No lo pueden evitar: su clasismo se les escapa por la boca |
Lo tiene tan enraizado que no lo puede disimular. En un mitin, a Feijóo lo traicionó su clasismo cuando dijo que «los que más tienen, no creo que deban tener más derechos –solo faltaba, añado yo–; pero tampoco creo que se les deba señalar en la calle por haber trabajado más».
¿Cómo? ¿Y lo dice así delante de gente que se mata a trabajar y que no será rica en su vida? ¿O de mayores de 50 a los que el capitalismo desahucia? ¿Les dice a la cara que si no salen de pobres es que no se han esforzado como el hermano de Ayuso que sacó 286.000 euros en minutos por tener contactos en Madrid? Y lo increíble es que además le aplauden. Pues nada, si quieren llegar a ricos, sigan votando a la derecha.
Feijóo olvida que riqueza llama a riqueza o, como decía el gran novelista Balzac «detrás de toda gran fortuna se esconde un delito», y es que la mayoría de los que más tienen no han trabajado en su vida, sino que lo han heredado de quien se “forró” con el agotador trabajo de muchos que cobraban poco.
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