lunes, 21 de septiembre de 2015

“Welcome refugees”, no. “Welcome everybody who escapes from tragedy”, sí



¡Hombre!, la pancarta, en sí, no está mal; pero ¿no hubiese sido mejor dar la bienvenida a todos los que huyen de tragedias, sean éstas las que sean: el hambre, la guerra, la persecución…?
Bienvenidos refugiados
Ésta no está mal...
Bienvenidos todos los que huyen de miserias
...pero ésta, mucho mejor.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Sobre el tiro al pichón en particular y el maltrato animal en esta España bárbara


La Declaración Universal de los Derechos de los Animales, proclamada en 1978 en Londres y apoyada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), por desgracia todavía de naturaleza no vinculante, se anuncia con carácter general la obligación del hombre de atender, cuidar y proteger a todos los animales.

El Tratado de Lisboa, firmado en la capital portuguesa el 13 de diciembre de 2007, ratificado por todos los estados miembros de la Unión Europea, entre ellos España, que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009, recoge en su Título II, artículo 13, el deber de tener “plenamente en cuenta las exigencias en materia de bienestar de los animales como seres sensibles”, todo ello de acuerdo con estudios realizados sobre las capacidades sensoriales y cognitivas de los animales que no dejaron ninguna duda sobre la posibilidad de que éstos puedan experimentar sentimientos tan humanos tales como el placer, el miedo, el estrés, la ansiedad, el dolor e incluso la felicidad. Por tanto, hoy en día, nadie discute que los animales tienen sensibilidad y son capaces de sufrir si son maltratados, dado que el dolor es un proceso neurofisiológico real y objetivo, cuyo fin último, al igual que en nosotros, los seres humanos, es el interés de servir a la supervivencia del individuo y de la especie. De ello se deduce que los animales también tienen intereses, lo mismo que los hombres, y esto los iguala con nosotros, entre otras cosas, en su derecho a no padecer sufrimientos: hacerlos sufrir intencionadamente carece por tanto de cualquier justificación moral.

La paloma Cuscús
La paloma Cuscús
Aquí en España, el artículo 337 del Código Penal notifica que “será castigado con la pena de tres meses y un día a un año de prisión e inhabilitación especial de un año y un día a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales, el que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud”, y continúa diciendo que las víctimas de estos tipos de maltrato pueden ser animales domésticos o amansados, que habitualmente están domesticados, que viven bajo el control humano o cualquiera que no viva en estado salvaje, quedando, por tanto, incluidas las palomas. De alguna forma, en este artículo del Código Penal se está aceptando lo que ya hicieron en su día filósofos de la talla de Inmanuel Kant y más tarde, en el siglo XX, otros como John Rawls, y así lo manifestaron públicamente, que, si bien los animales no tienen derechos (ya que el reconocimiento de tales derechos conllevaría implícita la prohibición de algunas necesidades humanas), sí que el hombre tiene deberes respecto de, o para con los animales, y ello nos debe impulsar a exigir a todos y cada uno de los miembros de nuestra sociedad a que respeten la esfera de tutela que hemos decidido otorgarles. No podemos dar indefinidamente un trato injusto, degradante y cruel a los animales. En este artículo 337 del Código Penal, cuando se habla de maltrato y lesiones se ha de entender como todos aquellos actos de violencia que causan al animal dolor o sufrimiento, siendo cometidos tanto por acción como por omisión. Por ello, cuando tienen lugar eventos de tiro al pichón o similares, los animales son maltratados injustificadamente y se les causa lesiones que menoscaban gravemente su salud ya que, basta con darse una vuelta por los alrededores del campo de tiro después del execrable acontecimiento para tropezarse con decenas de palomas desangrándose lentamente, arrastrándose de mala manera por el suelo porque tienen sus alas destrozadas o el pico arrancado de cuajo por la perdigonada y agonizando durante horas, e incluso días, porque sus órganos vitales no han sido dañados, a la espera de que la muerte liberadora se apiade de tanto sufrimiento y evidente maltrato injustificado, por acción y omisión de auxilio.

También, y en este mismo sentido, el artículo 337 bis del Código Penal expresa que “quienes abandonen a un animal doméstico en condiciones en que pueda peligrar su vida o su integridad serán castigados con la pena de multa de 10 a 30 días”. Según lo expresado, el tipo penal exige la convergencia de dos supuestos: el abandono y el poner en peligro la vida o integridad del animal, como acontece en los casos de desamparo al no darle las atenciones que requiere todo animal doméstico. Con este precepto, la legislación trata de evitar el abandono del animal y exige responsabilidad civil en el caso de que el animal haya sufrido daños y sea necesaria la intervención del médico veterinario. Resulta más que evidente que las palomas, tras la masacre, son abandonadas a su triste suerte, malheridas y agonizantes, incumpliendo sistemáticamente este artículo.

