¿Hacienda no somos todos?

Hacienda: ya no somos todos

Confundido me he quedado al escuchar a una abogada del Estado decir que el lema de que “Hacienda somos todos” entra en el ámbito “de la publicidad, exclusivamente”. Vaya, yo que había pensado que era una encarnación del artículo 31.1 de nuestra Constitución, en el que se dice que “todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo…”. O sea que ahora, para salvar a la infanta Cristina, los que deberían defender el Estado y los intereses generales, echan por tierra años y años de arduo trabajo de concienciación a la ciudadanía para que cumpla con su deber fundamental de sostener el país a la vez que ningunean la propia Constitución.
Me gustaría que el Ministro de Hacienda en funciones, señor Montoro, compareciera para explicar este peliagudo giro en la concepción que teníamos los contribuyentes sobre el tesoro público y que nos diga si, a partir de ahora, ya no debe preocuparnos su cuidado y protección ante determinadas conductas que puedan dañar esta institución.
Y la abogada del Estado, ¡por favor!... si aún no ha solicitado la excedencia para marcharse al sector privado ¿qué hace defendiendo los intereses particulares de la infanta en vez de los intereses generales de la Administración?

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En otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí (palabras infladas, palabras pomposas, palabras grandilocuentes, palabras afectadas, palabras hipócritas, palabras engañosas, palabras falsas, palabras tramposas, palabras insensibles, palabras vacías, palabras huecas, palabras de tahúr señor Jean-Claude Juncker, presidente de la CE) mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico calvario por las tierras y costas de Europa que, en demasiadas ocasiones, concluye con el pago de sus vidas. Vergüenza de Europa.

¿Para qué pide Rajoy una mayoría fuerte?

Cataluña quiere decir adiós

Tras el último capítulo del desafío independentista, Rajoy, y toda la plana del PP, solicitan ahora una mayoría fuerte para gobernar. Convendría recordarle al Presidente en funciones que durante cuatro años ha contado con un gobierno fuerte, tan fuerte que no ha escuchado a la oposición y ha gobernado a base de decretos ley recortando derechos, libertades y estado de bienestar. Asimismo recordarle que hasta aquí nos ha traído su “marianismo”, su no hacer nada, el no acercarse a aquellos catalanes que estaban esperando oír algo que les aproximara al estado español. Que, además, ahora Cataluña cuenta con un gobierno y el del Estado está en funciones porque él mismo, por intereses particulares, retrasó las elecciones todo lo que pudo.
No sé a qué viene ahora pedir un gobierno fuerte si cuando pudo hacer algo no lo hizo. ¿Será para que le invistan Presidente?

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En otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí (palabras infladas, palabras pomposas, palabras grandilocuentes, palabras afectadas, palabras hipócritas, palabras engañosas, palabras falsas, palabras tramposas, palabras insensibles, palabras vacías, palabras huecas, palabras de tahúr señor Jean-Claude Juncker, presidente de la CE) mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico calvario por las tierras y costas de Europa que, en demasiadas ocasiones, concluye con el pago de sus vidas. Vergüenza de Europa.

El PP y Rajoy deberían leerse la Constitución

El PP engaña con insidia

El PP se lanza en tromba a pregonar mentiras peligrosas. Lo han hecho Sáenz de Santamaría, Rafael Hernando o el propio Rajoy, entre otros. Y son mentiras peligrosas sí, porque algunos ciudadanos poco informados podrían pensar que están diciendo la verdad cuando declaran que no gobernar ellos o no presidir la mesa del Congreso sería un fraude y, por tanto, si al final gobernaran otros, echarse al monte para defender la legalidad pisoteada, tratando de derrocar un gobierno legalmente constituido. Lo que deberían hacer es no mentir insidiosamente, rozando la frontera de la apología del terrorismo, o incluso traspasándola, y estudiarse la Constitución para ver de qué manera se forma gobierno en España o cómo se puede lograr la presidencia de la mesa del Congreso.
Si el PP no encuentra los apoyos necesarios, que otros grupos probablemente puedan encontrar, será por algo. En política quien se granjea enemistades cosecha soledades. Por el contrario existen otros grupos que, al no haber tenido un pensamiento totalitario ni prepotente, pueden encontrar respaldo puntual en los momentos apropiados.
Fraude es el engaño que el PP realiza tratando de usurpar con la mentira derechos que no le corresponden y alarmando innecesariamente a una población que podría llegar a pensar que lo que están tratando de consensuar otros grupos parlamentarios no es democrático ni legal.
Más seriedad y responsabilidad democrática, por favor, señorías del PP.

