viernes, 18 de marzo de 2016

Europa deshonrada

Europa deshonrada
Familias llegando a Lesbos ¿qué se encuentran?
Hoy, después de muchos meses de muertes de inocentes, dejación y dudas, se ha consumado lo que muchos europeos contemporáneos jamás imaginamos poder llegar a ver: la incapacidad de dar respuesta a una grave crisis de refugiados que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de los horrores bélicos, políticos, económicos…
El indecente pacto que ha acordado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados que llegan a Grecia, es una burla colosal que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección, que Europa tiene obligación de cumplir, como son la Convención de Ginebra y el Estatuto de los Refugiados, porque así lo manifiesta en su artículo 18 la Carta Europea. Todo lo demás es pura patraña. Los europeos decentes nos hallamos sumidos en la consternación, la indignación, el dolor  y el sonrojo.
Con esta firma Europa olvida sus raíces cristianas. ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentarán? ¿Estará prohibido ser hospitalario en Europa? A pesar de esta obscena traición a nuestros principios solidarios, nada frenará el flujo si el horror persiste. Seguirán intentándolo una y otra vez.
Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.

Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!


¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

jueves, 17 de marzo de 2016

Cobarde ofensa

Cobarde humillación a los débiles
Cobardía sin límites
Quienes humillan a los débiles, los necesitados, no tienen agallas para hacerlo con los fuertes, los poderosos.
El pasado martes, en la Plaza Mayor de Madrid, un grupo de aficionados del PSV Eindhoven humilló cobardemente a unas mujeres que mendigaban limosna. Cuando se les aproximaron, estos jóvenes comenzaron a tirar calderilla y algún trozo de pan al suelo para que ellas, necesitadas de todo, tuvieran que arrodillarse a recogerlo y perdieran lo poco que poseen: su dignidad. El rastrero incidente trascurrió en medio de carcajadas y cánticos y sin que ningún descerebrado del grupo de seguidores recriminara al resto su actitud. Mientras, en la Plaza, la gente atónita contemplaba la escena sin hacer nada, salvo un señor que se acercó a dar educadamente algo de dinero a las mendigas mientras censuraba su conducta al numeroso grupo. Poco después otra señora se encaró a ellos para afearles, asimismo, sus malos modos. Finalmente, apareció la policía nacional que invitó a las indigentes a marcharse de allí. De acuerdo que el grupo era relativamente numeroso, pero tal vez la policía debería haber solicitado refuerzos para identificar uno a uno a sus componentes y poderlos denunciar, en lugar de expulsar de allí a quiénes no habían hecho nada. Además, quienes tuvieron la valentía de enfrentarse a estos hinchas deberían, de alguna manera, recibir el reconocimiento de las autoridades.

---oOo---
Sé que lo digo una y otra vez; pero es que, ante la terrible dejación e ilegalidad institucional de lo que está ocurriendo en nuestro continente, me niego a acostumbrarme.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker resuene pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor, la indignación y el sonrojo. Mientras, esta deshonra perpetrada por su indecente gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los helados barrizales, ríos y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta ya de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta gravísima situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas y tan cacareadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán? ¿Quedará prohibido ser hospitalario en Europa? Me niego a acostumbrarme a este despropósito.
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!

miércoles, 16 de marzo de 2016

La burla grotesca de Cospedal

La burla de Cospedal
La tomadura de pelo de Cospedal
En unas recientes declaraciones María Dolores de Cospedal ha dicho que su partido, el Partido Popular, “es el que más ha luchado contra la corrupción”. Ante semejante agravio a la inteligencia no puede uno permanecer impasible. Al menos hay que indignarse y recordarle a María Dolores, aunque seguro que lo sabe, que su partido fue expulsado por el juez como acusación en el caso Gürtel por obstaculizar la justicia poniendo palos en las ruedas al dar su apoyo al acusado Bárcenas, que en su partido la corrupción está tan arraigada que han tenido que pagar 245.492 euros de fianza judicial, que tiene un ministro del interior en funciones que ha recibido en su despacho a Rodrigo Rato, imputado por fraude, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, que tiene muchos compañeros imputados por corrupción que han cobrado del partido hasta 21.300 euros mensuales sin trabajar, que su presidente ha enviado varios SMS de apoyo a compañeros del partido imputados cuando estaban siendo investigados por la justicia, que un juez ha tenido que registrar la sede nacional de su partido porque no le entregaban los informes que pacientemente solicitaba una y otra vez, que han formateado 35 veces seguidas y destruido a continuación los discos duros de Bárcenas con información esencial sobre la corrupción en lugar de entregarlos a la Justicia, que han destruido los libros de visitas para que no se pueda averiguar quién pasaba por la sede del partido, que cinco de los seis tesoreros que ha tenido el partido han sido imputados, que la sede de nacional de la calle Génova se ha reformado con dinero negro, que...
Añadiré, para que se ruboricen si es que aún les queda capacidad para ello, que la percepción de los ciudadanos es que, más que luchar contra la corrupción, lo que hacen usted y su partido es marear la perdiz impidiendo que la justicia actúe para que todo permanezca oculto.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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Sé que lo digo una y otra vez; pero es que, ante la terrible dejación e ilegalidad institucional de lo que está ocurriendo en nuestro continente, me niego a acostumbrarme.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker resuene pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor, la indignación y el sonrojo. Mientras, esta deshonra perpetrada por su indecente gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los helados barrizales, ríos y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta ya de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta gravísima situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas y tan cacareadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán? ¿Quedará prohibido ser hospitalario en Europa? Me niego a acostumbrarme a este despropósito.
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!