En nuestro país, éstas y otras prácticas de maltrato y sufrimiento animal, ya han sido prohibidas en las Comunidades Autónomas de Canarias (1991)  y Cataluña (2012). Y, en otras, procurando asegurar “una eficaz protección de los animales en sí mismos, evitándoseles los tratos degradantes, crueles o simplemente abusivos, por parte del hombre” (Ley 5/1997, de 24 de abril, de protección de los animales de compañía de la Comunidad Autónoma de Castilla y León), considerando a los animales “como seres vivos capaces de sufrir” tratando de superar cualquier “visión del hombre como dueño y señor absoluto de un ilimitado derecho a su disposición y al ejercicio de prácticas lesivas o destructivas sobre ellos” (Ley Foral 7/1994, de 31 de mayo, de protección de los animales de Navarra), afirmando que los animales “tienen derecho a un trato digno y correcto que en ningún caso suponga maltrato, violencia o vejaciones” (Ley 10/1990, de 27 de agosto, de Protección y Defensa de los Animales de Compañía de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia).

Asimismo, en la Comunidad de Madrid, la Ley 1/1990 de Protección Animal, en su artículo 4, apartado 3 establece: “Se prohíben en todo el territorio de la Comunidad de Madrid la lucha de perros, la lucha de gallos de pelea, el tiro pichón y demás prácticas similares”. A renglón seguido añade, insólita e incomprensiblemente, en su apartado 4: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 3, la Consejería competente podrá autorizar a las Sociedades de Tiro, bajo control de la respectiva Federación, la celebración de competiciones de tiro pichón.” Aunque incongruente, tal vez se podría interpretar que el apartado 4 hace referencia a que, ocasionalmente, se podría autorizar este tipo de evento. Si no, ¿qué sentido tendría prohibirlo en el apartado 3 para autorizarlo inmediatamente en el apartado 4? Dado que en la Comunidad de Madrid se celebran competiciones de tiro semanales, queda claro que se está burlando esta Ley (Fraude de Ley) reiteradamente y sin ninguna consecuencia para los infractores: tanto para el que lo autoriza como para el que lo solicita. Esta excepción de la ley es un coladero que carece de todo sentido y manifiesta una evidente arbitrariedad del poder público.

En la sociedad actual son muchas las personas que aceptan el sufrimiento mínimo inherente al sacrificio de animales para consumo humano, pero rechaza de manera tajante que se inflija sufrimiento por deporte, tradición o cualquier otro eufemismo para tratar de justificar lo injustificable. En consonancia con esta sensibilidad, el EUROBARÓMETRO de 2005 constataba que el 82 por ciento de los encuestados estaba de acuerdo con la afirmación de que “tenemos un deber de proteger los derechos de los animales, cueste lo que cueste”. A la vista de estos datos, resulta más que evidente que la cuestión ética debe plantearse partiendo del problema más general de si los animales son o no son dignos de ser tenidos en consideración y, por tanto, pueden o no pueden ser sujetos de derechos, siendo notorio que nuestro ordenamiento jurídico, más sensible ahora, se va orientando en esta dirección encaminándose hacia un marco regulador más amplio, en el que se integre la tutela de todos los seres vivos con capacidad de sentir, permitiendo causar la muerte o lesiones a los animales sólo si no se producen sufrimientos innecesarios, pero protegiéndolos frente a comportamientos crueles como son todos aquéllos capaces de provocarles un sufrimiento totalmente injustificado. Incluso el Papa Francisco, en su última encíclica, “Laudato Si”, manifiesta que “es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas”, y añade que “el corazón es uno solo, y la misma miseria que lleva a maltratar a un animal no tarda en manifestarse en la relación con las demás personas. Todo ensañamiento con cualquier criatura «es contrario a la dignidad humana»”.

Por tanto no se entiende que, existiendo las modalidades deportivas del tiro al plato o hélices, se continúe incumpliendo la legislación, justificando y protegiendo esta práctica que supone miles de palomas muertas, mutiladas y malheridas cada fin de semana. Parecería más bien que se tratase de ensañamiento ya que un plato para el tiro cuesta 0,15 céntimos, mientras la crianza, en condiciones deplorables, de un pichón cuesta unos 4 euros y 7 si es una codorniz (26 ó 46 veces más caro que un plato de inerte resina). Tampoco son justificables las corridas de toros, la caza por diversión y tantas formas que existen de “divertirse” a costa del sufrimiento animal.