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En otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí (palabras infladas, palabras pomposas, palabras grandilocuentes, palabras afectadas, palabras hipócritas, palabras engañosas, palabras falsas, palabras tramposas, palabras insensibles, palabras vacías, palabras huecas, palabras de tahúr señor Jean-Claude Juncker, presidente de la CE) mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico calvario que, en demasiadas ocasiones, lo pagan con sus vidas. Vergüenza de Europa.

El PP a lo suyo: seguir fabricando independentistas

Fabricando independentistas a toda máquina

Después de que la CUP decidiera finalmente no votar a Artur Mas, el Partido Popular, como no podía ser menos, ha engrasado la maquinaria y ha puesto a trabajar su fábrica de independentistas con turnos extras. Sin que hayan pasado 24 horas desde la resolución de la CUP, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, ha dicho que las declaraciones del presidente de la Generalitat, también en funciones, “son clínicamente preocupantes”, y lo dice quien siendo ministro del Interior decidió conceder con carácter honorífico la Medalla de Oro al Mérito Policial a la Virgen de Nuestra Señora María Santísima del Amor y la Cruz de Plata de la Guardia Civil a La Santísima Virgen de los Dolores de Archidona (Málaga). Pero en otro frente, el líder del PP en Cataluña, Xavier García Albiol, ha declarado que el “no” de la CUP “pone en la UCI el proceso de independencia” y que hay que pactar para “dar la estocada final” al independentismo. Si ya lo dije en su día: el PP es una máquina… de fabricar independentistas.
Mejor sería que cerrasen la boca o al final lograrán que lleguen a un acuerdo.

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En otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí (palabras infladas, palabras pomposas, palabras grandilocuentes, palabras afectadas, palabras hipócritas, palabras engañosas, palabras falsas, palabras tramposas, palabras insensibles, palabras vacías, palabras huecas, palabras de tahúr señor Jean-Claude Juncker, presidente de la CE) mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico calvario que, en demasiadas ocasiones, lo pagan con sus vidas. Vergüenza de Europa.

¿Para qué sirve la Ley Anticorrupción del PP?

La Ley Anticorrupción: una Ley inútil.

Sí, ¿para qué sirve si no pueden hacer nada, según dicen, contra su diputado Pedro Gómez de la Serna que está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción?
Esto me huele a rancio; pero hagamos memoria para ver cómo cambiando todo, todo sigue igual: cuando se tramitaba esta Ley, el PP usó su aplastante mayoría absoluta para tumbar todas las enmiendas propuestas por la oposición, quedando claro que, con las medidas que se estaban tomando, más bien una cortina de humo, no se acababa con nada, como ahora queda demostrado. Y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ve estos negocios privados con lobbys de empresas españolas como algo “absolutamente normal”. Y, como no podía ser menos, el Partido Popular, en su web oficial nos dice que “cumplen” contra la “corrupción”.
¡Pues vaya manera de cumplir!

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En otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí (palabras infladas, palabras afectadas, palabras hipócritas, palabras insensibles, palabras vacías, palabras huecas, señor Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea) mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico sufrimiento y, en demasiadas ocasiones, pagándolo con sus vidas.