lunes, 14 de marzo de 2016

De las corridas de toros

No a las corridas de toros
Manifestación en Madrid en defensa de los animales (nov'2015)
Ayer una manifestación en Valencia reivindicó el mundo del toreo aludiendo a la “Libertad  de un Pueblo”, además de invocar a la “Cultura y las Raíces”. En la naturaleza ningún animal tortura a otro para divertirse sólo, siguiendo sus instintos, matan para alimentarse o para procrear. Pero matan limpiamente, no con sadismo. Nosotros, que por oposición nos autodenominamos civilizados, hacemos de la cruel tortura un lucrativo negocio. La inteligencia nos muestra que el toro, si es maltratado, sufre. No puedo entender a las personas que, para pasar el rato o para divertirse, incluso disfrutar dicen, hacen sufrir a otro ser vivo. Sí puedo entender y tolerar, aunque no me guste, un combate de boxeo, en el que dos personas con libre albedrío, se golpean mutuamente y otras, esto lo comprendo menos, se deleitan viéndolo. Además apelan a la tradición, a las raíces, para hablar de cultura, y la tradición de las corridas cuenta con escaso pasado, pues data de finales del siglo XVIII. Todo tiene raíces: el racismo, la guerra… también, en nombre de la tradición, en las plazas públicas de muchos países se cortan las manos a los ladrones de poca monta o se azota sin piedad, si tienen suerte, a mujeres acusadas de adulterio porque cuando no son afortunadas, resultan lapidadas. Asimismo es un inmenso contrasentido pronunciar la palabra “libertad” para defender la tauromaquia o ¿acaso alguien pregunta al toro si desea ser torturado y finalmente ejecutado en un enfrentamiento desigual? Salvo que queramos involucionar hacia una sociedad bárbara no es tolerable convivir con la crueldad, la violencia o la tortura y los que ayer se manifestaron deberían darse cuenta de que otro mundo sin crueldad, violencia y tortura ejercida gratuitamente hacia a seres indefensos es posible. ¡Ah!, y que para divertirse no es necesario torturar.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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Sé que lo digo una y otra vez; pero es que es terrible la dejación e ilegalidad institucional de lo que está ocurriendo en nuestro continente.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker resuene pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor, la indignación y el sonrojo. Mientras, esta deshonra perpetrada por su gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los helados barrizales y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta gravísima situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas y tan cacareadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán?
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!