Salvajadas de esta España bárbara.
---oOo---
En memoria del toro Rompesuelas, salvaje, cobarde y vilmente asesinado ayer en la localidad vallisoletana de Tordesillas.

martes, 15 de septiembre de 2015

Seis letras

Seis letras me fascinan.
Seis letras me obnubilan.
Seis letras torturan mi mente.
Seis letras que, por sí solas
y revueltas en las
setecientas veinte
combinaciones diferentes,
no dicen nada.
Salvo una de ellas.
Seis letras tiene tu nombre,
seis letras musicales,
como cuerdas mi guitarra: Raquel.

Seis letras
Seis letras: Raquel

miércoles, 9 de septiembre de 2015

¿Es Angela Merkel una santa?

Aunque tarde por el sufrimiento causado, y habiendo incumplido reiteradamente varias leyes de asilo y convenios internacionales, ya era hora de que, instigados por Angela Merkel, se tomaran medidas enérgicas ante el reto de los refugiados. Más vale tarde que nunca. Ahora bien, como uno va teniendo unos añitos, estos cambios tan drásticos en política migratoria, que partiendo de Alemania han irradiado la vena solidaria de varias naciones europeas, entre ellas España, le dejan a uno los ojos como platos, y la veteranía me dice que suelen esconder algo. Decidido a averiguar qué encubre esta fraternal transformación, me dediqué a navegar por Internet y descubrí que ya en julio pasado, la patronal alemana solicitó facilitar la inmigración laboral especializada para ayudar a cubrir las necesidades de mano de obra barata, pero eso sí, no a todos, si no haciendo distinción porque, según ellos, “contra la escasez de mano de obra especializada hay que separar la inmigración humanitaria de la inmigración económica”. Por ello los refugiados están comenzando a ser vistos como un motor para la economía alemana que rejuvenecerá un mercado laboral que, debido a la baja natalidad en dicho país, está necesitado de mano de obra por el descenso de la población activa y de paso subsanar la pérdida de atractivo que la gran nación germana tiene como destino empresarial por este descenso. Asimismo, más recientemente, el presidente de la Confederación de Industrias Alemanas ha manifestado que la llegada de miles de refugiados es una oportunidad para el país si se los “integra con rapidez en el mercado laboral”. Así “les ayudaremos y nos ayudaremos”, a la vez que ha criticado la tardanza en la concesión de asilo y ha añadido que “ahora se precisa tener flexibilidad y creatividad”.
Angela Merkel ¿ángel o diablo?
Angela Merkel, ¿ángel o diablo?
Este giro de ciento ochenta grados en las declaraciones de sectores alemanes hasta ahora no muy cercanos a los dramas humanos, vienen después de que durante años, y casi en total silencio salvo unas pocas voces discrepantes, se ha venido restringiendo el derecho de asilo al tiempo que se ha dificultado la vida a los refugiados que están en el país teutón, mientras se han endurecido las condiciones de vida de los que esperan una decisión sobre su solicitud de refugio, para, de este modo, disuadir a los que pretendían presentar su petición.
Caso aparte merece Hungría que, salvo cambio de actitud inmediata con respecto a los refugiados y petición pública de perdón por el mal trato infligido, debería ser expulsada con urgencia de la Unión por incumplimiento de la Carta de Derechos Fundamentales Europea.
Bien, a la vista de lo anterior se intuye que detrás de todo esto no está el altruismo, sino el maldito interés crematístico y la presión mediática y de la gente corriente por la muerte del niño Aylan y su familia, muertes que por cierto se podían haber evitado de haberse cumplido las leyes y convenios de asilo y protección a los refugiados que nos hemos dado como habitantes de la UE. En cualquier caso, aunque tarde y mal, bienvenido sea. Como dice el refranero español: “Hágase el milagro, hágalo el diablo”.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Por qué soy antisistema