Rajoy y su “sentido de Estado”

Mariano Rajoy y su sentido de Estado

Ahora, que lo necesita para ser investido presidente, Mariano Rajoy apela a la responsabilidad y al sentido de Estado para evitar la “parálisis y el bloqueo”. Se olvida que, durante sus cuatro años en la presidencia, ha estado gobernando a base de decretos-ley, tanto que ha quedado en segunda posición en el ranking tras Aznar, que en su primera legislatura batió el récord.
Reseñar que el decreto-ley es un procedimiento de urgencia, sin que medie intervención o autorización previa del Parlamento, que el PP ha convertido en norma.
Y la tranquilidad será la que nos brindó él cuando nos enteramos de que había escrito un SMS a un supuesto delincuente, o cuando vimos a la policía registrando la sede principal de su partido durante 12 horas, o cuando aplicó una amnistía fiscal que nos dejó turbados por injusta… O será la corrupción que impregna y pudre hasta las cachas del sistema, o la forma de encarar una crisis internacional que ha hecho que terminen pagando los ciudadanos algo en lo que no han tenido nada que ver, como son las causas del estallido de la burbuja.
Y yo me pregunto ¿quién es el responsable de que hayamos llegado a este punto? Porque sentido de Estado tiene el que, desde su elevación moral, antepone el beneficio de todos al de sus intereses particulares o de otro tipo. El señor Rajoy, desde luego, no ha gobernado con esa altura de miras y, por tanto, es sorprendente que ahora, de la noche a la mañana y tras unos resultados electorales adversos, se haya imbuido de esa elevación de espíritu para dar lecciones morales y de responsabilidad a todos.
¿Será el sentido de Estado que él no ha tenido al tratar temas tan candentes como el independentismo catalán, los recortes en sanidad, en educación, de libertades o la corrupción lo que ahora exige a los demás?
Por favor, señor Rajoy, coherencia y un poquito de honestidad… ¡que no cuela!

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En otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí (palabras vacías señor Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea) mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico sufrimiento y, en demasiadas ocasiones, pagándolo con sus vidas.

¿Cuántos votos son necesarios para obtener un escaño?

Bien, el pasado 20D se contabilizó un total de 24.935.114 votos válidos. Como hay que asignar 350 escaños, cada escaño “cuesta” 71.243 votos. Teniendo en cuenta los 3 sistemas distintos de reparto de votos analizados en mi artículo anterior, vamos a estudiar ahora cuántos votos son necesarios para lograr un escaño en el Parlamento.
Vamos con el sistema vigente:

Claras injusticas con la Ley actual

Se observan claras injusticias:
•    Mientras a Unidad Popular – Izquierda Unida le sale por más de 460.000 votos al Partido Popular le sale casi 8 veces más barato: sólo necesita 58.600 votos.
•    El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal, con cerca de 220.000 votos, queda injustamente fuera del Parlamento.
•    Lo mismo sucede con Unión Progreso y Democracia que es votado por más de 153.000 personas y el Bloque Nacionalista Gallego que, rozando la media real con más de 70.000 votos, se queda fuera.
Deducimos que el actual sistema ni es justo ni refleja la realidad plural de la ciudadanía.

Con circunscripción única y sistema D’Hondt el coste es el siguiente:

Con circunscripción única y sistema D'Hondt, nos aproximamos a algo
justo

Vemos que la cantidad de votos necesaria se iguala y el reparto es más equitativo:
•    No existen grandes diferencias y todos están muy cerca de la media real.

Analicemos ahora la circunscripción única y sin sistema D’Hondt, lo que complica mucho el reparto por las fracciones de escaño:

Con circunscripción única y sin D'Hondt, no salen grandes diferencias

Vemos que existen pocas diferencias con el método anterior, que sí lleva sistema D’Hondt, y vuelven a quedar todos muy cerca de la media real.
De este estudio se desprende claramente que la actual Ley Electoral no sirve por injusta y no tener en cuenta lo que los ciudadanos dictan en las urnas y que los dos partidos tradicionales (PP y PSOE) resultan arbitrariamente beneficiados.
Si queremos un país más justo esta Ley tiene que modificarse ya.

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En otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí (bla, bla, bla… señor Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea) mientras la ineptitud y dejación de funciones de la política europea hace que miles y miles de refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y trágico sufrimiento y, en demasiadas ocasiones, pagándolo con sus vidas.