sábado, 12 de marzo de 2016

La impresionante sabiduría de Aznar

La desfachatez de Aznar
La desfachatez de Aznar
Sostiene el señor Aznar que el populismo “está en las instituciones para dañarlas, para convertir la democracia en una cáscara vacía”. Y lo dice quien es presidente de honor de un partido que se llama Popular, aunque en realidad es un Frente Nacional configurado por un variopinto conjunto de ideologías que va desde la democracia cristiana, pasando por los centristas, a la extrema derecha, con afiliados en sus filas del entorno de Fuerza Nueva o Falange. Culpar al de enfrente de populismo es algo tan manido en política que existe un chascarrillo que propone no olvidarse de acusar al partido rival de populismo antes de que ellos te acusen a ti. En cualquier caso, y volviendo a las sabias declaraciones, yo entiendo que lo que devasta a las instituciones y convierte a la democracia en una cáscara vacía, pero vacía de verdad porque saquean hasta telarañas de las arcas del Estado, son la corrupción (Casos Bankia, Gürtel, Palma Arena, Púnica, y un larguísimo etcétera) y la promulgación de leyes al servicio del 1 % de la población, la oligarquía (estudio de Oxfam Intermón de enero 2016). Quiero recordar al señor Aznar que la trama Gürtel presuntamente pagó parte de la boda de su hija con Alejandro Agag, en concreto 32.452 euros, y que muchos de los invitados que acudieron convidados de su parte están imputados (Francisco Correa, Álvaro Pérez, Luis Bárcenas, Rosalía Iglesias, Ángel Acebes, Álvaro Lapuerta, Carmen Rodríguez Quijano, Jacobo Gordon, Miguel Blesa, Rodrigo Rato, Jesús Sepúlveda, Jaume Matas y María Teresa Areal), y otros, no imputados aunque tuvieron problemas con la Justicia, como Alberto Cortina y Alberto Alcocer. Un consejo: hay que ser prudente, barrer la casa propia y no tomar el pelo a los ciudadanos con ridículos chascarrillos.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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Sé que lo digo una y otra vez; pero es que es terrible dejación lo que está sucediendo en nuestro continente.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker resuene pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor, la indignación y el sonrojo. Mientras, esta deshonra perpetrada por su gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los helados barrizales y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta gravísima situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas y tan cacareadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán?
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!

viernes, 11 de marzo de 2016

El sentir democrático de Rajoy

El totalitarismo de Rajoy: ¡Aquí mando yo!
El totalitarismo de Rajoy: ¡Aquí mando yo!
El presidente en funciones, Mariano Rajoy, no ha captado que la realidad democrática de este país ha cambiado renovándose y que tiene su reflejo en el Parlamento. Piensa que aún ostenta la mayoría absoluta y que puede seguir haciendo lo que ha sido habitual durante sus cuatro años de gobierno: el ordeno y mando de una época caduca. Cegado por la luz totalitarista de su universo imaginario se niega a comparecer ante un Congreso que le pide debatir los acuerdos alcanzados por la Unión Europea con Turquía, por considerarlos ilegales. Nadie le está pidiendo que acuda para retirarle la confianza, ya que este Parlamento no ha sido quien se la otorgó, y por tanto sería ilegítimo; pero sí para que explique las pocas decisiones que su Gobierno en funciones está tomando. A pesar de que todos los grupos parlamentarios, 2/3 de la Cámara, a excepción del Partido Popular, reclaman este debate, Rajoy, una y otra vez, se viste de antisistema y vuelve a poner en jaque el régimen democrático. Hace poco ya pretendió aparcar las instituciones en un limbo temporal al declinar ante el Rey su investidura para que “no comenzara a correr el plazo de dos meses que da la Constitución española”.
¡Pues nada, siga, siga!, que ya el escritor francés Albert Camus lo dijo muy claro: “La estupidez insiste siempre”.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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Sé que me repito; pero es que esto se agrava más y más aún.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que podría incumplir los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker suene a pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor y la vergüenza. Mientras, esta deshonra perpetrada por su gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los fríos barrizales y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán?
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!

martes, 8 de marzo de 2016

¿Dónde están las raíces cristianas de Europa?

Los refugiados necesitan ayuda urgente
Es necesaria la ayuda urgente a los refugiados
Sé que me repito; pero es que esto se agrava más y más aún.
El vergonzoso pacto a que ha llegado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados llegados a Grecia, que podría incumplir los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección,  hace que el discurso pronunciado en septiembre pasado por Jean-Claude Juncker suene a pomposo, grandilocuente, inflado, afectado, hipócrita, engañoso, falso, tramposo, insensible, vacío, hueco y feble. La ineptitud y dejación de funciones del presidente de la CE y su pusilánime política europea en este asunto, entre cuyas transcendentales obligaciones está el vinculante cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se garantiza el derecho de asilo dentro del  respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad  Europea”, nos deja sumidos en el dolor y la vergüenza. Mientras, esta deshonra perpetrada por su gobierno europeo continuará azotando las vidas de miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos que seguirán viviendo un innecesario y trágico calvario por los fríos barrizales y costas de Europa que muchas veces acabará trocando su anhelo de paz y seguridad por la lóbrega tumba.
Señor Juncker, basta de ilegales devoluciones en caliente y asuma su responsabilidad para remediar, conforme a las leyes humanitarias que nos hemos dado, esta situación o todas esas víctimas inocentes, incluidas las pequeñas vidas truncadas, atormentarán su conciencia.
Dos certidumbres me hacen ser inflexible en este tema: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
¿Dónde están las alabadas raíces cristianas de Europa? ¿Cómo entenderemos, a partir de este acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué principios nos sustentarán?

¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!