Si el sistema es tener una tasa de parados superior al 22 % con más del 50 % de desempleo juvenil, es tener cerca de 220.000 jóvenes que han tenido que salir de España en busca de trabajo, es tener la corrupción tan arraigada en el partido que gobierna que debe pagar fianzas judiciales, es tener más de 2.000 políticos bajo sospecha por corrupción, es beneficiar a algunas empresas cuando se está en el gobierno para luego terminar en sus consejos de administración, es indemnizar en diferido, es tener líderes políticos a los que les toca la lotería muchas veces, es mandar al ministro peor valorado de un gobierno ya de por sí mal valorado a un retiro dorado en París, es conceder amnistías fiscales baratas a los amigos mientras la evasión tributaria es superior a 253.000 millones de euros por no querer poner medios para combatirla, es tener jueces en los altos tribunales elegidos por los partidos políticos, es tener tribunales especiales para juzgar a políticos, es tener un Tribunal de Cuentas donde no existen jueces sino políticos endogámicos, es tener pensiones especiales para políticos, es tener un ministro del interior que recibe en su despacho a un imputado por fraude, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, es hacer compatible lo público con lo privado, es tener a compañeros del partido imputados por corrupción cobrando del partido sin trabajar, es enviar SMS de apoyo a compañeros de partidos presuntamente corruptos cuando están siendo investigados por la justicia, es que un Juez tenga que registrar la sede nacional del partido porque no le entregan los informes que solicita, es destruir discos duros con información sobre corrupción en lugar de entregarlos a la Justicia, es destruir los libros de visitas para que no se pueda averiguar quién pasaba por la sede del partido, es indultar en consejos de ministros a allegados, es vender la funeraria municipal madrileña por 100 pesetas (0.6 euros) y que dos años más tarde logre beneficios de 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros), es tener cuentas en Suiza sin declararlas, es tener tesoreros en el partido acusados de pertenecer a banda criminal, es construir obras públicas con presupuestos inflados que según se van erigiendo se vuelven a disparar, es levantar aeropuertos donde no aterrizan ni despegan aviones, es proyectar y edificar ciudades de la justicia en secarrales, es vender lo público barato para acabar privatizando, es que los diputados utilicen sus cargos públicos para su enriquecimiento personal sirviéndose de una normativa ambigua que se lo permite aunque sea indecente, es reformar las sedes de los partidos en B, es utilizar las televisiones públicas con fines partidistas hasta que quiebren por falta de credibilidad, es reunirse con dictadores, es vender armamento a países no democráticos, es reformar la Ley de Montes para poder recalificar terrenos quemados, es penalizar el autoconsumo de energías renovables para beneficiar a las grandes compañías eléctricas aún a costa de dañar el medio ambiente, es salir a navegar con narcotraficantes, es tener banqueros que estafan a personas mayores, a invidentes y a analfabetos, es tener consejeros y directivos que esquilman lo público para vivir como reyes con “tarjetas black”, es tener un país que se fragmenta por incapacidad de diálogo político, es tener un presidente del gobierno que raramente comparece en rueda de prensa, es cobrar sobresueldos en negro con el dinero de todos, es hacer reformas laborales para despedir barato y contratar más barato aún, es tener empleo basura y precario a la vez, es tener salarios de miseria mientras las empresas obtienen beneficios escandalosos, es que los ricos y las grandes corporaciones y empresas paguen menos impuestos que los asalariados, es subir el impuesto más injusto que existe (IVA) y bajar reduciendo tramos al más justo (IRPF), es incumplir normativas europeas de contaminación en las ciudades y luego pagar multas por ello, es dejar morir a la gente de hepatitis por no darles el tratamiento adecuado, es dejar en papel mojado la Ley de Dependencia, es dejar de contratar trabajadores en Sanidad para tener que externalizar los servicios, es ceder hospitales construidos con dinero público a empresas concesionarias, es levantar muros, poner vallas y concertinas para impedir el paso a refugiados que huyen del horror, es que, tras recortar en educación, no tengamos ninguna Universidad entre las 119 primeras del mundo, es subir las tasas universitarias más de un 33 % mientras se reducen las becas, es construir colegios a cambio de comisiones, es hacer promesas durante la campaña electoral para incumplirlas en el gobierno, es hacer que la deuda pública alcance el 100 % del PIB, es tener cerca de 400.000 hogares desahuciados durante la crisis mientras se rescata a la banca y existe un parque enorme de viviendas vacías, es tener una pobreza infantil del 33 %, es torturar sádicamente animales como espectáculo o fiesta nacional, es… si esto es el sistema, yo me declaro antisistema.
Pintada antisistema
Razón de ser de los llamados antisistema

