descomponiendo y que España no se merece a un presidente, M. Rajoy, especialista en tapar y proteger a los corruptos de su partido. Creo que muchos españoles estamos de acuerdo con sus palabras; pero son solo palabras que deben acompañarse de hechos. Como bien dicen, no nos lo merecemos y la severidad que dicen empuñar debe implicar firmeza, constancia pero jamás apoyo con la nariz tapada.
Rajoy, político displicente y calculador, no quiere saber nada de luchar contra la corrupción y jamás limpiará su partido de la podredumbre que lo descompone. Si el PP ha sido incapaz de regenerarse, C’s debe retirarle su apoyo para que en el PP asuman las consecuencias de su propia inacción. Lo contario es una incoherencia de vieja política.
Y, así, a ver si somos capaces de pasar página, porque entre corrupción e independentismo, España permanece atascada.

Pesca eléctrica

Se deben prohibir muchas prácticas salvajes

En demasiadas ocasiones el ser humano considera que el dinero lo justifica todo y, creyéndose rey del universo, muestra su absoluto desprecio por la naturaleza. Su codicia me aturde. Y por eso, al aprobar la Eurocámara la prohibición total de la “pesca eléctrica”, me quedé atónito al conocer la existencia de tal modalidad de captura masiva e indiscriminada de peces con redes llenas de electrodos, donde una descarga electrocuta a todo lo que cae en su radio de acción –alevines o cualquier especie distinta a la que se pretende pescar–, ocasionando un irreparable impacto en el frágil ecosistema marino. Una maquinación espeluznante.
Una vez que Europa ha proscrito este tipo de pesca, con la que hasta ahora algunos se han enriquecido a costa de convertir el mar en un erial, hay que lograr su prohibición en todo el planeta. Y, ya de paso, multar a los fabricantes alemanes de automóviles que en 2015 experimentaban abominablemente ahumando a monos y seres humanos. Turbado me dejan.

Entonces, ¿quién se meterá en “eso”?

Los poderes públicos deben lograr la igualdad real y efectiva

En España ya existe una Ley para la igualdad de mujeres y hombres cuyo objetivo es acabar con la discriminación de la mujer en cualquier ámbito, incluyendo “las esferas política, civil, laboral, económica, social y cultural”.
Tras conocerse un informe constatando que para un mismo trabajo la mujer cobra un 20% menos que el hombre, el presidente M. Rajoy, preguntado al respecto, respondió con un escueto “no nos metamos en eso”. Además, como el PP es un partido piramidal, donde nadie mueve un dedo sin haberlo leído en el argumentario, preguntadas las diputadas y ministras del PP por la brecha salarial y la postura de Rajoy, guardaron vergonzoso silencio durante más de 24 horas. Días después, Rajoy se retractó a su manera con un “seguiremos trabajando” en ello. Palabras vacías si hace lo que hasta ahora: nada.
Si la Constitución obliga a los poderes públicos a impulsar una igualdad real y efectiva, y el Gobierno insiste en escabullirse, ¿quién será capaz de combatir tamaña injusticia?

Corrupción: preguntas sin respuestas

Demasiados silencios, demasiadas preguntas sin respuesta

Tal vez, como dicen en el PP, Rajoy expulsara a Correa cuando se enteró de sus actividades delictivas; pero, ¿no debería, el entonces candidato a gobernar España, haberlo denunciado en el juzgado? Y, ¿no es chocante que eso ocurra en 2004 cuando el PP pierde el poder central –es decir, el manejo de presupuestos y contrataciones– y Correa se desplaza a la Comunidad Valenciana, feudo del PP con mayoría absoluta? ¿No será que no lo echaron sino que simplemente, al perder el gobierno, lo trasladaron a dónde había dinero? Además, ¿no sostuvo Rajoy que no creía conocerlo y, sin embargo, nos dijo que lo echó? ¿Por qué en 2009 –5 años después del dorado “exilio” valenciano de Correa– Rajoy compareció ante la prensa arropado por su comité ejecutivo asegurando que el caso Gürtel era una trama contra el PP y no del PP? ¿No era un saqueo de las arcas públicas? Si entonces, M. Rajoy, no se enteraba, ¿de qué no se estará enterando ahora?
Muchas preguntas sin respuesta; muchos silencios sin perdón.