domingo, 6 de septiembre de 2015

Refugiados y Unión Europea. Silencio cómplice

Desde 2009 es vinculante para los países integrantes de la Unión Europea el cumplimiento de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se  garantiza  el  derecho  de  asilo  dentro  del  respeto  de  las  normas  de  la  Convención  de  Ginebra  de  28  de julio   de   1951   y   del   Protocolo   de   31   de   enero   de   1967   sobre   el   Estatuto   de   los   Refugiados   y   de conformidad  con  el  Tratado  constitutivo  de  la  Comunidad  Europea.”
Por tanto, ahora mismo, la mayoría de los gobiernos integrantes de este “mercado de mercaderes”, que no Europa, están perpetrando una clara dejación de funciones. Todos los países que no han seguido las normas establecidas en esta materia deberían ser expulsados por incumplimiento sistemático de la Carta. Sé que no se hará porque, como he dicho, esto es la Europa de los mercaderes y sus ciudadanos somos sólo mercancía para producir dinero. En este triste contexto ¿qué son los refugiados? Nada, absolutamente nada.
Mercado de mercaderes
Unión Europea, no. Mercado de mercaderes, sí.
Por eso y con abasoluta impunidad, el pasado jueves en Bruselas, resultó indignante escuchar al presidente húngaro Viktor Orbán sostener, ante relevantes dirigentes de la UE, a los que no se les cayó la cara de vergüenza, que su país tiene derecho a decidir el no querer un gran número de musulmanes en su territorio insistiendo, una vez más, en que “la única respuesta” posible a la crisis migratoria en Europa es reforzar las fronteras. Por mucho que la diplomacia deba ser respetada, este señor al manifestar lo dicho está incumpliendo la Carta Europea, con lo que pierde, al menos en Europa, cualquier legitimidad. Los dirigentes deberían haberle contestado y no permanecer callados.
Ya lo dijo bien claro el activista y Premio Nobel de la Paz de 1964, Martin Luther King: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos…”

viernes, 4 de septiembre de 2015

¡Excusas!, ¡más excusas! ¡Vergüenza!, ¡más vergüenza!

Acnur
Ayuda al refugiado (ACNUR). Más necesarios que nunca.
Las recientes excusas de nuestros gobernantes, los dirigentes del PP, en torno al problema de la inmigración llaman a la vergüenza y merecen que queden por escrito para que sus inmorales palabras no se las lleve el viento:
Ante la solicitud de la Comisión Europea para que nuestro país acogiera a 4.288 personas, el Gobierno del PP mantuvo que la cifra de acogidos estaría en torno a los 2.000, dado que la capacidad de auxilio española es limitada. Pocos días más tarde, ante Ángela Merkel, Rajoy se humilla, y reclama a la Comisión Europea que fije el reparto de refugiados teniendo en cuenta “la situación económica de cada país”, así como “el PIB y la tasa de paro”. Pero, ¿España no iba tan bien?
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, en unas declaraciones criticando el plan de cuotas de inmigración propuesto por la UE dijo que “en lugar de taponar esas goteras lo que hacemos es distribuir el agua que cae entre distintas habitaciones. Ese es el programa de reubicación”, también añadió que “nosotros no tenemos objeciones de fondo con el programa de reasentamiento y somos muy críticos con el programa de reubicación, porque va a generar un efecto llamada”. Más de lo mismo, siguen sin enterarse que en este problema no existe el “efecto llamada”, si no el “efecto desesperación”.
José Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores también criticó los planes de Bruselas: “Comprometerte a integrar inmigrantes a los que no puedes dar trabajo es un mal servicio. El esfuerzo que hace España en controlar la inmigración desde Marruecos, Mauritania y Senegal es inmenso y repercute en toda la UE. Estamos controlando mucho mejor que otros”. De nuevo el eufemismo “controlar” por no decir concertinas, muros, gases lacrimógenos, sufrimiento, pelotas de gomas y… muertes.
A todo esto, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, propone ahora crear un registro de inmigrantes irregulares para que reciban asistencia sanitaria (la que ellos arrebataron), algo que las ONG ven “sospechoso y discriminatorio”, porque “nadie da sus datos y señas para que le vayan a buscar y le deporten”.
Ahora el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se conmueve ante algo que se veía venir y, cuando fotos de niños muertos en el éxodo aparecen en los telediarios, se horripila y entiende que las imágenes del cadáver del niño sirio sobre la playa turca son “dramáticas y espeluznantes”. ¡A buenas horas, mangas verdes!
Pero no veamos en esta conmoción momentánea una brizna de esperanza. La dejación del deber de auxilio continuará y todo seguirá igual mientras en Europa, y en casa, se discute sobre si son galgos o podencos. Entretanto, la gente continúa muriendo, la gente continúa sufriendo.
En el fondo, la solución del problema es bien sencillo: Sólo tiene que preguntarse, también los ministros y presidentes de gobierno, ¿qué haría usted en idénticas circunstancias? La respuesta es obvia: probablemente lo mismo. Son personas que necesitan ayuda y nos la piden y, por tanto, merecen ser ayudadas y, si no queremos que vengan aquí, tenemos que lograr que no tengan ganas de salir de allí. Pero mientras no logremos que no quieran venir, hay que abrir las puertas. A lo mejor, el día de mañana, somos nosotros quienes les solicitamos ayuda.